Es imposible creerle a Rocha; sus montajes están probados

Juan Manuel Partida Valdez 

Es imposible creerle a Rubén Rocha porque sus montajes y sus mentiras están completamente probados.

Que sus ilegalidades sigan impunes a pesar de que fueron evidenciadas oficialmente, eso es otro cantar.

Así son las cosas en esa putrefacción de cuarta que tanto presumen es de pleno respeto a la ley.

Verlo gritar que es inocente y tirarse al suelo culpando que lo calumnian, es para matarnos de risa.

Vayamos a los hechos, que son contundentes.

Para comenzar, el video de la gasolinera en el que supuestamente balacearon a Melesio Cuén.

Luego la magia de la fiscal de justicia estatal, que adivinó que llevaban a la clínica CEMSI el cuerpo de Cuén Ojeda, y estuvo ahí para recibirlo.

En ese hospital se informó oficialmente que Héctor Melesio llegó vivo y que falleció poco después.

Se acaba de conocer que médicos y enfermeros rindieron testimonio ante la fiscalía federal y declararon que el maestro llegó sin signos vitales.

Otra mentira oficial es la del certificado de defunción del líder moral del PAS, que registra las 23:27 del 25 de julio.

Ilegalidades y montajes orquestados por órdenes directas del gobernador de Sinaloa.

La Fiscalía General de la República emitió el 15 de agosto un comunicado oficial en el que señaló diez irregularidades en las “investigaciones” de la fiscalía sinaloense.

Se demostró la comisión del delito de obstrucción a la justicia por parte del gobernador, pero no hay un solo detenido por esas ilegalidades, mentiras y montajes.

Una burla descomunal del gobierno en contra de todos los sinaloenses, con la presidenta Claudia Sheinbaum solapando al gobernador.

No obstante las evidentes complicidades, quedó muy en claro que Rubén Rocha es un criminal y un mentiroso descomunal.

Por eso es que resulta imposible creer en sus tan repetidos alegatos de inocencia.

De locos, verlo gritar que es de la cuarta transformación, y que por eso nunca miente.

¡Tiembla, Jojojorge Falcón!

Los hechos están ahí, y nos revelan la verdad irrefutable de un gobernador que vive en la mentira permanente y descarada.

Polémica vigente es la de su supuesto viaje a Estados Unidos el día 25, que sigue sin ser demostrado.

Los registros del I-94 documentan una intención de visita pero hasta ahí.

Pagó 6 dólares para avisar el viaje, pero ello no es constancia de que lo hizo.

Si alguien pretende que eso sirve como prueba, es cómplice o súper tarado.

Quizá Rubén Rocha si viajó el 25 de julio a la Unión Americana, pero se tiene que demostrar.

Pero no sirve para ello la bitácora de vuelo, que la fiscalía federal ya señaló como otra mentira, y tampoco lo del I-94 por las razones ya expuestas.

Lo del video al momento de entrar a Estados Unidos sería una prueba, pero no se presenta.

Y entonces, por elemental sentido común queda vigente la sospecha de que fue un viaje fantasma.

Con la reiteración de que para nada resulta casual el hecho de que, si acaso viajó, lo hiciera ese día de la traición a “El Mayo” Zambada y el asesinato de Héctor Melesio Cuén.

Es un error pretender que la inocencia o culpabilidad de Rubén Rocha estriba sobre si estuvo o no en Sinaloa ese 25 de julio.

En Sinaloa o fuera del estado, hay pruebas de que el ejecutivo tuvo que ver en esos hechos.

Es un asesino que no se detiene ante nada, mientras navega con la bandera del “yo no fui”.

CON MIERDA EN LA CABEZA SE SIENTE GOBERNADORA

La diputada Tere Guerra volvió a evidenciar que tiene la cabeza llena de mierda.

En la sesión de ayer, los legisladores morenistas defendieron al gobernador Rubén Rocha Moya.

Aunque usted no lo crea, festejaron desde la tribuna que en Sinaloa hay paz y tranquilidad.

Que vamos bien, a pesar de los engaños, mentiras y exageraciones sobre los hechos de violencia.

Nomás les faltó decir que “biba el kakitas asesino”.

Asómbrese usted de que doña Tere ya casi se siente gobernadora de Sinaloa.

Sólo espera que renuncien a Rocha, para que le den el cargo que según ella se lo merece más que nadie.

Parece competencia de desvergüenzas, con la corruptísima María Teresa Guerra luchando por ganar.

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