Mujeres violentadas

Que no le digan que no le cuenten. Si las mujeres no se atreven a denunciar es porque no hay garantías que las protejan. O no confían en los órganos de gobierno ni en el mentado Instituto Municipal de las Mujeres en Culiacán. Gabriela Inzunza, directora de la institución nos acaba de dar una reverenda sorpresa con su más reciente declaración.

Nos dice que anualmente en Culiacán se registran un total de 10 mil casos de violencia contra las mujeres, predominando la violencia emocional y física. La emocional suponemos que es la amenaza y el insulto, pues no lo aclaró.

Gabriela Inzunza lamentó que de ellas, de las mujeres, tal solo 5 mil de las que se atreven a denunciar, ni el 50 por ciento termina el proceso y ni ratifican los hechos o denuncias. Nos mete así en una desgracia, pues en vez de accionar y ponerse a trabajar la señora se pone a lamentar.

Informó que en este último mes se han interpuesto 200 denuncias ante el Ministerio Público, cifra que se ha mantenido en el mismo periodo con respecto al año a anterior. Cifra espeluznante que debería de poner los pelos de punta a todas las organizaciones de mujeres de Sinaloa para pedir que a todo aquel que agreda a una dama vaya a parar a la cárcel.

“Estamos teniendo pláticas de violencia familiar para que las mujeres entiendan que es un delito y que no deben de naturalizar este hecho, sino al contrario, que realmente lo aprendan a identificar y que lo den por hecho, de que si no presentan la denuncia no va a pasar nada, tienen que presentar denuncias para que el agresor sea castigado”, indicó.

Eso de “naturalizar” es querer verlo como algo natural, algo que debe ser tolerado por las mujeres ¿o me equivoco Gabriela Inzunza? Y eso de “estamos teniendo pláticas” es cuento muy viejo para aparentar que se está trabajando.

Según la directora del Instituto Municipal de las Mujeres en Culiacán a pesar de que se mantienen trabajos de prevención (cómo y dónde), no se logra avanzar como se deseara en esta materia ya que las féminas, según dice, se rehúsan a la denuncia por temor a que les falte sustento en sus familias y por otro lado el miedo hacia los agresores.

O lo que es lo mismo: han fallado los programas de la institución que ella dirige.

“El 50 por ciento de las demandas, un 50 por ciento, es bastante pero también es bastaste aquella mujer que no se atreve a denunciar”, precisó.

A Gabriela Inzunza le recomendamos ponerse a trabajar…Son muy cómodas las oficinas del IMM de la capital del estado como para no salir de ellas ¿verdad?

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