Conoce cómo hacer una calaverita literaria para el Día de Muertos

Miguel Sagnelli

Una de las tradiciones que acompañan al Día de Muertos en México, son las famosas calaveritas literarias, que son poemas breves y humorísticos que plantean situaciones imaginarias y el encuentro de un personaje con la muerte.

Este género popular tiene como propósito recordar a las personas que todos moriremos algún día, sin embargo, utilizan el humor y el amor en sus versos.

Asimismo, las calaveritas suelen satirizar a personajes célebres o políticos, para expresar críticas a favor o en contra de ellos por medio de la burla o la ironía.

A continuación, compartimos todo lo que debes saber sobre las calaveritas literarias y cómo escribirlas.

Una calaverita literaria es un poema breve y de carácter popular, que forma parte de las tradiciones mexicanas, especialmente en la época del Día de Muertos.

Estos poemas con sentido humorístico plantean situaciones imaginarias, en donde un amigo o personaje se encuentra con la personificación de la muerte y esta se lo lleva al otro mundo.

Por ello, es común que las calaveritas literarias satiricen a personajes célebres o políticos, ya que suelen expresar críticas a favor o en contra por medio de la burla o ironía.

Se cree que un religioso franciscano llamado Joaquín Bolaños fue quien escribió la primera calaverita literaria, por medio de la cual expresaba su apreciación de la muerte desde un punto de vista humorístico o burlesco.

Posteriormente, las calaveritas fueron utilizadas en la época virreinal por algunos escritores para burlarse de los largos epitafios de los nobles, por lo que creaban versiones propias, como una crítica social o burla a algún gobernante.

Aunque estos textos de tono irónico fueron reprimidos desde sus inicios, ganaron cierta popularidad y, en el siglo XIX, el grabador José Guadalupe Posada les dio un giro gracias a su ilustración de la «Calavera garbancera», la cual Diego Rivera bautizó como «La Catrina».

Las calaveritas literarias son un género popular que le recuerda a las personas que todos moriremos algún día, por lo que sus características más comunes son:

  • Redacción en forma de versos, con rimas asonantes o consonantes.
  • Descripción de un destinatario y una situación.
  • Uso de la burla y el tono irónico para expresar descontento o mofa hacia las actitudes o acciones de una persona.
  • Escrito en forma de epitafio.

La estructura de la calaverita literaria es muy particular. Si bien el tema es libre, la composición debe incluir estos elementos:

Versos octosílabos. No existe una métrica formal, pero el formato más común es el verso de ocho sílabas. Las estrofas pueden ser de cuatro versos o de diez.

Rimas consonantes. Pueden ser básicamente de dos tipos: A, B, B, A (que las últimas palabras del primer y último verso suenan igual o muy similar, así como las de las dos de en medio) y A, B, A, B (que el primer y tercer verso rimen, al igual que el segundo y el cuarto).

Mención de la muerte. El objetivo de las calaveritas es hablar de cómo y por qué la muerte se llevó al panteón a determinada persona, por lo que esta siempre tiene que aparecer en el texto.

Características de la persona a la que se dedica. Como el argumento en las calaveritas es siempre que la muerte se lleva a alguien, se deben incluir características de la persona a la que se le dedica.

Humor. Las calaveritas literarias suelen mezclar el recordatorio de lo inevitable de la muerte con el humor, el amor, la dulzura o el cariño.

Final sorprendente. Es importante terminar el verso con un final inesperado, es decir, empezar con las características de la persona y llevar la historia hacia el final sorprendente, para hacer notar que es una calaverita hecha para ella.

Un buen consejo al escribir una calaverita literaria es cantar las sílabas, ya que los versos populares no necesariamente se escriben, sino que primero se dicen. Por ello, se puede intentar cantarlas con tonadas populares para ver si realmente riman.

Calaverita a la Catrina

Con simpatía femenina Horrorizó a los pelmazos La calavera catrina Con sus huesudos abrazos

Pidió que no se asustaran No venía a agarrar parejo Pero que no se ocultaran O les quitaría el pellejo

Hasta cupido quería Tocar su suave osamenta Por eso a gritos pedía Una carreta más lenta

Mientras pasa va dejando De cempaxuchitl fragancia La muerte va perfumando Los lugares de su estancia

Ya no es joven ni madura Es blanquecina y obscura Hasta al ser con más bravura Le hace desear sepultura

La esquelética divina Siempre andará entre parientes Solo La Bella Catrina Nos hace pelar los dientes.

Publicado en Vanguardia

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