La razones y los odios de Santamaría

Larga vida a Mujeres por Sinaloa. Iniciamos un nuevo proyecto periodístico, por y para mujeres, echando nuestro cuarto a espadas. Este portal informativo y de análisis Mujeres por Sinaloa esperemos que esté a la altura de las circunstancias políticas.

Los varones que analizan o descargan sus comentarios sobre tal o cual coyuntura política o tal o cual personaje o actor político de Sinaloa, han de creer que las mujeres somos orates, que nuestro cerebro va a absorber, como su fuera esponja, sus idioteces, con el cuento de que son análisis. Las mujeres queremos más seriedad de nuestros comunicadores. Recientemente el aparente intelectual, Arturo Santamaría Gómez, nos volvió a regalar otra de sus “preciosas joyas” en esa “obsesión” que se carga contra Héctor Melesio Cuén Ojeda, diputado local y  presidente del PAS, con el que no comulgamos en algunas ideas, pero que vemos cómo con descarada desfachatez lo atacan quienes jamás han aportado nada a la UAS ni a la participación democrática de Sinaloa. En su “joya periodística” Arturo Santamaría nos vende la idea de que “si en Sinaloa no hay aspirantes a Gobernador con nivel de estadistas eso quiere decir, entre otras cosas, que carecen de ideas finas y sólidas, que desconocen las necesidades profundas del estado y no poseen los conocimientos para enfrentarlos”.

El señor parece ser que se graduó en España en la Escuela Superior para la Calificación de Estadistas para venirnos a inculcar que es él y nada más que él, el vano y glorioso Santamaría, el que otorga la distinción de estadista en Sinaloa y México.  Descaradamente nos dice –y para nosotras las mujeres, eso de plano es una bofetada- que “en un anterior artículo opinaba que el único aspirante visible a ocupar el Tercer Piso en 2017 con ideas, y lecturas serias, es Heriberto Galindo, del PRI, pero tal y como se van acomodando las cosas, no parece tener muchas posibilidades de ser el preferido del tricolor”.  Que chingao pues. Que remoquete. Heriberto el único visible y con ideas y lecturas serias. Que no nos haga reír porque para payasos Cepillín. Arturo Santamaría cree mis queridas damas que las sinaloenses nos chupamos el dedo y que vamos a creer sus sandeces. En su artículo, con mucha  adrenalina y odio personal, Arturo Santamaría nos manda la lectura a las mujeres de Sinaloa de su malsana pasión por Héctor Melesio Cuén, y de que trae una obsesión personal, un rencor anidado, pues descalifica cualquier intención de cualquier político de acercamiento o alianza con el dirigente del PAS.

Esa obsesión de Santamaría lo hace rayar ya en el desprestigio profesional como comunicador, como aparente periodista o analista. No suelta nada nuevo, únicamente sus afanes antiCuen, llevando su comentario a lo grotesco pues dice que “ en una sociedad moderna, con instituciones firmes y un sólido Estado de Derecho es inimaginable ver a aspirantes a gobernantes que permitan el uso político de una universidad pública o privada”, obvio, sin querer “raspar los muebles” del gobernador Mario López Valdez y de otros personajes que ya están de lleno intentando hacer uso político de la UAS, como Gómer Monarrez del PRI, Audómar Ahumada del PRD y otros de Morena, y de otros priistas más que mantienen secuestrada la UdeO, la UAIM, la UPS, etc. Que desgracia para la “república sinaloense” que Arturo Santamaría quede pegado en su obsesión. Las mujeres sabemos que perdió toda clase de privilegios en la UAS y le acacha sus males personales a Cuén, pero eso no es motivo para que use los espacios periodísticos para descargar lo que toda la sociedad es ya un asunto personal. Una venganza. Queremos  análisis más serios rumbo al proceso electoral. No ataques personales tapados con “cobija miadas” como las de Santamaría.

¿Quién es Santamaría?

¿A quién engaña Arturo Santamaría? Ya no más a la sociedad sinaloense. Ya no. Invitado por Lauro Trujillo, profesor fundador de la otrora Escuela de Ciencias Sociales de Mazatlán – agitador de la Unión de Estudiantes Revolucionarios Sinaloenses (UERS), que se mantuvo en alianza con el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT)- quien le llamaba “Baby Face”, Arturo Santa María, llega de la Ciudad de México, e ingresa en septiembre de 1982 a la UAS a laborar como profesor, sin examen de oposición y sin respetar el Contrato Colectivo de Trabajo, en la asignatura de América Latina I y II en la Escuela de Ciencias Sociales (ECS), hoy FACISO.

Santamaría fue militante de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), donde estaba incorporada la UERS, y por tanto también estuvo en alianza con el PMT. El Partido Comunista de México (PCM) y el  PMT eran los dos partidos políticos nacionales que tuvieron secuestrada a la UAS, tras la salida del “armientismo”, durante la década de los setentas y ochentas, imponiendo como rectores a Campos Román, Eduardo Franco, Jorge Medina y Audómar Ahumada. En la disputa por la rectoría para el período 1985-1989, el PCM transformado en Partido Socialista Unificado de México (PSUM), en alianza con el PMT, llegan a la rectoría con Audómar Ahumada y a la secretaría general con Guadalupe Meza, dirigentes prominentes de estos partidos respectivamente.

En este contexto llega Arturo Santamaría a la UAS, que como militante de la UERS-ACNR-PMT  es favorecido por la alianza, por lo que accede de inmediato como profesor-investigador  de Tiempo Completo -T.C.- solamente con nivel licenciatura, sin antigüedad y sin respetar el procedimiento contractual, afectando a otros compañeros con más derechos y con mayor currículum académico.

Al obtener el tiempo completo, en el año de 1985, obtiene una licencia-beca otorgada por la UAS para realizar estudios de posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM; a su regreso, en 1989, todavía disfrutando de la alianza (PSUM-PMT) que controlaba la administración de la UAS, es lanzado a la dirección de la Escuela de Ciencias Sociales de Mazatlán, y gana con el esquema populista de elección- acarreo y borracheras con estudiantes-, pese a haber estado ausente por los cuatro años anteriores de estar becado en el D.F., y, por tanto, ser desconocido por los profesores, alumnos y trabajadores administrativos.

Como director de la Escuela de Ciencias Sociales en el período 1989-1991, de acuerdo con los testimonios de los alumnos, profesores y trabajadores administrativos, estuvo prácticamente ausente por sus permanentes viajes al interior del país y en el extranjero, sobretodo a Los Ángeles, California, y quien dirigía la escuela era Enrique Vega Ayala, que fungía como secretario académico; todavía se recuerdan las grandes molestias que ocasionaba porque casi nunca atendió los asuntos propios de su responsabilidad como director.

Al término de su cargo como director, le sucedieron los años sabáticos que religiosamente disfrutó cada seis años para atender siempre asuntos de beneficio personal, sin impacto institucional, más allá de “su” indicador como profesor –investigador “habilitado”.

Bajo la sombra protectora de Gómer Monárrez González, quien había sido otro de los activos del disuelto PMT, que ocupó los cargos de Director de Servicios Escolares (rectorado de Rubén Rocha Moya, 1993-1997), Secretario General (Jorge Luis Guevara Reynaga, 1997-2001) y Rector de la UAS (2001-2005), Santamaría continúa usufructuando las relaciones personales de su pasado político y saqueando de la UAS privilegios y prebendas por ejercer una función de “asesor informal” de Gómer  Monárrez, a lo que complementariamente se le agregan ingresos prestando “servicios profesionales” como “periodista” y columnista, especialmente al periódico Noroeste, y a diversos actores políticos-gubernamentales del estado y presidentes municipales, y a conocidos grupos empresariales del sur de nuestra entidad.

Para la sucesión de Gómer Monárrez, Santamaría fracasa en su intento por convencer a la “vieja corriente” del PMT por imponer como candidato a rector a Renato Palacios, de manera que contra su voluntad Gómer y sus colaboradores se suman tardíamente a la campaña de rector de Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Así, desde la llegada de Cuén Ojeda a la rectoría (2005-2009), Arturo Santamaría reciente en sus bolsillos la suspensión del saqueo económico de la UAS e inicia una obsesiva “guerra” en Noroeste y otros medios contra Cuén y las administraciones de la UAS. Aunque claro, Santamaría no lo hace de manera gratuita.

En lo que respecta a la “producción científica”, sus publicaciones son diversas, inconsistentes y carentes de rigor científico, así aparecen temas como las migraciones, intentos de cultura política, narcotráfico, género, economía, etc., como si se tratara de trabajos periodísticos, los mismos que en muchos casos le han permitido hacer compendios y publicarlos como “libros”.

Volviendo al caso de Gómer Monárrez, que ha tenido una cercana afinidad con Juan S. Millán, gracias a la cual en pleno rectorado su hijo declara su filiación política al PRI, y de inmediato es premiado con una diputación local, sirve para ilustrar otra de las vertientes de Arturo Santamaría para acercarse a los grupos de poder, la cual se extiende hasta el 2010 y a la actualidad, cuando Gómer es nombrado subsecretario de educación media superior y superior con el gobierno actual de Sinaloa, a la que por cierto se le suma de nuevo la diputación local de Gómer Monárrez hijo.

Recientemente, Arturo Santamaría decide jubilarse de la UAS con el sueldo más alto de casi  50 mil pesos mensuales; luego es contratado por la Universidad Tecnológica de Escuinapa, que depende del subsecretario de educación de la SEPyC, Gómer Monárrez, al que le pone a disposición para buen trato mediático a su segundo patrón que desde siempre ha sido el principal dueño del periódico Noroeste, o sea Manuel Clouthier Carrillo.

¿Por qué Santamaría se jubila de la UAS? Por un interés económico legítimo que nadie le cuestiona: cobrar la jubilación de la UAS y la pensión del IMSS por tener sus más de sesenta años de edad, ambas vitalicias; y además, por seguir en una tercer nómina como la que tiene en la Universidad Tecnológica de Escuinapa, es decir, en la actualidad suma tres importantes ingresos  mensuales, sin contar los que recibe por el periódico Noroeste y otros actores.  ¿Por qué el odio de Santamaría contra la UAS y Cuén?  Por la añoranza del pasado de grandes privilegios personales extrainstitucionales y por la inviable recontratación en la UAS, así como por sus exitosos cálculos políticos que se pueden resumir en una coloquial frase: “Saludar con la izquierda y cobrar con la derecha”.

Santamaría no engaña a nadie… menos a las mujeres de Sinaloa… menos.

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