Cada 11 de octubre se celebra el Día Mundial del Huevo, alimento esencial en la dieta de los mexicanos desde hace más de 500 años.
La dieta de las culturas mesoamericanas se componía principalmente de alimentos de origen vegetal, y en cuanto a proteínas de origen animal se priorizaban los insectos, carne de venado y conejo.
En este periodo se inició con la crianza de guajolotes, de los que se consumían su carne y huevos.
Durante la Conquista, los españoles introdujeron las gallinas, más dóciles para domesticar y que alcanzaban la madurez sexual en menor tiempo, además de que producían más huevos.
La crianza de gallinas se convirtió en una estrategia de subsistencia para las comunidades indígenas, práctica que se arraigo en la cultura y que se ha mantenido a lo largo del tiempo.
El huevo es ahora, alimento básico en la dieta mexicana, además de que su importancia trasciende la cocina.
En comunidades de origen maya, mixteca, zapoteca y nahua el huevo se usa en rituales de sanación, como la “limpia” para liberar de energías negativas.
Sin embargo, los “blanquillos” también se han asociado a enfermedades cardiovasculares debido a su alto contenido de colesterol.
