Balance sexenal: Las fallas estructurales del mercado laboral han cambiado poco

Sonia Soto Maya

Si bien se ha avanzado en los últimos seis años en el tema laboral, las fallas estructurales del mercado de trabajo que producen la pobreza en México permanecen sin cambio sustancial, de acuerdo con el estudio Balance sexenal: la precariedad laboral permanece, realizado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP)

En la presentación del documento, Rogelio Gómez Hermosillo, presidente ejecutivo de la asociación civil, resaltó que, en los últimos 6 años, los principales indicadores del mercado laboral registran estancamiento, retrocesos o avances mínimos.

Entre estos se encuentran: el desempleo extendido, la baja participación laboral de las mujeres y jóvenes, salarios de pobreza, informalidad e indefensión laboral. “En México no se cumple con el derecho humano de las personas al trabajo”, advirtió.

De acuerdo con la investigación de ACFP, México permanece en la parte baja de la tabla indicadores laborales, por debajo, no sólo de países pares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), sino incluso de muchas economías de América Latina y el Caribe.

Indicadores con poco avance 

1. Desempleo extendido 

En 2024, hay 6.6 millones de personas desempleadas, esto si se considera a las personas en desocupación y los disponibles de la Población No Económicamente Activa (PNEA). Eso implica una tasa de desempleo extendido de 10 por ciento.

La tasa de desocupación relativamente baja, refleja únicamente a quienes no tienen empleo, pero están buscándolo. Sin embargo, hay una parte de la población que no está activa en el mundo del trabajo, pero está disponible para un actividad laboral, también denominados «desalentados», son personas que ya no buscan un empleo porque consideran que no tienen posibilidades de conseguirlo. 

Además, Rogelio Gómez Hermosillo indicó que hay 4 millones de mujeres desempleadas y 2.8 millones de personas jóvenes sin trabajo. Por ello, la organización sugiere una mejora en la inversión productiva para incrementar la creación de empleo. 

“El desempleo en México además requiere invertir en la capacitación y formación para el trabajo de jóvenes, así como en la creación de servicios de cuidados como estancias infantiles, escuelas de tiempo completo y espacios de tareas y actividades culturales, deportivas y de refuerzo académico por las tardes, así como otras modalidades de cuidado, que faciliten la incorporación laboral de mujeres”, dice el estudio.

2. Salarios de pobreza

No es sólo lograr un empleo, sino que los ingresos que se obtengan permitan a las familias cubrir sus necesidades, pero eso no sucede, pese a la mejora observada con la política de recuperación salarial.

De acuerdo con el análisis, 34.8 millones de personas en México viven con salarios de pobreza en 2024, esto significa que más de la mitad de las personas que trabajan carece de ingreso laboral suficiente para superar el umbral de pobreza.

“Su salario no alcanza para cubrir el costo de 2 canastas básicas, por lo que no pueden mantenerse a sí mismas y a una persona más por encima de la línea de pobreza”, refiere el estudio.

Del total, 61% son personas con trabajo subordinado y una cuarta parte son trabajadores por cuenta propia. Mientras que 76% de las mujeres tiene un salario insuficiente, esto es 14 puntos porcentuales superior a la cifra de los hombres. 

La recuperación del salario mínimo, considera el estudio, debe avanzar más rápido y con aumentos diferenciados entre el salario mínimo en la frontera y el general que se aplica en el resto del país.

El salario mínimo en 2025 debe alcanzar un monto necesario para adquirir dos canastas básicas, recomienda la organización civil.

3. Trabajos sin contratos 

Son dos los indicadores que reflejan la condición de indefensión de personas con empleo que contribuyen a mantener la precariedad laboral: carecer de contrato estable y no contar con representación sindical para la negociación colectiva de salarios y condiciones laborales.

En México, casi nueve de cada 10 personas carece de afiliación sindical y la mitad no tiene un contrato estable, en esta condición están 18.8 millones de personas.

La reforma laboral de 2019 cambió sustancialmente las reglas sobre contratación colectiva y representación sindical. Uno de sus propósito fue eliminar los contratos de protección patronal y su correlativo sindicalismo blanco al servicio de las empresas. Pero aun tiene mucho por avanzar en su aplicación.

Ante todos estos desafíos, la organización civil refiere que el sistema laboral permanece igual o con cambios imperceptibles, así que el siguiente gobierno tendrá muchos retos por resolver en este ámbito.

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