Crisis laboral por la pandemia afecta desproporcionadamente a las mujeres: IMCO

Blanca Juárez

“México y el mundo viven una crisis de cuidados dentro de una crisis económica”, y quienes llevan la peor parte de ambas son las mujeres. La pandemia de covid-19 aumentó el desempleo, los trabajos precarios, la imposibilidad de salir a buscar uno y las tareas domésticas. Y todo esto está recayendo principalmente en la mitad de la población: la femenina.

Una investigación del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco) señala tres elementos que demuestran que esta crisis está afectando “de forma desproporcionada” a las mujeres. El primero es que la recuperación económica para ellas está siendo más lenta.

“Estamos en un país donde sólo cuatro de cada 10 mujeres trabajan, mientras que ocho de cada 10 hombres lo hacen”, comenta en entrevista Fátima Masse, coordinadora de proyectos del Imco. “Esta crisis pone en riesgo los avances para reducir esas brechas y la producción que aportan las mujeres dentro de la economía”.

De acuerdo con el Diagnóstico IMCO: Mujer en la economía pos-covid, “los hombres están regresando al mercado laboral más rápido”Y aquellas mujeres que logran volver a trabajar lo hacen “en condiciones desventajosas, en parte por la carga desproporcionada que tienen dentro del hogar”.

En julio, cuando comenzó a observarse una leve recuperación, la tasa de participación económica masculina aumentó 4 puntos porcentuales respecto a junio del 2020, pero la femenina “sufrió una ligera caída” de 0.5 por ciento. La brecha de entre hombres y mujeres pasó de 25.8% en mayo a 33% en julio.

El segundo factor es que la mayoría trabaja justamente en los sectores que debieron suspender labores. El 53% de las mujeres están empleadas en negocios de hospedaje y alimentos, comercio al por menor y otros servicios.

El tercer elemento es que están “subrepresentadas en los puestos de liderazgo, tanto en el sector público como en el privado. Esto reduce la posibilidad de que las necesidades de las mujeres se vean reflejadas en la toma de decisiones”.

En las empresas, a nivel de entrada 37% es mujer, y sólo 10% de los comités ejecutivos y el 8% de las direcciones generales tienen representación femenina.

10 propuestas sobre la mesa

Mujer en la economía pos-covid-19 es el primer documento de una nueva área que estrenó el Imco. “Se enfocará en estudiar el papel de las mujeres en la economía y su rol en la competitividad”, explica Fátima Masse.

“Hay que profundizar en las causas de género, no se puede resolver todo de un plumazo o con un decreto. Queremos entender las causas y las barreras para ofrecer políticas públicas que aporten a la solucionar este problema”.

Y para lograr un mercado laboral equitativo, el Imco propone 10 acciones específicas:

» 1. Estudiar a profundidad las brechas de género en la economía. Investigaciones sobre las nuevas barreras de entrada o permanencia que enfrentan las mujeres para trabajar.

» 2. Robustecer las estadísticas para medir las brechas de género. Por ejemplo, no sólo preguntarles a las trabajadoras si tienen hijos o hijas, sino también a los hombres. Actualmente sólo se le pregunta a ellas en las encuestas del Inegi, explica Masse.

» 3. Acciones para que más mujeres asciendan a posiciones de liderazgo. Programas de mentoría, ajustes en el diseño de las convocatorias de ingreso y visibilizar a mujeres líderes son algunas. También contemplan facilitar recursos para potenciar habilidades de liderazgo, negociación, comunicación y construcción de redes profesionales.

» 4. Sistema universal de cuidados infantiles. Que no sea “un privilegio exclusivo de las personas con empleos formales”. El Imco propone incluir subsidios para guarderías y escuelas, y que esos gastos sean deducibles de impuestos. Esto “permitiría que las madres trabajadoras continuaran con su participación laboral incluso durante la pandemia”.

» 5. Licencias de cuidado. Ampliar la licencia de maternidad a 14 semanas y desarrollar la licencia de paternidad. Pero, además, introducir otra licencia para atender emergencias de salud familiares. Todos los permisos deben diseñarse para impulsar la participación de hombres en las obligaciones de cuidado.

» 6. Políticas corporativas de integración vida-trabajo. Algunas de ellas son el teletrabajo, días personales con goce de sueldo y horarios flexibles.

» 7. Escalonar el regreso a clases presenciales. Las escuelas no deben abrir hasta que la epidemia esté controlada. Pero una vez que las clases sean presenciales, lo mejor es iniciar en las zonas con menos casos y con los alumnos más pequeños, sugiere el Imco.

» 8. Proteger a las maestras. Devolver el presupuesto que se le quitó a las escuelas en junio del 2020 para la adquisición de gel antibacterial, cubrebocas, caretas y otros materiales. Casi 70% del personal docente es mujer, por lo que esa población está más expuesta.

» 9. Incentivos para que las mujeres sigan estudiando. En el 2017 el Inegi reportó que el 18.1% de las mujeres entre 15 y 17 años que abandonaron sus estudios fue por embarazo, matrimonio o unión y motivos familiares. Esto puede aumentar durante la pandemia, advierte el Imco. Becas y una mejora en la calidad académica podrían aumentar “las expectativas laborales de la próxima generación de trabajadoras”.

» 10. Programas sociales para trabajadoras vulnerables. La falta de salario o de ingreso les resta autonomía económica, y eso puede orillar a las mujeres en situaciones vulnerables a tolerar la violencia en sus familias. Los seguros de desempleo, los créditos, y otras modalidades de transferencias directas podrían ayudarles.

El Imco enfatiza que para aminorar los efectos de la pandemia en la economía es necesario proteger al talento femenino. Eso contribuirá a acelerar la recuperación, sostiene.

Publicado en El Economista

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