La moneda en el aire

El desbarajuste sigue y Cuén vive
Por: José Luis López Duarte

Desarmar los esquemas, primero al interior del PRI para buscar armar el equipo de Quirino Ordaz y su andamiaje en los municipios, luego desactivar la coalición PAN – PAS – PRD y más tarde triturar al PAN hasta hacerlo pedazos, algunos consideran que ya el PRI y su candidato tienen ganada la elección, pero puede que se equivoquen.

No cabe duda que en Sinaloa se ha dado una operación política inédita en su historia y con ella se ha pretendido alinear todas las piezas políticas para favorecer al PRI y el candidato del presidente Peña Nieto, sin embargo, hoy como siempre habrá circunstancias y condiciones que allí estarán y pueden derribar la aplanadora de Quirino y el PRI.

Y es que hay cosas en la política como en todo que no se logran solo porque existe la fuerza y el poder. En la política existen otros factores que inciden como la sensación de agravio y atropello encarnado por el candidato del PRI, sensación que no se borra de las mentes y a veces prevalece por encima de todo, además que no ofrece ni una mínima alternativa que valga y convenza más allá de lo que hicieron para hacerlo candidato para que gobierne a Sinaloa.

A ese escenario general hay que agregar tres grandes obstáculos: primero que el supuesto ganador anticipado no es conocido por la mayoría de la población cuando el 70% de la población no sabe quién es y peor aún que la intención de voto no le favorece a Quirino en los seis municipios más poblados del estado.

Segundo, que quienes montaron la estrategia con la oposición al PRI ni evaluaron el peso del liderazgo político de Héctor Melesio Cuén y el PAS, que se mantiene a la par del PRI y la figura del ex rector por encima del candidato del PRI, convirtiéndose el PAS y Cuen en la fuerza que puede catalizar el imaginario político irritado por el atropello y la imposición, con votos de castigo al PRI.

Y tercero, que el malovismo no es una fuerza ni desecha, ni entregada, ni derrotada que aún prevalece y sobrevive con dificultades pero que está inserta en todos los municipios y representa un factor de decisión importante que puede ser el final de la balanza si se lo propone.

Por eso hablar de que ya está resuelta la elección del 5 de junio próximo por lo menos resulta optimismo desmesurado, porque la realidad puede dar otro resultado.

Aquí no se puede olvidar lo que ya ocurrió en 1940 con el papá del PRI, el PRM (Partido de la Revolución Mexicana) que impuso la candidatura del Ing. Guillermo Liera Berrelleza en contra de la voluntad de su propio partido, fundándose el primer partido local, el Partido Sinaloense, que lanzó la candidatura del cardenista Coronel Rodolfo T. Loaiza, quien terminaría derrotando la decisión del presidente Manuel Ávila Camacho. Así es la historia pues, ¿Qué quieren que haga?

Publlicada en photolosanoticias.com

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