Alvaro Aragón Ayala
Pegado a la vieja guardia de “dinosaurios” del PRI y a algunos personajes señalados de corruptos, con la percepción social de que con el apoyo del gobierno federal y estatal se prepara una Elección de Estado que lo favorezca, Quirino Ordaz Coppel cierra su campaña exhibiéndose con personajes descalificados por la sociedad.
Quirino desfila en los templetes montados en las principales ciudades de Sinaloa, como reflectores del cinismo, con priístas de “viejo cuño”, unos sacados del ostracismo y otros de regreso a Sinaloa, acusados de corrupción o de estar vinculados a delitos de alto impacto.
Previo a los eventos, los “promotores” de Quirino ofrecen dinero y despensas y anuncian que se rifarán motos, bicicletas, lavadoras y refrigeradores.
Dos meses antes de los actos del cierre de campañas, en Mazatlán, el abanderado del PRI-PVEM, identificado por la sociedad como “el candidato de Enrique Peña Nieto”, se muestreó en reuniones privadas y en público con el ex gobernador Antonio Toledo Corro, que encabezó uno de los gobiernos más represores de los que se tenga memoria en Sinaloa.
El 20 de abril, en su portal, Quirino Ordaz Coppel escribió: “Don Antonio Toledo Corro, un gran hombre a quien tengo mucho respeto. Tuve el honor de conocerle durante mi juventud, cuando él fue gobernador y mi padre presidente municipal de Mazatlán”.
Toledo: gobierno represor y autoritario
A mediados del mandato toledista, en octubre de 1983, Francisco Ortiz Pinchette, en la revista PROCESO, describió el escenario en la víspera de las elecciones a presidentes municipales y diputados locales.
Antonio Toledo Corro “empujaba” la candidatura, por la ruta del PRI, de Quirino Ordaz Luna, padre del actual candidato del PRI-PVEM al gobierno de Sinaloa.
Ortiz Pinchette, con las denuncias de dirigentes y candidatos de los partidos Acción Nacional (PAN), Socialista Unificado (PSUM) y Revolucionario de los Trabajadores (PRT), reveló que a una semana de las elecciones el gobierno del estado puso en marcha un fraude electoral.
“La contienda electoral” –dijeron en aquel entonces- “ha hecho aflorar más que nunca el estilo autoritario y represor del gobierno de Antonio Toledo Corro. Se ha recurrido a la amenaza, al despido de funcionarios, a la utilización abierta de los recursos del erario y a todas las formas de presión para frenar al alud oposicionista”.
Escribió Ortiz Pinchetti: “Y es que la lucha ha sido encarnizada, sobre todo contra el PAN, cuyos candidatos -en su mayoría empresarios- han capitalizado el descontento popular contra el régimen toledista. En Mazatlán y Los Mochis -y en menor grado en Culiacán, la capital- el panismo ha cundido con fuerza insólita y hace peligrar seriamente esas alcaldías”
“La reacción del gobierno ha sido torpemente represiva. En Culiacán, el candidato del PSUM a la presidencia municipal, Audómar Ahumada Quintero, fue encarcelado el 4 de octubre. Se le revivió vieja y amañada acusación. Pero su detención fue la mejor promoción a su candidatura pues más de 20 mil personas se reunieron para exigir su libertad. Y le fue concedida, tras 72 horas de encierro».
En el reportaje de PROCESO se reveló que “en Mazatlán el gobierno del estado ordenó auditorías a los negocios de 6 de los candidatos del PAN. A Humberto Rice, rico comerciante, candidato a la alcaldía, trató de involucrársele en un supuesto fraude en la Junta de Agua Potable, de la cual fue coordinador honorario. Y hasta hubo intento de detenerlo. La parte final de su campaña la hizo con un amparo en la bolsa”.
En el actual proceso electoral, Audómar Ahumada Quintero funge como director del Icatsin. Opera en el PRD con el candidato, Mariano Gómez, “recomendado” de Manuel Clouthier Carrillo, diputado “independiente”, identificado con la corriente proempresarial y empresarial que apoya a Quirino Ordaz Coppel.
El panista Humberto Rice también respalda el proyecto político electoral del quien calificó a Toledo “un gran hombre a quien tengo mucho respeto”.
Con Vizcarra, “golpeado” en el 2010
En la campaña de Quirino Ordaz, reapareció un personaje que se decía alejado de la actividad política y que en realidad nunca se retiró: Jesús Vizcarra Calderón, al que se identifica como uno de los operadores del “destape” de Quirino.
En febrero del 2010, Manuel Clouthier Carrillo precisó que la elección para gobernador “tendría que ser un movimiento de la sociedad contra este pequeño grupo de la camarilla mafiosa, que a todas luces busca consolidar su proyecto, y que como ya lo dije, nos va a costar muy caro si los sinaloenses no somos capaces de despertar, y aún con todos los inconvenientes que pueda tener una gran cantidad de situaciones, tenemos que entender que lo peor que le puede suceder al Estado es Jesús Vizcarra».
“….Lo que yo veo importante es que tenemos que entender, que no podemos permitir que Jesús Vizcarra llegue al poder, ya le dimos poder los sinaloenses, y ya nos enseñó de que está hecho, sí trabaja mucho, pero ya nos mostró lo que es capaz con el poder, en materia del abuso del poder, y no le podemos permitir más poder a alguien que a todas luces tiene un corte mafioso”,
No fueron pocas las veces que en el 2010 a Vizcarra se le identificó con un personaje del «otro Sinaloa», el de la violencia y el crimen.
Cierre con Francisco Labastida Ochoa
Como si Francisco Labastida Ochoa gozara de simpatías de la sociedad y de un pasado político honorable, Quirino Ordaz Coppel tomó la determinación de realizar su cierre de campaña por Los Mochis del brazo de Francisco Labastida Ochoa, estigmatizado por el «Pemexgate».
El cierre, aquí, en la ciudad, antes con olor a caña, hoy con olor a caño, se llevó a cabo con miles de acarreados.
FLO, fallido candidato presidencial del PRI –le ganó las elecciones Vicente Fox Quesada-, se ha visto inmiscuido en escándalos de gran calado. Ha gozado lo mismo de la protección de los gobiernos federales del PRI que los del PAN.
El Instituto Federal Electoral – hoy INE- multó en marzo de 2003 al PRI con mi 500 millones de pesos, por el “Pemexgate”.
Es la sanción más alta más alta que ha impuesto el Instituto a un partido político. Se trató de un caso corrupción e impunidad en la que se vieron envueltos personajes del PRI, en la figura principal de quien fuera candidato presidencial, Francisco Labastida Ochoa; el entonces director del Pemex, Rogelio Montemayor, y otros actores de la política priista que recibieron el “perdón” del gobierno de los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, a cambio de que el PRI siguiera impulsando las reformas estructurales en materia petrolera.
De hecho se comprobó que en plena campaña presidencial FLO dispuso ilegalmente de mil 100 millones de pesos –si no es que más- sustraídos de las arcas de Pemex. Rogelio Montemayor transfirió al sindicato petrolero, sin autorización del consejo de administración, dos cheques por mil 100 millones de pesos, que fueron depositados en un banco en Houston, Texas, y luego traspasados a México a cuentas bancarias del partido tricolor.
El escándalo fue conocido como “Caso Pemexgate” en referencia al fraude político estadounidense Watergate cometido por Richard Nixon en 1972. De ahí devino la sanción del IFE por mil 500 millones de pesos.
Detalles: en el año 2000 cuando Luis Téllez encabezaba el Consejo de Administración de Pemex se permitió que la paraestatal transfiriera dos préstamos al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM): uno de 460 millones de pesos y otro por 640 millones, para ser inyectados a la campaña de Francisco Labastida Ochoa . El contrato del préstamo fue firmado por Rogelio Montemayor, exdirector de Pemex, el 5 de Junio del 2000 y las operaciones subsecuentes fueron realizadas por funcionarios del PRI.
Con Juan Millán y Aguilar Padilla
Juan S. Millán Lizárraga protegió e impulsó en Sinaloa la carrera de Jesús Aguilar Padilla. En el marco de un proyecto transexenal lo convirtió en gobernador. En funciones de mandatario estatal Aguilar traicionó a Millán y se apareó políticamente con el empresario Jesús Vizcarra Calderón.
Del 2009 al 2010 Millán y Aguilar se liaron en una encarnizada lucha por el poder político: en puerta la sucesión, Millán “destapó” a Mario López Valdez y operó su candidatura en una alianza PAN-PRD-PT, en tanto que Aguilar Padilla optó, con el apoyo del grupo Atlacomulco, por la candidatura del priista Jesús Aguilar Padilla.
Millán es considerado en Sinaloa como el poder atrás del trono. La imposición de Quirino Ordaz Coppel lo obligó a operar y a pactar con Manlio Fabio Beltrones el apoyo al candidato del PRI-PVEM. La campaña se desarrolla en un ambiente de crispación. Cuatro grupos se disputan el control y los futuros favores de Quirino: el grupo Sonora, el grupo del Estado de México, el malovismo y el grupo de Jesús Aguilar-Jesús Vizcarra Calderón.
En el templete, en el cierre de campaña en Culiacán, estarán juntos, de nuevo, Juan Millán y Jesús Aguilar.
En el 2010, el periódico Reforma hizo eco del escándalo de las «casitas» que la oposición -PAN-PRD-PT)- «descubrió» al entonces gobernador Jesús Alberto Aguilar Padilla, a quien se le acusó de «enriquecimiento ilícito».
En el primer debate de candidatos a la gubernatura, del 25 de mayo del 2010, en el marco de la contienda electoral, Mario López Valdez «destapó» la acumulación de propiedades del Mandatario.
El Partido Acción Nacional presentó una denuncia ante el Ministerio Público de la Procuraduría General de la República, por «enriquecimiento inexplicable» en contra del titular del Poder Ejecutivo. El expediente quedó registrado 29 de junio en la Ciudad de México, con número de folio 00005212.
El argumento central de la denuncia panista se basó en que los ingresos del Mandatario, en los años de su gobierno, no concordaban con las inversiones inmobiliarias descubiertas.
«Aguilar», destacó el entonces diputado federal Felipe de Jesús Cantú, ex alcalde de Monterrey y entonces delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PAN en Sinaloa, «ha tenido un crecimiento patrimonial que no concuerda con las condiciones de remuneración que ha tenido la oportunidad de demostrar».
Si se toman en cuenta sus ingresos, concluyó, le faltaría justificar de dónde sacó 25 millones para la adquisición y edificación de diversas propiedades.
El PAN aseguró que las nuevas «casitas» de Aguilar Padilla estaban valuadas en 45 millones de pesos, al margen de los 5 millones que costaba la casa que ya poseía antes de asumir la gubernatura el 1 de enero del año 2005.
Aguilar al descubierto
1. Construcciones en obra negra de dos «grandes mansiones», ubicadas en el complejo residencial La Primavera, con una superficie de 853 metros de construcción, y otra con una superficie de terreno de mil 200 metros cuadrados, las cuales adquirió en el tercer año de su Gobierno y tiene un valor aproximado de 20 millones de pesos.
2. Casa en Angostura, Sinaloa, en el poblado Colonia Agrícola México (Palmitas), con un valor estimado en 10 millones de pesos (esta propiedad ya formaba parte de su patrimonio, pero no tenía nada de construcción, sólo se contaba con el terreno y una palapa).
3. Casa ubicada en el predio La Bandera, actualmente Dautillos, del poblado Yameto, en Navolato, con un terreno de 2 mil 300 metros cuadrados y con más de 800 metros cuadrados en construcción, con un costo aproximado en 15 millones de pesos.
4. Casa en la Colonia Las Quintas, de Culiacán, con un valor estimado en 5 millones 888 mil pesos (éste es la casa que habitaba antes de asumir el cargo como Gobernador).
5. Según el anexo de la demanda panista se incluye también el acta constitutiva del Grupo Viz, de la cual es accionista «minoritario» en la empresa propiedad de Jesús Vizcarra Calderón, para lo cual el Mandatario aportó inicialmente un millón 413 mil pesos.
El camino pues de Quirino Ordaz Coppel, candidato del PRI-PVEM, va en el mismo sentido que todas las administraciones del PRI. Su apareamiento con la clase política, con los dinosaurios del PRI, con ex gobernadores, ubicados en el escándalo, lo ilustra como un personaje no confiable para la ciudadanía.
La maquinaria del PRI está oxidada. Quirino Ordaz es el retrato del viejo PRI. Ofrece lectura de un personaje inclinado al engaño de la sociedad y a la represión. Se cobija, en el cierre de su campaña, bajo la sombra de los dinosaurios estigmatizados por la corrupción. (PUBLICADO POR PROYECTO 3/Voces que Rompen el Silencio)
