Paradojas y realidades de una elección

María Margarita Free del Castillo

Las campañas electorales del 2021 están marcadas por la amargura, el asombro, la paradoja y la dinámica de la sociedad civil; por la amargura que corroen aun las entrañas de los “analistas” distorsionadores de la realidad y que siguen patinando fabricando falsos escenarios y por el asombro porque la justa comicial fue capaz de mezclar el agua y el aceite (PRI-PAN-PRD). 

Paradójico porque los dueños del dinero usaron fallidamente las bases sociales del PRI para intentar no perder el Poder en Sinaloa y escalar posiciones en la Cámara de Diputados para contrarrestar la política de “primero los pobres y combate a la corrupción” del Presidente Andrés Manuel López Obrador.   

En la dinámica de la sociedad civil se inscribe la lucha de Morena-PAS que logró lo que parecía imposible: sacar al PRI y a su cómplice, el PAN, del Palacio de Gobierno. Es indiscutible que para pasar de un gobierno controlado por la mafia del poder a un gobierno reformista y transformador fue necesario unir a las fuerzas vivas democráticas de Sinaloa en un solo proyecto. 

Ahí anda aún pateando piedras, el ex asesor electoral Ernesto Hernández Norzagaray, enojado por la realidad y la coyuntura electoral que provocó el reencuentro de dos amigos, los ex rectores de la UAS, Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, quienes que amalgamaron experiencia y equipos para alzarse con la victoria bajo la fórmula Morena-PAS. Colérico, también, porque Alejandro Higuera Osuna mandó a freír espárragos al Partido Acción Nacional y se unió a las fuerzas democráticas de Sinaloa para aplastar al PRI-PAN-PRD: 

La derrota de Mario Zamora le abrió a Norzagary una herida –ya se soñaba asesor del gobierno estatal priista-, de la que supura pus y amargura. No entiende que la victoria contra sus amigos del PRI-PAN-PRD fue posible gracias a la suma de las corrientes políticas, de la insurgencia ciudadana en movimiento, en un escenario ríspido en el que el priismo y el panismo, en el que las ultraderechas refrendaron lealtades y sumaron esfuerzos para luchar contra el proyecto de la Cuarta Transformación en Sinaloa.   

Se recuerda que el ex asesor electoral – de la época de Juan S. Millán y Jesús Aguilar Padilla- formó parte de las corrientes “expresivas” de la mal llamada izquierda, pero amamantadas por el PRI-PAN-PRD, que insistieron en “encapsular” a Morena y Rubén Rocha Moya para entorpecen el desarrollo de la praxis política, pragmática y vanguardista, que se requería para ganar contundentemente la elección.    

Juntos, Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda enfrentaron las “estrategias” de Quirino Ordaz Coppel, de los asesores-consultores del PRI-PAN-PRD y a otros partidos “nacionales”. El PAS –le guste o no a Norzagaray- refrendó en la campaña su lucha permanente contra la corrupción, la antidemocracia, la injusticia y la ilegalidad, fenómenos que han sumido a Sinaloa en la actual crisis económica, política, en la pérdida de valores, en la descomposición social y la violencia.  

Le duele aún el triunfo de Morena-PAS a Norzagaray y reniega porque Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda encabezaron una verdadera revolución de las conciencias de un amplio segmento de sinaloenses contra la decadencia y la antidemocracia, la degradación política y social. Lograron que el pueblo se organizara electoralmente para decir ¡basta! a quienes, movidos por la ambición al dinero y al poder, mantienen aún (hasta el día ultimo de octubre) secuestradas a las instituciones públicas, sin importarles el sufrimiento de la gente y el destino de Sinaloa.  

En enero Rocha Moya precisó: Para tener mayor posibilidad de éxito ante la coalición PRI, PAN y PRD, el movimiento de la Cuarta Transformación debe ir acompañado por el Partido Sinaloense en candidatura común. 

“Creo que estamos luchando y vamos a luchar con una configuración de alianza que se hace enfrente de los conservadores contra el proyecto de Andrés Manuel y nosotros tenemos que zurcir con aquellos que tengamos mínimas o máximas coincidencias”, apuntó y recordó que política es pragmática en un gran porcentaje sin llegar con ello a establecer alianzas que contravengan el proyecto transformador que se pretende aterrizar en Sinaloa.

La amargura de Ernesto Hernández Norzagaray lo hace desvariar ¡ey, señor! ¡despierte! ¡La elección ya pasó!  y le guste o no, Morena y el PAS se alzaron con la victoria. De nada le sirvió al PRI-PAN-PRD sus servicios como comunicador del régimen de la corrupción y a estas alturas son estériles todo tipo de comentarios “a toro pasado” pues, lo suyo, tienen los tintes y los olores clásicos de los despachos del PRI. O lo que queda del tricolor. 

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