Los vendedores ambulantes víctimas de la pandemia

Irene Medrano Villanueva

¡Somos los jodidos de ese puto virus! Murmura Gilberto Flores, quien después de correr de un lado para otro, sólo ha logrado vender dos bolsas de tomates.

Molesto y con coraje señala que con 40 pesos, apenas le alcanza para comprar un kilo de frijoles.

Son las dos de la tarde. Empecé desde antes de las ocho de la mañana y apenas he vendido dos bolsitas, esto es desesperante, ayer no vendí nada, la gente ya no sale a la calle y la poca que se ve, no abre los cristales de los carros. Los tomates me los han comprado la gente que anda a pata…Gilberto Flores

Cansado, agobiado, desesperado, otea al horizonte con la esperanza de que llegue otro vehículo y tener suerte de que le compren una bolsita “ya las estoy ofreciendo a diez pesos, no a veinte, a mitad de precio, me urge llevar comida a mis hijos”, indica.

Foto: Efrén Cárdenas | El Sol de Sinaloa

Florencio Aguirre, es otro vendedor, su giro es la venta de empanadas.

Las ventas han bajado. A los que andamos en la calle, nos tienen más miedo que al propio virus, ahora ya ando casa por casa, antes las vendía por el malecón, pero bajaron las ventas, a veces, no vendía ni una bolsa cuando antes hasta 30 bolsitas salía por díaFlorencio Aguirre

Se queja de que la gente a veces lo rechaza.

Es más el miedo que la enfermedad, no se quién nos ha metido ese temor. Yo me cuido lo más que puedo, me lavo las manos constantemente mi mujer me hizo este tapabocas, trato de estar lejos del cliente, porque sé que el virus anda por todos lados, pero la verdad la gente exagera, de algo nos vamos a morirFlorencio Aguirre

Florencio no tiene más de 40 años, pero es diabético y tiene problemas renales.

Me arriesgo mucho. Mi mujer me pide que me cuide mucho, pero los pobres no podemos quedarnos rascándonos la panza para que no contagiarnos, hay que hacer la lucha y cuidarnos lo más que podamos.

Florencio

La soledad de la capital del estado, es el principal enemigo de los vendedores ambulantes, a decir de ellos mismos.

Los vendedores han dejado los lugares donde cotidianamente se les ve ofreciendo sus productos, ahora se les ve poco por las calles transitadas, se han adentrado a las calles de las colonias en espera de reactivar sus ventas.

Foto: Efrén Cárdenas | El Sol de Sinaloa

Vendo conserva de Cosalá, antes estaba en un lugar fijo, ahora ando por las calles ofreciendo mi vendimia, pero las ventas están iguales, la gente ni siquiera saca las narices de su casa cuando paso y a gritos les ofrezco el dulce

Vendedor

Esta maldita soledad no nos ha traído nada bueno, si no nos morimos del virus, nos vamos a morir de angustia por no llevar alimento a los hijos, o de plano nos moriremos de hambre.

Gilberto.

Publicado en El Sol de Sinaloa

Otras notas que pueden interesarte