Diferentes formas de entender la igualdad

Isabel Valdés

El 8M, España se convirtió por segundo año en una de las bases mundiales de la revolución feminista: 375.000 personas en Madrid, más de 200.000 en Barcelona y alrededor de 50.000 en capitales como Sevilla. La lucha por la igualdad está en la calle y en la agenda política española. «El impacto de ese movimiento feminista ha calado y las reivindicaciones feministas se ven en las propuestas electorales para las próximas elecciones generales», apunta Mercedes Ruiz-Giménez, de Poletika, una web que hace un seguimiento en varios ámbitos de los programas electorales. Aunque, añade, ese impacto se dibuja de forma dispar: «Por un lado la izquierda, con una marcada línea feminista y propuestas concretas». Por otro, la derecha, «mucho más tibia y sin ningún compromiso demasiado explícito». Al partido de ultraderecha Vox, Ruiz-Giménez no lo nombra ni una sola vez.

Después de que la moción de censura del pasado verano configurara el Gobierno con más mujeres de Europa, todos los partidos se han sumado de alguna u otra forma al tirón de la lucha por la igualdad, con consenso en dos temas. El Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que aparece en todos los programas, aunque solo PSOE y Unidas Podemos explicitan un presupuesto previsible. Y la lucha contra la brecha de género, que en la izquierda se estructura en varias medidas como la ley de igualdad retributiva que propone Podemos o el incremento de las inspecciones de trabajo que apuntan los socialistas.

El resto de temas que han abierto el debate en el último año, como el aborto —la izquierda está de acuerdo en este punto, pero no la derecha— o los vientres de alquiler —que rechazan el PSOE, el PP y Vox, pero no Podemos y Ciudadanos—, mantienen a los partidos en posiciones enfrentadas, pero no a una amplia mayoría del movimiento feminista, que, bajo la firma de 40 colectivos, entregó la semana pasada un programa electoral propio a los principales partidos; con peticiones como el rechazo a la llamada gestación subrogada o la protección del derecho al aborto. Begoña San José, de la Plataforma 7N y una de las redactoras de la propuesta, habla de este momento como el definitivo: «Es el más importante. Una recta final con muchas mujeres indecisas».

Esa palabra, mujer, aparece 16 veces en el programa electoral de Ciudadanos, feminismo o feminista, cero; en el del Partido Popular, 23 y cero, respectivamente; 44 y 16 en el de Unidas Podemos; en el del PSOE, 129 y 37; y en el de Vox, cuatro y una, esta última para proponer la «supresión de organismos feministas radicales subvencionados» y derogar todas las leyes que incluyan «perspectiva de género». Este repaso cuantitativo de dos conceptos refleja también el contenido. En este panorama, dice la filósofa y socióloga, «la izquierda mantiene una marcada línea feminista donde es clara la presencia de los derechos de las mujeres». PSOE y Podemos convergen, aunque con matices, en la mayoría de propuestas. La derecha se aproxima en algunas.

Contra el machismo

Para Ruiz-Giménez, una de las mayores conquistas y avances del movimiento feminista es el acercamiento por parte de la derecha al Convenio de Estambul, el pacto europeo contra la violencia machista, y el compromiso explícito de la izquierda: «En cuanto a recoger todas las violencias contra las mujeres (incluida la sexual) como violencias machista».

En otro tema crucial para el movimiento, como es la educación, solo se implican PSOE y Podemos, que proponen implantar una asignatura específica de igualdad en el currículo educativo; al igual que en la formación en violencia de género para todos aquellos que tengan contacto con las víctimas, algo a lo que se suma el Partido Popular.

Es en el ámbito de la conciliación y la racionalización de los horarios donde más convergen los partidos. «Aquí la derecha se acerca a la izquierda, aunque sea desde una perspectiva más tradicional de la familia», señala Ruiz-Giménez. Aunque añade: «Solo PSOE y Podemos se comprometen a ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la equiparación de los derechos del trabajo doméstico».

Para Begoña San José, las propuestas de cada partido son «claras y definen bien la posición de cada uno de ellos». Dice tener dos esperanzas: «Una, que las mujeres vean que hay formaciones que niegan la discriminación. La otra, que sea cual sea el resultado va a haber un seguimiento de las políticas que ya están aprobadas, que se aplique el Pacto de Estado y que se impulsen las medidas necesarias para eliminar la brecha salarial«.

Publicado en El país

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