Todos quieren a Cuén

En la semana que terminó y la que inició, Héctor Melesio Cuén Ojeda, dirigente del Partido Sinaloense (PAS), recibió la invitación de medios de comunicación para abordar el tema electoral y para que ofreciera sus puntos de vista en torno a los escenarios políticos rumbo a las elecciones del 2016 y les dijo que estaba en contacto con las dirigencias nacionales del PRI y el PAN, y de otros partidos, que lo quieren de aliado en el proceso electoral.

Sorprende, porque se pone al tú por tú, estatura que ha ganado a pulso, con los aspirantes del tricolor al gobierno del estado, y los reta a medirse para ver quien está mejor posicionado, en realidad, sin trucos, sin trampas, en las encuestas de opinión y con base en esos resultados los invita a decidir quién encabeza la nominación al gobierno del estado.

No está mal que quiera medirse, pero para el PRI es inaceptable mas no difícil como para buscar candidato fuera. Cierto, hay entre los aspirantes priistas algunos que son de vacilada y motivo de chascarrillos, memes y cuanta cosa que ahora se sube a las redes, pero no todos están en esa condición, incluso, si así fuera, no hay que olvidar que la fortaleza del PRI radica o radicaba, dado su descredito, en su maquinaria para «acarrear» votos vía lealtades, tradición, coacción y compra de votos en segmentos del electorado.
Héctor Melesio, entonces, no se apresura, ya que sabe a ciencia cierta que su partido, el PAS, su estructura territorial, todo, vale más que los votos que sumó en la elección de 2013 o en las federales de 2015, cuando postuló exitosamente “candidaturas independientes”, ya que ubicaron al cuenismo como la segunda fuerza electoral en los 4 distritos electorales federales en los que participaron, de los 8 que hay en Sinaloa.

Cuén no se aferra a ser candidato del PRI ya que sabe que en ese partido el jaloneo es muy complicado y pululan por ahí personajes que pese a que presumen contar con mucha fuerza o presencia electoral son como especies de “tigre de papel” o “electrónicos”, ya que sus figuras no se conocen en la tierra, salvo en las hojas o páginas de periódico o en los Facebook. Cuén no está dispuesto a cargar con estos lastres.

Es evidente que el dirigente del PAS entiende que yendo como aliado principal del PRI es con el partido que puede obtener más beneficios electorales, porque en mancuerna podrían ganar la gubernatura y eso podría significar llevar a pasistas a la administración pública, alcanzar seis u ocho alcaldías, regidores y diputados locales. Sabe también que el PRI no gana sin el apoyo del cuenismo-pasismo.

Es natural o lógico que Héctor Melesio Cuén no negocie baratijas políticas ¿Por qué habría de hacerlo? Si él es el líder del partido que puede llevar al triunfo electoral al PRI o al PAN es lógico que reclame posiciones claves para su equipo de trabajo.

También en el PAN necesitan a Cuén. Los panistas andan muy necesitados de candidato a gobernador, e intentan jalar al PAS, lo que les permitiría ganar la elección pues el cuenismo, con el arrastre que tiene en todo el territorio sinaloense, lo llevaría al triunfo. Las últimas cifras le otorgaban al PAS la posibilidad de captar 350 mil votos, no los 124 mil que alcanzó a un año de su formación.

Si en un año logró colocarse como la tercera fuerza política en Sinaloa y en la segunda en la pasada elección federal, en los cuatro distritos electorales donde participó, lo más acertado es que en tres años de trabajo diario el PAS suba su votación a niveles sumamente competitivos. Su estructura territorial es garantía de movilización y su trabajo en las bases sociales es bastante aceptable.

No hay que olvidar que el cuenismo llevó al triunfo al PRI en Culiacán en el 2010 y que ya como partido ha ido creciendo.
En materia electoral los realineamientos electorales fuertes suceden cuando hay alianzas o verdaderos outsiders; candidatos fuera de serie, alternativos, carismáticos, contrastantes, tribunos y sobre todo que reflejen la esperanza de cambio en las políticas públicas y en el PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda llena los requisitos de un líder que encarna los anhelos del pueblo sinaloense.

Ciertamente, él no es el Mario López Valdez del 2016, ya que no promete lo que no puede cumplir, y no siembra falsas expectativas como lo hizo Malova en el 2010. Héctor Melesio es un dirigente que tiene bien puestos los pies sobre la tierra y sabe muy bien que los sinaloenses no le tolerarían que les mintiera para obtener votos. No es estilo del dirigente del PAS repartir quimeras para ganar simpatías.

Entonces, lo que mueve a Héctor Melesio a querer medirse con cualquier candidato a la gubernatura es la firmeza de sus convicciones y la seguridad que le da las simpatías que ha ganado a pulso en sus recorridos por toda la geografía sinaloense.

Sabe bien que esa medición nunca se la van a dar porque los candidatos les gusta mandar golpear en los medios a sus adversarios, pero no dan la cara, no les gusta la confrontación de cara a la sociedad.

Héctor Melesio Cuén no le gusta el juego discursivo, sino hablar con franqueza, como lo dejó entrever en la conferencia de prensa, cuando luego de decir que no hubo sintonía señaló: “no descarto poder llegar a un acuerdo con el tricolor”, lo cual es válido máxime cuando la fuerza del PAS le avala para medirse con los grandes de la política estatal.
No se olvide además que está en marcha el amarre de la candidatura priista y eso significa que cada uno de los aspirantes priistas querrá posiciones para sus grupos y eso reduce la capacidad de reparto, y en ese renglón todos sobredimensionan sus apoyos, no así Cuén Ojeda que ya ha dado muestras de lo que es capaz.

Espero que pasen Feliz Año Nuevo.

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