Funerarias capitalinas crean sus propios protocolos para el trato de cuerpos

Rivelino Rueda

Aunque las autoridades de la Secretaría de Salud aseguran que no se tienen que tomar medidas especiales en el manejo de cadáveres de personas que fallecieron por COVID-19, distintas funerarias en la Ciudad de México determinaron poner en marcha sus propios protocolos de seguridad sanitaria.

La semana pasada, luego del primer deceso en México de un paciente contagiado por coronavirus, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, aseguró que no es necesario incinerar los cuerpos.

“Se usa lo que siempre se utiliza, y en la medida en que se haga correctamente, no hay riesgo incrementado de daño hacia el personal que labora en los centros de salud, ni en los campos clínicos, ni en el proceso de disposición de cadáveres”, afirmó el funcionario.

Y es que tras el primer deceso por COVID-19 en el país, que se registró en la Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), en un hombre de 41 años que padecía diabetes, personal de ese centro de alta especialidad y familiares de la persona fallecida denunciaron que no había un protocolo oficial para tratar el caso.

La decisión sólo fue la de sellar el ataúd, la entrega de equipo de protección a familiares directos por parte de personal del INER, así como el traslado del cuerpo en una carroza fúnebre al domicilio de los familiares. A los empleados de la funeraria no se les facilitó algún tipo de protección especial.

El hombre, identificado como Carlos “N”, fue sepultado el jueves de la semana pasada en un panteón de la alcaldía Iztapalapa.

Ante ese vacío –donde, según la Secretaría de Salud federal, al momento suman cinco decesos por esa enfermedad–, algunas funerarias ya han tomado medidas y definido protocolos para el manejo de personas fallecidas por coronavirus.

Por ejemplo, Grupo Gayosso anunció acciones, como los de informar al personal de la agencia funeraria que el cuerpo es de una persona que perdió la vida a causa del COVID-19, a fin de que el cuerpo se introduzca en una bolsa sanitaria biodegradable y desinfectarla por fuera con químicos de uso hospitalario, o con una solución de hipoclorito sódico.

La funeraria J. García López anunció medidas como la sanitización diaria de sus instalaciones con desinfectante orgánico, a base de bactericida, viricida, fungicida y alguicida, que permite la eliminación hasta en un 99.99 por ciento de virus y bacterias.

Publicado en El Financiero

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