‘Reforma Financiera, el último salvavidas’; aportaría 5% adicional al PIB

Según Gabriela Siller, de aprobarse las leyes secundarias de esa medida y su beneficio se vería a partir del 2016

Por: Carolina Reyes

De las 11 reformas estructurales impulsadas por la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la única que a la fecha podrá tener un impacto tangible en el corto plazo sobre el crecimiento económico es la financiera, siempre y cuando se avance en la publicación de las leyes secundarias de la misma, aseguró en entrevista con
Excélsior Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico y financiero de Banco Base.

Estas leyes secundarias deben incluir forzosamente mayores incentivos al financiamiento de pequeñas y medianas empresas y la creación de tribunales especializados para agilizar la ejecución de garantías en caso de que alguna de estas unidades económicas incumpla con sus obligaciones de pago.

“Está comprobado a nivel internacional. Una mayor penetración del crédito a las empresas tiene una correlación directa y muy significativa con el crecimiento económico. En México, creemos que inclusive sería posible alcanzar las tasas de crecimiento económico de 5% en el largo plazo, es decir quizá en cuatro o cinco años si la Reforma Financiera sí realmente incentiva el crédito a las empresas”.

El efecto de la reforma sobre el desempeño del PIB no sería inmediato, pero el crecimiento económico podría comenzar a acelerarse a partir del siguiente año si este 2016 se publican las leyes secundarias de la reforma, aun considerando el entorno de desaceleración económica global, la volatilidad en los mercados financieros y la depreciación del tipo de cambio, recalcó.

Previsión

“En 2017 podríamos adicionar 0.5 puntos porcentuales al PIB, si este año se publican las leyes secundarias, posteriormente en 2018 se adicionaría hasta 1 punto porcentual, y así paulatinamente se iría impulsando el crecimiento económico; todo ello en línea con una mayor originación de crédito a las empresas”.

No se trata de dar más financiamiento a las grandes corporaciones, sino aquellas pequeñas y medianas empresas que tradicionalmente no pueden acceder a un crédito bancario y que representan uno de los principales motores de la economía del país, ya que generan el 52 por ciento del Producto Interno Bruto y el 72 por ciento del empleo en México.

Gabriela Siller recordó que cuando se dieron a conocer el conjunto de reformas, la mayor apuesta para impulsar el crecimiento del Producto Interno Bruto era la reforma en materia energética, sin embargo la caída en los precios del petróleo provocó que el impacto esperado de esta iniciativa sobre el crecimiento económico disminuyera drásticamente.

Oportunidades

“En este contexto, creemos que la Reforma Financiera es el último salvavidas que le queda a la economía mexicana, ya que las otras reformas entraron en vigor o que se creía que iba a impulsar el desempeño del PIB con mayor fuerza no tendrán el efecto esperado, este es el caso de la Reforma Energética”.

De ahí la urgencia por sacar adelante las leyes secundarias y generar los incentivos y certidumbre necesaria para expandir el crédito a pymes.

Resaltó que si bien la banca ha flexibilizado algunos de sus criterios para dar más financiamiento a este segmento productivo, aprovechando las bajas tasas de interés que prevalecieron durante el año pasado, las instituciones financieras no podrían acelerar el fondeo a las pequeñas y medianas empresas sin una mayor agilidad en la ejecución de garantías; “porque de lo contrario se aumentaría el riesgo de los bancos y esto es bastante negativo”.

Otro de los factores que urgen a la publicación de las leyes secundarias, dijo la economista, es que el crecimiento del crédito ha estado soportado por el financiamiento al consumo; de continuar esta tendencia, un mayor dinamismo en el financiamiento podría ser insostenible y contraproducente para la economía.

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Fuente: Excelsior

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