¿Por qué usamos una mano más que otra? La ciencia te da la respuesta

Ileana Vianey Fonseca Barrera

La preferencia por el uso de una mano sobre la otra ha sido un tema fascinante para científicos y expertos en desarrollo humano. Aproximadamente el 12% de la población mundial es zurda, mientras que el resto es diestro. Pero ¿qué determina esta preferencia por una mano específica?

Un estudio reciente, publicado en ‘Nature Communications’, ofrece nuevas respuestas. Investigadores han descubierto que ciertas proteínas en las células embrionarias juegan un papel crucial en la configuración de esta lateralidad, lo que influye en si una persona será diestra o zurda.

¿Qué determina si será zurdo o diestro?

Durante la etapa embrionaria del desarrollo humano, los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro se conectan de manera diferente. Esta asimetría en las conexiones influye en diversos comportamientos, como la inclinación de nuestro cuerpo al abrazar, el lado en el que masticamos y, cuál es nuestra mano dominante.

Mientras que la mayoría de las personas usan la mano derecha, los zurdos constituyen una minoría especial.

El estudio en cuestión encontró que la asimetría entre los hemisferios cerebrales está vinculada a proteínas llamadas tubulinas, que desempeñan un papel importante en la estructura interna de las células.

Estas proteínas ayudan a formar los microtúbulos, que son esenciales para el movimiento y la forma de las células durante el desarrollo. Este descubrimiento sugiere que las tubulinas tienen una influencia directa en la configuración de la lateralidad humana.

¿Cómo afectan los genes la mano con la que escribirás?

La genética ha sido siempre un campo clave para tratar de entender qué determina si una persona será diestra o zurda. Para este estudio, los investigadores analizaron variantes genéticas raras en más de 350 mil personas, con el fin de encontrar pistas sobre la lateralidad.

El equipo, dirigido por Clyde Francks del Instituto Max Planck de Psicolingüística en los Países Bajos, se centró en una proteína clave, la ‘TUBB4B’, que es parte de las tubulinas. Sus hallazgos revelaron que esta variante genética era 2.7 veces más común en personas zurdas que en diestras.

Este descubrimiento es significativo porque aporta una nueva comprensión de cómo las proteínas y las variantes genéticas influyen en la lateralidad. Aunque no todos los genes relacionados con la lateralidad han sido identificados, este estudio ofrece una pieza crucial del rompecabezas.

¿Cómo influyen las tubulinas si alguien será zurdo o diestro?

Las tubulinas forman los microtúbulos, estructuras celulares fundamentales que tienen la capacidad de ensamblarse en filamentos largos en forma de tubo. Estas estructuras juegan un papel esencial en el control de la forma y el movimiento de las células.

Según los investigadores, los microtúbulos podrían influir en la lateralidad al formar cilios, pequeñas protuberancias en la superficie de las células que dirigen los flujos de líquidos durante el desarrollo embrionario.

Este proceso de flujo de líquidos es clave para la asimetría izquierda-derecha en el cerebro, lo que puede explicar por qué ciertas personas desarrollan preferencia por una mano específica. La investigación también destaca que la aparición temprana de microbios y otras influencias en el desarrollo del cerebro contribuyen a establecer las bases de la lateralidad.

¿En qué país hay más personas diestras o zurdas?

Según el portal de estadísticas Statista, en los Países Bajos existe una mayor proporción de personas zurdas, seguidos de cerca por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Francia.

En contraste, países como China, México y Corea del Sur donde las tasas son mucho más bajas de personas zurdas, con porcentajes que oscilan entre el 2% y el 3.5%. Estos datos muestran cómo la prevalencia de la lateralidad puede variar según factores culturales y posiblemente genéticos.

Aunque el enfoque principal del estudio es biológico, no se puede ignorar que la cultura también puede influir en la prevalencia de una mano u otra. En muchas culturas, históricamente se ha promovido el uso de la mano derecha, a menudo estigmatizando a los zurdos.

En algunos países, los niños zurdos son alentados, o incluso obligados, a usar su mano derecha para escribir y realizar otras tareas. Este tipo de intervención cultural puede influir en la expresión de la lateralidad innata.

A pesar de estas presiones culturales, el estudio sugiere que los factores genéticos y biológicos desempeñan un papel predominante en la determinación de qué mano utilizar.

Este tipo de estudios influyen en una mejor comprensión de cómo se desarrollan las conexiones entre los hemisferios del cerebro, las condiciones neurológicas como la dislexia, el autismo y los trastornos del aprendizaje, los cuales están relacionados con la lateralidad.

Así que ahora sabes que la preferencia por ser diestro o zurdo no es solo una cuestión de hábito o cultura, sino una combinación de factores genéticos, biológicos y ambientales.