¿Por qué los científicos asocian una dieta rica en grasas con el cáncer de mama?

Julio García G. / Periodista de Ciencia

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el cáncer es ya la tercera causa de muerte en México solamente por detrás de las enfermedades del corazón y la diabetes mellitus.

El cáncer de mama, por su parte, tuvo una incidencia en nuestro país de 27 casos por 100 mil habitantes en 2022, lo que lo coloca como el principal tipo de cáncer detectado; por delante del cáncer de próstata y de pulmón.

Una de las posibles causas del aumento en la incidencia de cáncer de mamá, no solamente en México sino también a nivel mundial, podría ser atribuible a una dieta rica en grasas. Al menos eso es lo que demostraron un grupo de investigadores chinos en un estudio publicado el pasado 16 de mayo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

En este nuevo trabajo, firmado por Jiewen Chen y sus colegas de la Universidad Sun Yat-sen, situada en el sur de China, se ha encontrado una relación entre una dieta rica en grasas, un tipo de bacteria que vive en el intestino y el cáncer de mama.

Foto: Pexels

Y resulta que, a partir de experimentos con ratones y seres humanos (con los ratones compartirnos aproximadamente el 99% de los genes) Chen ha demostrado que llevar este tipo de dieta alta en grasas se asocia con un incremento en la presencia de una bacteria llamada Desulfovibrio vulgaris la cual, además de vivir en el intestino, puede sobrevivir en aquellos ambientes con mucha salinidad, por lo que es muy resistente.

Para llegar a esta conclusión, Chen y sus colegas tomaron muestras de tejido y materia fecal de 61 personas con cáncer de mama en el hospital Sun-Yat-Sen Memorial en China, antes de que éstas recibieran algún tipo de tratamiento.

Lo sorprendente fue que aquellas mujeres cuyo Índice de Masa Corporal (IMC) fue superior a 24, es decir, tenían un alto índice de grasa corporal, tuvieron mayor presencia de Desulfovibrio en el intestino, mientras que aquellas personas con un IMC que no pasaba del límite de 24 tuvieron mucho menor presencia de esta bacteria.

Por otro lado, para terminar de corroborar este vínculo entre un alto IMC y la presencia de la bacteria Desulfovibrio, los científicos trasladaron sus experimentos a ratones, demostrando una vez más el vínculo entre una dieta rica en grasas y la presencia de dicha bacteria.

Bacterias Desulfovibrio vulgaris. Imagen: researchgate.com

Además, también lograron descubrir que la presencia de Desulfovibrio se relacionó con niveles más elevados de un tipo de células capaces de debilitar considerablemente el sistema inmunitario. A dichas células, que surgen en la médula ósea, se les denomina mieloides inmaduras y entre sus características destaca el hecho de ser inmunosupresoras.

Lo anterior indica la correlación entre altos niveles de la bacteria Desulfovibrio y un sistema inmunitario débil.

De hecho, cuando a los ratones se les administró un antibiótico para matar a las bacterias se encontró que los niveles de células mieloides inmaduras habían descendido drásticamente y regresaban a la normalidad, lo que indica el vínculo entre un aumento en el IMC y el debilitamiento del sistema inmunitario.

No obstante, tanto Chen como sus colegas han mencionado que realizarán más estudios para terminar de comprender cómo se produce este complejo vínculo (mediante qué tipo de mecanismo biológico) entre Desulfovibrio, el Índice de Masa Corporal y el sistema inmunitario.

Otro hallazgo relevante que se dio a partir de estos experimentos es que una dieta rica en grasas -al menos en ratones- estuvo relacionada con el aumento en los niveles de un aminoácido llamado leucina, el cual es uno de los veinte aminoácidos responsables de sintetizar proteínas y cuya presencia se observa en el hígado, en el tejido muscular y curiosamente, también, en el tejido adiposo. Este último tiene la función de almacenar energía en forma de grasa.

Y, a mayor presencia de la bacteria Desulfovibrio, la cual se beneficia justamente de una dieta rica en grasas, aumenta considerablemente la presencia de leucina.

Respecto a lo que representa la investigación de Chen y sus colegas para el tratamiento del cáncer de mama, es probable que, a partir de estos experimentos, surjan ideas novedosas para abordarlo desde una perspectiva donde el sistema inmunitario se convierta en el protagonista de esta batalla que se libra día con día contra uno de los grandes males que aquejan no solamente a la humanidad, sino a otros seres vivos, el cáncer.

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