Funciona conectado a la red wifi del hotel y puede desplazarse a través de los distintos pisos.
“Robot, lleve las maletas a mi cuarto”. La frase, que parece un diálogo de una película de ficción, sucede en realidad en el Hotel Aloft en Cupertino (California), perteneciente a la cadena Starwood que, desde el 20 de agosto, tiene a prueba a una de estas máquinas como botones.
Se trata de A.L.O., un autómata de menos de un metro de alto, vestido de un color blanco impecable, pero sin brazos. Funciona conectado a la red wifi del hotel y puede desplazarse a través de los distintos pisos, subiendo por el ascensor ya que interactúa inalámbricamente con él.
Por ahora, lo usan para tareas sencillas: llevar las pilas para el control remoto, acercar un periódico o un sándwich a la habitación. En vez de propina, pide que el usuario confirme si está todo lo que necesite y que, luego, califique la atención.
De todos un poco
“A.L.O. tiene la ética de trabajo de Wall-e; el humor de Rosie, de Los Supersónicos, y me recuerda a R2-D2. Estamos entusiasmados de tenerlo en nuestro equipo de botones”, dijo Brian McGuinness, responsable de marcas especializadas de Starwood.
Este es solo uno de los tantos robots de servicio que han aparecido en los últimos meses en diferentes partes del mundo, es un verdadero renacer de estos autómatas.
Google ha invertido en varias empresas de robots, como Savioke, la creadora de A.L.O., o Boston Dynamics, que diseña máquinas que corren como leopardos, levantan pesadas cargas o se desplazan como humanos.
GDA / El Mercurio
