¿Por qué hay más casos de insuficiencia renal en México y otros países? Cambio climático, entre los factores

Samedi Aguirre

La tasa más alta de decesos por insuficiencia renal en el país se alcanzó en 2023. Según el más reciente informe del INEGI, el año pasado murieron 15 mil 928 personas en México por este padecimiento que es una de  las 10 principales causas de muerte en el país. 

Aunque durante 2021 y 2022 –pico de la pandemia de COVID-19– hubo una ligera disminución en el reporte de muertes por problemas renales, el aumento ha sido sostenido al menos desde 2014, y se ve reflejado no solo en datos nacionales, pues a nivel internacional la enfermedad que afecta el funcionamiento de los riñones también ha ido en aumento, causando millones de muertes y elevando los costos de salud pública. 

Especialistas consideran que factores como el aumento de temperatura en el planeta, y de otras enfermedades crónicas como la diabetes y el envejecimiento de las poblaciones son factores que han contribuido a este incremento. 

De hecho, en una ​​declaración conjunta de la Sociedad Internacional de Nefrología, la Asociación Renal Europea y la Sociedad Americana de Nefrología y otras sociedades regionales solicitaron a la OMS incluir a la enfermedad renal en la declaración actual de la OMS sobre las principales enfermedades no transmisibles que impulsan la mortalidad prematura. 

También advirtieron que actualmente la enfermedad renal es la tercera causa de muerte de más rápido crecimiento a nivel mundial, y que en 2040 podría convertirse en la quinta causa de mortalidad en el mundo. 

Pero, ¿qué tiene que ver el cambio climático con el aumento de las muertes por enfermedad renal? Te explicamos: 

¿Qué es la insuficiencia renal? 

Los riñones son como un puño cerrado colocados en la parte trasera de la espalda. Pocas veces pensamos en ellos como un órgano importante, pero lo son. De hecho, son los encargados de limpiar y filtrar el organismo.

Su función es eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. También eliminan el ácido que producen las células y mantienen un equilibrio de agua, sales y minerales en la sangre. Todo lo anterior es indispensable para que los otros tejidos del cuerpo funcionen normalmente, según explica el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos. 

La enfermedad renal crónica ocurre cuando los riñones pierden progresivamente la capacidad de filtrar los desechos de la sangre, ya sea por una lesión o como consecuencia de alguna otra enfermedad. Si no se trata a tiempo puede avanzar hasta convertirse en una insuficiencia renal en etapa terminal, la cual es mortal si no se realizan filtraciones artificiales (diálisis) o un trasplante de riñón.

De acuerdo con la OPS, los signos y síntomas de la enfermedad renal crónica se desarrollan con el paso del tiempo y el daño renal suele avanzar lentamente. Pero, entre otra cosas, puede causar náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, disminución de la agudeza mental, espasmos musculares y calambres, hinchazón de pies y el tobillo y presión arterial alta.

Algunos especialistas le llaman una “enfermedad silenciosa”, pues el deterioro de la función renal se da poco a poco y los sintomas aparecen hasta que el daño ya es avanzado. 

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió desde hace 5 años sobre el incremento de enfermedades renales en países como Costa Rica y México, donde se registró un aumento de 21% en los casos entre el año 2000 y el 2020. 

Captura incremento de enfermedades renales
Captura Organización Panamericana de la Salud (OPS)

En el caso de Costa Rica, el aumento en el mismo periodo fue del 36%. Mientras que  Canadá reportó una disminución de 38% y Colombia del 8%.  

Aunque vale la pena considerar que, a decir del doctor Ramón Medina, médico internista, nefrólogo y académico de la Universidad de Guadalajara, el registro de las enfermedades renales en México se queda corto, podría haber más casos de los reportados. 

La tasa más alta de decesos por insuficiencia renal en el país se alcanzó en 2023. Según el más reciente informe del INEGI
Captura INEGI aumento muertes por insuficiencia renal

El mismo Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reconoce que la insuficiencia renal crónica es “una enfermedad que ocasiona gastos catastróficos”, pues las terapias de reemplazo renal tienen costo elevado por los equipos, suministros especializados y frecuencia que requieren. 

“La insuficiencia renal crónica está asociada a un número relativamente reducido de pacientes; sin embargo, la complejidad e intensidad de su atención ocasiona un elevado gasto promedio estimado en 372 mil pesos por paciente, lo cual es de 24 veces más caro que un paciente con diabetes o 61 veces más caro que un paciente con hipertensión arterial. Para dimensionar esta situación, las y los pacientes con insuficiencia renal representan 1%, pero generan 26% del gasto por los tres padecimientos”, señala.

Diabetes, obesidad e hipertensión 

De acuerdo con los doctores Ramón Medina, médico internista, nefrólogo y académico de la Universidad de Guadalajara y Miguel Ángel Martínez, académico de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, el aumento en otras enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y la hipertensión van de la mano con el aumento de la enfermedad renal. 

Y precisamente, señalan  que los cuidados del riñón, como de muchos otros órganos, se centran en hábitos saludables que podemos integrar a nuestra cotidianeidad.

Entre estos hábitos se encuentran el hacer ejercicio, alimentarse sanamente, incluir frutas y verduras en la dieta, intentar comer poca carne y pocas grasas. Pero sobre todo evitar las bebidas embotelladas azucaradas, la automedicación y el consumo de suplementos o sustancias que no fueron indicados por un profesional de la salud. 

Y, ¿qué tiene que ver la diabetes y la hipertensión con el funcionamiento del riñón? 

El doctor Randy Luciano, nefrólogo de Yale Medicine, explicó que “si alguien tiene diabetes, el alto nivel de azúcar en sangre puede obstruir y estrechar los diminutos vasos sanguíneos del riñón, lo que provoca daño renal. En las personas con presión arterial alta, hay un aumento en la fuerza de la sangre que empuja contra las paredes de los vasos en todo el cuerpo, incluidos los riñones, lo que afecta su capacidad para eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, funciones renales clave”.

Genética

Por otro lado, una investigación publicada en la revista especializada Gaceta Médica de México encontró  que existen numerosos pacientes con enfermedad renal crónica “en quienes la causa no se encuentra definida”. 

Investigadores del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” analizaron el caso de más de 50 pacientes referidos a esa institución por enfermedad renal de origen desconocido con características muy similares: hombres jóvenes y trabajadores agrícolas sin factores de riesgo, provenientes de Tierra Blanca, Veracruz. 

Aproximadamente 25 % de los pacientes en la lista de espera de trasplante renal de Veracruz provenía de la región de Tierra Blanca, que representa sólo 1.3 % de la población del Estado. Esto aún se encuentra bajo análisis, para definir los factores que aumentaron los casos en una zona específica. 

“Aunque algunos factores ambientales pudieran explicar la gran cantidad de casos de enfermedad renal crónica de etiología desconocida a nivel nacional, es posible que en algunos el origen sea genético”, señalaron los investigadores. 

En este sentido, el doctor Miguel Ángel Martínez explica que gracias a estudios genómicos se ha visto que la presencia de ciertos genes está más relacionado con la enfermedad renal en ciertas poblaciones. 

De hecho, según la American Kidney Fund, “los estadounidenses de etnia hispana tienen 2 veces más probabilidades de desarrollar insuficiencia renal”.  

Pero los genes no son lo único que podría causar el aumento de la enfermedad en personas que se dedican a la agricultura. 

El doctor Medina explica que enfermedades en el riñón que aparecen en jóvenes  suelen ocurrir en personas que tienen una serie de factores de riesgo, como realizar trabajo bajo el sol en el campo. Por un lado, esto se puede asociar a la exposición a algunos herbicidas. Pero también a  la actividad misma y hábitos de vida, como el tipo de bebidas que se consumen. 

“La hidratación es muy mala durante el trabajo, son trabajos extenuantes y cuando se tienen que hidratar, pues usualmente toman bebidas embotelladas azucaradas, como refrescos”, señala. 

¿Cambio climático e insuficiencia renal? 

Una investigación publicada en 2021 estimó que en 2019 hasta el 8% de las muertes por enfermedad renal crónica fueron atribuibles a temperaturas ambientales no óptimas, ya sea altas o bajas. 

Al respecto, el doctor Medina señala que la emergencia climática es un elemento que no debemos dejar de considerar, pues el aumento de temperatura en la tierra causa más calor y por lo tanto más riesgo de deshidratación y mala hidratación, por ejemplo con consumo de bebidas azucaradas. 

Pero no solo es el calor un riesgo para nuestro riñones, pues según el especialista aspectos como la contaminación del agua y la contaminación ambiental nos exponen a ciertas sustancias en alimentos procesados, a metales pesados y otros contaminantes que pueden provocarnos enfermedad renal.

En este sentido, el doctor Martínez también advierte que las personas que viven en zonas tropicales y desérticas tienen un riesgo importante de desarrollar problemas con los riñones, pues las altas temperaturas pueden causar cuadros de deshidratación muy importantes que pueden llegar a afectar el funcionamiento de los riñones. Y esto se agrava si hay poca accesibilidad al agua. 

“Si tenemos episodios repetitivos de deshidratación que conlleva la lesión renal aguda, pues evidentemente va a generar que a un corto o mediano plazo podamos evolucionar a enfermedades renales crónicas por el simple hecho de estarnos exponiendo a temperaturas elevadas, a cuadros de deshidratación repetitivos”.

El académico de la UNAM también señala que actualmente se están desarrollando muchos estudios en los cuales se han encontrado altos niveles de microplásticos en alimentos y bebidas, y estos microplásticos tienden a dañar de una forma muy importante a los riñones.

De forma indirecta, las sociedades de nefrología también advierten que el cambio climático afectará la disponibilidad de agua, elemento indispensable para la realización de hemodiálisis. 

Y también señalan que  “emergencias como los fenómenos climáticos extremos (sequía, tormentas, inundaciones e incendios), los desastres naturales como los terremotos en Turquía y Siria y las inundaciones en Pakistán, así como los desastres provocados por el hombre como las guerras y los conflictos, afectan la capacidad de los pacientes con enfermedad renal de acceder y recibir un tratamiento que les salve la vida, como la hemodiálisis o el trasplante de riñón”. 

Economía y población 

Especialistas estiman que aproximadamente 850 millones de personas en todo el mundo tienen enfermedad renal, la mayoría de las cuales viven en países de ingresos bajos y medianos bajos, y se cree que una gran proporción de estas personas carecen de acceso al diagnóstico, prevención o tratamiento de la enfermedad renal. 

“Hasta 9 de cada 10 personas con ERC (enfermedad renal crónica) en entornos de escasos recursos con una infraestructura de atención primaria débil desconocen que tienen esta afección y, por lo tanto, no buscan tratamiento”, señalan sociedades internacionales de nefrología. 

Según el estudio Global Burden of Disease (GBD), la prevalencia mundial de la enfermedad renal crónica aumentó un 33% entre 1990 y 2017. Fundamentalmente, el mayor crecimiento se concentra fuera de los países de ingresos altos.

“Las poblaciones indígenas, las personas que viven en áreas rurales, los migrantes, las personas mayores o las afectadas por la pobreza, la falta de vivienda y la inseguridad alimentaria tienen más probabilidades de verse afectadas por la enfermedad renal y desarrollar sus peores manifestaciones”, advierten las asociaciones de nefrología. 

A decir del doctor Medina también hace falta mejorar la cobertura en el sistema de salud en México, pues los tratamientos necesarios para poder sobrevivir a la enfermedad son costosos.

“Son enfermedades que no están cubiertas al 100% (en sistema de salud pública),  y pues los pacientes que requieren diálisis si no tienen recursos están destinados a morir sin una terapia adecuada”, señala.

Pero además, el envejecimiento es otro de los factores que podrían aumentar los casos de enfermedad renal. Investigaciones estiman que para 2035, hasta 1,100 millones de personas en el mundo tendrán más de 65 años, un aumento del 60% desde 2020. 

Al respecto, el doctor Martínez explica que más o menos a partir de los 40 años vamos teniendo un descenso gradual  de la función renal, únicamente asociado al simple hecho de estar envejeciendo. Algo como lo que sucede con nuestra piel u otros órganos. 

Y a todo lo anterior vale la pena agregar que no existe una cultura de la donación de órganos suficiente para atender a todas las personas que requieren un trasplante para poder sobrevivir. 

Por ello, adquirir hábitos alimenticios saludables, hacer ejercicio, hidratarse con agua simple, evitar refrescos, bebidas energizantes o con endulzantes artificiales y acudir a una revisión periódica son algunas de las recomendaciones que no se deberían de sobreestimar. 

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