Depresión posparto, una condición que limita el retorno al trabajo

Sonia Soto

Este padecimiento genera mucha confusión en las mujeres, pérdida de concentración y atención plena. La fatiga, debido a que les cuesta conciliar el sueño, detonará estrés, lo cual impide que las trabajadoras retornen de la mejor manera a sus actividades laborales.

La portada de revista que muestra a una mujer después del parto entera, plena y feliz es un signo claro de lo romantizada que está la maternidad en la sociedad. Aunque las mujeres desearían vivir este momento a plenitud, la sombra de la tristeza y depresión postparto puede afectar este proceso, incluso su reincorporación al trabajo.

Se estima que cada año, al menos 40 millones de mujeres en el mundo padecen un problema de salud a largo plazo causado por el parto, entre ellos, la ansiedad (de 9% a 24%) y la depresión (de 11% a 17%), según el estudio Salud materna durante el periodo perinatal y más allá de The Lancet Global Health.

En México, dos de cada 10 mujeres desarrollan depresión durante el embarazo y en el primer año tras el parto. De ellas, al menos 75% no son diagnosticadas, no reciben tratamiento ni la atención adecuada, de acuerdo con Laura Elena Navarrete Reyes, investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.

“La construcción de la maternidad como un estado idealizado de felicidad y satisfacción ha dificultado el reconocimiento de la depresión perinatal y la aceptación del hecho de que muchas madres experimentan sentimientos contrarios al goce y alegría esperados. Esto ha influido en que el estudio de la depresión perinatal no iniciara sino hasta muy recientemente, en los años 80 del siglo pasado”.

Así lo refiere el documento Depresión posparto, un problema de salud pública que requiere de mayor atención en México, realizado por la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.

La depresión posparto y su impacto en el retorno al trabajo

De acuerdo con Adecco Institute, el postparto es parte de la etapa perinatal, se considera un período de adaptación, y es probable que se experimente una amplia gama de síntomas físicos: dolor en el perineo, dolores después del parto, dolor después de una cesárea, flujo o sangrado vaginal, dolor en los senos, hinchazón y cambios mentales.

Mafer Olvera, cofundadora de la consultora SIKI, explica que la tristeza posparto es una condición muy común y, sobre todo, temporal. A diferencia de la depresión posparto que puede durar incluso años después.

La especialista refiere que se caracteriza por cambios de humor que pueden ir de leves a más agudos, pero son transitorios. También hay llanto, tristeza, ansiedad generalizada, irritabilidad, fatiga y dificultad para dormir.

“Con la llegada del bebé la atención se centra en éste y se nos olvida que las mujeres presentan cambios biológicos, químicos, físicos y orgánicos. Esto es por ciertas bajas de neurotransmisores muy importantes como serotonina, dopamina, melatonina, que impiden que los primeros días las mamás puedan estar en óptimas condiciones”, explica.

Las mujeres con esta condición experimentan sentimientos muy persistentes de tristeza y desesperanza. De vacío, desasosiego, hay mucho llanto frecuente e incontrolable, y en la mayoría de las ocasiones no se habla con nadie de ello, lo que tiende a agudizar el problema.

“Hay también una pérdida de interés y de placer hacia actividades que solían disfrutarse; fatiga mucho más extrema y pérdida de energía, así como una mayor dificultad para dormir o conciliar el sueño”, afirma la especialista.

Aunado a esto también aparecen sentimientos de culpa, las mamás se sienten completamente fuera de su centro y pueden pensar que no son lo suficientemente adecuadas, llegan a tener sentimientos de inutilidad.

“No hay ansiedad, pero la depresión es precursora de ésta y cuando ya hablamos de una depresión posparto seguramente habrá ansiedad hasta posiblemente llegar a ataques de pánico”, comenta Mafer Olvera.

Adecco Institute dice que la tristeza posparto se considera normal y generalmente no requiere más que comprensión, paciencia, sueño y cuidado personal.

Y es sólo si estos síntomas persisten después de dos o tres semanas cuando las mujeres deberían preocuparse. Si eso sucede, es posible que se necesite hablar con un profesional de salud mental que pueda ayudar a determinar si el problema es más grave, recomienda.

¿Cómo afecta a la reincorporación al trabajo?

La especialista en salud mental en entornos laborales indica que la tristeza y la depresión posparto tienen afectaciones de manera integral en las mujeres.

“Generará mucha confusión, pérdida de concentración y atención plena. Y hay un elemento importantísimo que tiene que ver con la fatiga, debido a que les cuesta conciliar el sueño. Lo que va a detonar sin duda estrés”, advierte.

Lo ideal es que, ante todo este proceso por el que está pasando, la mujer tenga la menor cantidad de cargas emocionales, es decir, culpa por dejar al bebé, para que el regreso al trabajo sea placentero, pueda tener un balance y equilibrio.

Cómo mejorar el entorno para la reincorporación 

Adecco Institute refiere que cuando las mujeres son mamás primerizas, es probable que el trabajo sea lo último que tengan en mente, pero la licencia de maternidad no es eterna.

Regresar a la oficina puede provocar ansiedad. Tomará tiempo que se adapten a la nueva normalidad, y por esta razón, es importante que se sienten con sus jefes para discutir su regreso.

“Establecer expectativas claras, asegurarse de acordar un cronograma, hablar sobre los descansos laborales. Negociar salir solo algunas veces por semana temprano y seguir en casa, hacer trabajo remoto o estar medio día en el trabajo”, ejemplifica.

Por su parte, Paola Palazón Seguel, cofundadora de Siki y activista de los derechos de la mujer y de la salud mental, considera que es importante generar ambientes laborales, tomando en cuenta todos los cambios que vive una mujer al ser madre: físicos, emocionales, biológicos y sociales, para que el regreso sea fácil.

“Y eso significa regresar a un espacio que cuente con las condiciones de seguridad psicológica. Creo que todo está basado en la empatía. Siempre digo que irónicamente el sistema social no está preparado para las maternidades”, explica.

La especialista agrega que hoy existen en torno a este tema dos conversaciones importantes en México: el Sistema Nacional de Cuidados y las licencias por paternidades. Ambos proyectos legislativos contemplan generar soluciones y condiciones laborales que favorezcan el bienestar emocional de madres, de infancias, de familias y por ende de la sociedad en su conjunto.

¿Cómo pueden apoyar las empresas a las mujeres en este proceso?

Paola Palazón Seguel dice que las mujeres que atraviesan por este proceso de tristeza o depresión posparto, requieren mucha empatía, no sólo de los liderazgos, sino de colegas. “Y siento que incluso el preguntar: ¿qué necesitas? o ¿cómo estás? hace toda la diferencia”.

Desde las organizaciones se deben ejecutar políticas corporativas no sólo pensando en las madres, sino en los padres también, en las familias en general.

«Desde los centros de trabajo hay que fomentar la corresponsabilidad en las tareas de cuidados de las infancias y para ello hay que generar condiciones igualitarias para que los hombres puedan ejercer sus paternidades: licencias, flexibilidad, horas personales para llevar a hijas e hijos al médico, acompañar en tareas, cuidar en general”, advierte.

La especialista afirma que es importante hacer hincapié en este último punto porque para generar cambios sustanciales, hay que cambiar las narrativas, y para ello, se debe equilibrar la balanza.

El cansancio por cuidar a un bebé es clave para los trastornos depresivos o de baby blues y las mujeres históricamente suelen sacrificar sus carreras profesionales para ocuparse de los cuidados y las más propensas a sufrir trastornos mentales. Por eso, las soluciones tienen que ser integrales y abarcar a todas y todos”, considera.

Para apoyar este proceso, recomienda que las empresas ayuden a las mujeres con:

  • Programas y beneficios de apoyo y contención emocional
  • Programas de desarrollo profesional para madres
  • Horarios flexibles
  • Espacios de cuidados para infancias
  • Horas personales
  • Lactarios

Paola Palazón agrega que es importante visibilizar el bienestar materno y entender que, si bien hay factores físicos y biológicos después del nacimiento de un bebé, el factor social juega un rol muy importante.

“Todas las creencias y narrativas en torno a las maternidades, en torno a los roles, a los ideales de maternidad e incluso las creencias en torno al trabajo, tiene una incidencia importante en la salud mental de las mujeres”.

Por su parte, Mafer Olvera, dice que hay una corresponsabilidad entre los centros de trabajo, entre las familias, entre las parejas. Entre toda la red extensa de las mujeres y por supuesto, desde el Estado, para que se garanticen estas condiciones óptimas y que no haya una desigualdad entre el regreso de mujeres al trabajo. “Tenemos que ir encaminando a que existan estas condiciones seguras y óptimas para que en ambos casos se puedan desarrollar plenamente”.

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