Desempleo e informalidad frenan el empoderamiento de las mujeres

Laura Gómez Flores, Bertha Teresa Ramírez y Josefina Quintero Morales

La tasa de mujeres jóvenes que no trabajan, estudian ni se capacitan asciende a 35 por ciento, la segunda más alta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aun cuando ambos sexos enfrentan altos niveles de informalidad en México, señaló la Coparmex-CDMX.

Claudia Guzmán, presidenta de la comisión de mujeres empresarias, señaló la urgencia de abatir dos factores que retrasan el empoderamiento económico del sector femenino: la desocupación y la informalidad, que van en aumento.

La entrega de incentivos fiscales por la Secretaría de Hacienda a empresas que cuenten con jardín de niños o guarderías en sus instalaciones, y un horario flexible a las madres trabajadoras, así como la entrega de créditos productivos y la certificación de habilidades laborales, detendría dicho crecimiento, dijo.

Darlene Rojas, presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, señaló que ocho de cada 10 mujeres ocupadas, que en el país suman 19.3 millones, principalmente son comerciantes. El 23.3 por ciento trabajan por cuenta propia, 2.3 son empleadoras y 7.5 por ciento no reciben remuneración por la labor realizada, lo cual lleva a un importante número de ellas a emigrar en busca de mejorar su vida.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Asamblea Legislativa se manifestó a favor del Paro Internacional de Mujeres Mx, porque se mantiene una disparidad de ingresos en hombres y mujeres, como funcionarios y/o directivos de los sectores público, privado y social, con 99.76 y 77.50 pesos la hora.

Por otra parte, 41 por ciento del total del personal de la procuraduría capitalina son mujeres y siete de las 10 fiscalías centrales que investigan los delitos de alto impacto en la capital están encabezadas por este sector.

Pese a los riesgos que implica su labor, las fiscales aseguran que no importan los peligros de su profesión, sino los resultados en el combate a los ilícitos. Asimismo consideraron que su condición de género no ha sido un obstáculo para desarrollarse profesionalmente en la institución en la que sirven desde hace 20 o 30 años, según el caso.

Pese a lo que implica la materia la seguridad, procuración y justicia, las fiscales aseguraron que se han abierto camino. Juana Camila Bautista Rebollar, titular de la Fiscalía Central para la Atención del Delito de Trata de Personas, consideró vivir en constante amenaza por parte de la delincuencia organizada que intenta frenar su labor, porque su trabajo permite ejercer acción penal contra las personas que dañan a la sociedad.

Publicado en La Jornada

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