La liberación femenina que llegó en móvil

La directora de Airtel Money en Kenia y Mujer IT 2015 en África subsahariana explica cómo las mujeres kenianas se empoderan gracias a sus cuentas de dinero móvil, seguras y portátiles

Ángeles Jurado

Topyster Muga es keniana, directora de Airtel Money en Kenia y Mujer IT del año 2015 en África subsahariana. Impartió una conferencia en el II Encuentro Internacional de Mujeres Emprendedoras Gran Canaria Summit 2016, una iniciativa del Foro Internacional de Mujeres Emprendedoras de San Francisco (San Francisco International Women Enterpreneurs Forum, SFIWEF) que se celebraba en la isla por segundo año consecutivo. Su charla se centró en las posibilidades casi infinitas del dinero móvil. Llegaba al encuentro propuesta por KenTech, una firma especializada en desarrollo de software y plataformas que era una de las patrocinadoras y coorganizadoras del foro. KenTech ha descubierto una mina en el mercado de África oriental, donde SportPesa es uno de sus principales clientes.

“Ya hace nueve años que comenzó una revolución silenciosa en Kenia: el dinero móvil”, precisó durante este encuentro Nadejda Georgieva Bozukova, directora en España de KenTech. “Una innovación tecnológica de la que en Europa y Estados Unidos empezamos a oír ahora. Nosotros podemos usar nuestros teléfonos inteligentes para pagar con ellos, pero esos pagos normalmente están ligados a una conexión a internet, una tarjeta bancaria o una cuenta bancaria; en Kenia, no necesitas nada de eso. Esto está convirtiendo a este país de África oriental en un laboratorio gigante que define el futuro del dinero”, remachó.

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Topyster Muga explicó en su turno de palabra que un simple código y el teléfono móvil más sencillo sirven hoy para realizar envíos de dinero seguros y prácticamente instantáneos en los rincones más recónditos de África. Algo que comenzó, en el caso de muchos países, con sobres llenos de billetes que viajaban en los bolsillos de un conductor de autobús entre el campo y la ciudad. Hoy da un salto cualitativo y cuantitativo a través de una tecnología que se las arregla para superar brechas como la lejanía o la escasa tasa de penetración bancaria en la mayoría de los contextos africanos.

Cifras

La evolución es muy veloz. También sorprendente.

Un keniano puede utilizar su móvil hoy para enviar dinero a un familiar, pero también para pagar facturas, pedir un crédito, ahorrar para hacer una inversión o una compra y hasta apostar en la Champions League. Por cierto: las apuestas deportivas por móvil movieron 20 millones de dólares el año pasado solo en Kenia y un millón y medio de kenianos utiliza este servicio al mes.

Topyster Muga va más allá de lo que es la revolución tecnológica en sí misma y habla del papel liberador del móvil para las mujeres africanas. Sentada en una esquina del patio de Casa África, con un baobab a la espalda y las nubes techando el mediodía, explica cómo facilita una inusitada libertad a las kenianas y las empodera dotándolas de privacidad, seguridad y posibilidades.

“Somos socios de una institución financiera y lo que están haciendo ahora es conceder créditos a pequeñas vendedoras”, arguye. “Vienen a nosotros, las conectamos a un sistema de dinero móvil y ellas pueden, simplemente marcando un código y un número, pedir un préstamo rápido, recibir el dinero y comprar, por ejemplo, tomates. Van al mercado, los venden, obtienen un beneficio y son capaces de devolver ese préstamo como les convenga: en una semana, dos semanas, un mes. Con el beneficio que obtienen pueden pagar su préstamo y también hacer medrar su negocio. Es un producto práctico para permitir a las mujeres hacer más”.

La directiva de Airtel precisó en el foro que se producen 33 millones de transacciones de dinero móvil diarias en 93 países, a través de 271 servicios. El dinero móvil ya dobla las transacciones que Paypal procesa en el mundo y existen 411 millones de cuentas registradas de dinero móvil en todo el mundo. África subsahariana es la región del planeta con mayor despliegue de esta tecnología. De largo. Solo en Kenia, 40.000 comercios aceptan pagos por móvil cara a cara y 3.000 organizaciones lo hacen a distancia.

Las cifras y las posibilidades marean.

El Banco Mundial habla de 650 millones de usuarios de telefonía móvil en África: más que en Europa y Estados Unidos. Menos de un cuarto de la población africana tiene cuenta en el banco, mientras que una quinta parte de las conexiones móviles de la región se vincula a monederos electrónicos. Las redes sociales se han convertido en la última frontera de esta revolución: Western Union, MoneyGram y las grandes empresas de envío de remesas y transferencias se suben al carro de la transformación móvil y se asocian con la mensajería instantánea WeChat o con Facebook Messenger para facilitar las transferencias instantáneas con estas aplicaciones. Hasta Snapchat tiene su Snapcash.

Los cambios se suceden a toda velocidad.

La británica WorldRemit ha creado una tarjeta multiservicio en 41 países africanos que ofrece transferencias bancarias, retirada de dinero en especias en comercios socios, crédito en el monedero móvil o minutos de teléfono. La francesa PayTop facilita el cambio de divisas y se apura para trabajar con el franco CFA, puesto que África es su primer cliente. Mergims, una aplicación creada por un ruandés, se especializa en pagar servicios, facturas y tasas en el país africano , pero quiere expandirse por el continente. Afrimarket funciona en Costa de Marfil desde 2015, ligando sus servicios al comercio electrónico y Orange Money. Entre otras cosas.

Vemos cambios en el acceso a la salud y en los gastos escolares, porque las mujeres pueden pedir préstamos o ahorrar.

Topyster Muga afirma que servicios como Airtel Money no compiten con los bancos: son complementarios. El dinero móvil tiene su nicho de mercado en lo que se refiere a lo micro y lo cercano, como microcréditos, microproyectos y pequeñas transacciones diarias, y en lo que atañe a las familias y el florecimiento y la preservación de la pequeña economía, la más extendida y vital en los contextos africanos. De nuevo, sobre todo, mujeres.

“Vemos cambios en el acceso a la salud y en los gastos escolares, porque las mujeres pueden pedir préstamos o ahorrar a través de sus móviles para sus hijos o lo que deseen”, cuenta. “Por ejemplo, en Kenia, mucha gente paga las matrículas en enero y vemos que hay mujeres que antes de que llegue enero empiezan a ahorrar en sus cuentas de móvil. Antes de que existiera el dinero móvil, solíamos ver a muchas mujeres, especialmente en sociedades patriarcales, que vivían una situación en la que el hombre era el que gestionaba el dinero del hogar. Ahora, como todos tienen móvil, la mujer está empoderada. Puede tener su propia cuenta en el móvil, meter el dinero en ella y el marido no puede sacarlo si no le da acceso a esa cuenta. Eso ha permitido a las mujeres emprender muchos proyectos”.

Avanzadora

Topyster Muga parece muy joven, pero ya recibió el reconocimiento de la comunidad tecnológica africana como Mujer IT por la Airtel Money Pesa Card, una tarjeta Visa unida a la cuenta Airtel Money. También participó en la formación de la asociación de dinero móvil de Kenia y logró una beca Nelson Mandela para realizar un MBA en el Instituto Europeo de Administración de Negocios, en Francia. Antes de ocupar su actual puesto en Airtel, lanzó M-Pesa en varios mercados emergentes con el grupo Vodafone. No solo en África: también en países del este de Europa como Rumanía. Trabaja en el sector del dinero móvil desde 2005. Un entorno competitivo y cambiante, en plena ebullición en África y que proporciona enormes beneficios. Rodeada de otras emprendedoras y avanzadoras, no se ve como una rareza.

Ya hace nueve años que comenzó una revolución silenciosa en Kenia: el dinero móvil
NADEJDA GEORGIEVA BOZUKOVA, DIRECTORA EN ESPAÑA DE KENTECH
“Como en el resto del mundo, todavía hay una brecha en lo que se refiere a las mujeres en la tecnología en África”, concede. Y señala que el Gobierno de Kenia ha otorgado becas a las estudiantes para que hagan cursos en tecnología y fomentado este tipo de formación en universidades mientras animaba a las mujeres a participar en ella.

“Antes, en Kenia, los hombres decían que sólo se podían casar con una enfermera o una profesora, pero que no se casarían con una mujer que se dedicara a la tecnología”, dice entre risas. “Sin embargo, ahora la mayoría de los hombres son felices por casarse con una de esas mujeres y apoyar sus aspiraciones profesionales. A nivel social, se acepta que las mujeres pueden ser buenas en tecnología. Y existe un apoyo del Gobierno, que lleva a muchas mujeres a optar por este tipo de carreras”.

Topyster Muga trabaja en la innovación de un sector puntero en el mundo y forma parte de la élite en uno de los países que avanza más rápidamente hacia el futuro. Es mujer, sabe que la revolución tecnológica se pone al servicio de las mujeres y sobre todo, que es obra de manos de mujer.

Publicado en El Pais

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