‘El editorial’

The New York Times, el periódico más influyente de Estados Unidos y una de las publicaciones que generan más impacto por sus noticias, investigaciones y postura editorial en todo el planeta, decidió abrir el año con un claridoso editorial en el que repasa los tres grandes asuntos que
marcarán para siempre a la actual Administración.

El comité editorial del NYT, que firma el texto, puso la medida desde la cual se tomará el pulso sobre cómo está siendo percibido y evaluado el Presidente mexicano a nivel internacional. Por lo que dice, por cómo lo dice y por quién lo dice, podemos considerar que esa será la manera en la que se referirán a Peña Nieto los más amplios y diversos circuitos de opinión a nivel
internacional, de aquí en adelante.

“Las respuestas que Peña Nieto no le da a México” es el título del editorial con el que el NYT analiza cómo el Presidente usó el título de su libro, México, la Gran Esperanza, para explicar el tipo de país que quería construir en su mandato. Sin embargo, a la mitad de su gestión “parece bastante probable” que será recordado no como el “líder transformador”, sino como el
gobernante que hizo todo para evitar rendir cuentas; como el Presidente que se dedicó a “lavarle la cara a las verdades incómodas” y aquel que, en lugar de enfrentar y resolver, se ha dedicado a minimizar los escándalos.

Aunque no son los únicos temas en los que Peña está en falta como gobernante, el NYT centra su atención en los tres grandes asuntos que lo dejarán marcado para la historia, tal y como quedaron marcados Díaz Ordaz y Echeverría con la matanza del 68; López Portillo con la devaluación del peso y la “Colina del Perro”, o Salinas de Gortari con la corrupción y el neoliberalismo.

Peña Nieto será recordado por la trágica desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; por la captura y fuga de “El Chapo” Guzmán; por el escándalo de la “casa blanca” y por la censura a los periodistas que la investigaron. “Los periodistas, que hicieron un trabajo meticuloso e impecable, se quedaron sin empleo”, dice el influyente rotativo. Recuerda que cuando se reveló que “…un contratista del Gobierno había puesto una casa de lujo a disposición de Peña Nieto y su esposa, el Presidente le encargó la investigación a un amigo cercano. Nadie se sorprendió cuando esa investigación no encontró pruebas de ningún comportamiento indebido por parte del Presidente”.

Sobre la fuga de “El Chapo” Guzmán de un penal de alta seguridad, señala lo que millones de personas pensamos dentro y fuera de México: que el Gobierno mexicano “… aún no ha dado una explicación convincente de lo sucedido”. Pero, aún más preocupante que eso, dice con razón el periódico estadunidense, es “el intento, a todas luces torpe, de investigar la desaparición de 43 estudiantes en septiembre de 2014”. Y recapitula sobre la versión oficial del presunto asesinato e incineración de los jóvenes y de cómo en septiembre del año pasado el grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dio a conocer que “…era poco probable que los cuerpos hayan sido incinerados”. En realidad, los expertos afirmaron, categóricamente, que en el basurero de Cocula no pudo haber ocurrido un incendio como el que aparece en la versión oficial. Por cierto, estamos a la espera de un nuevo informe de la Procuraduría General de la República en los próximos días sobre los avances en las investigaciones. Mientras eso ocurre, el NYT pone el dedo en la llaga al subrayar que el hecho de que el Gobierno “…haya negado la petición recurrente para que investigadores internacionales entrevisten a los militares en el lugar de la desaparición no ha servido más que para alimentar el escepticismo de la ciudadanía”.

Al final del texto, el NYT parece abrir una pequeña rendija para EPN cuando dice que: “Aún no es demasiado tarde para que el Gobierno reconozca que su investigación ha fracasado y les dé a los investigadores internacionales acceso a los funcionarios gubernamentales implicados”. Sin embargo, le vuelve a apretar la tuerca cuando afirma que: “quizás, a estás alturas, ni
siquiera eso pueda salvar la reputación de Enrique Peña Nieto. Pero es lo mínimo que debe hacer por las víctimas de una de las mayores y más atroces violaciones a los derechos humanos en la historia mexicana reciente”.

El texto publicado el lunes 4 de enero no es “un” editorial cualquiera, es “el” editorial del NYT para empezar el año.

Malas noticias para Peña Nieto. La legendaria Dama Gris, como le llaman al NYT, le ha puesto un dedo en el hombro.

Fuente: zocalo.com.mx

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