¿Te quejas de tu trabajo? Piénsalo, puede salir mal

Alberto Tovar

Despreocúpate, es normal; quejarse del trabajo es algo así como el deporte nacional. Por diferentes razones surge la inconformidad y se genera ese deseo de cambiar de actividad, ya sea para encontrar la compañía de tus sueños o independizarte. Sin embargo, las cosas podrían salir mal, mejor analízalo bien.

1.- Primero enfría la cabeza; evita tomar decisiones apresuradas, porque pueden ser producto de una circunstancia fortuita, como el enojo con el jefe o con determinada posición institucional. Lo peor es renunciar y al siguiente día estar arrepentido haciendo tu currículum.

2.- Te invito a olvidarte de lo que tienes en este momento y hagas un wish list; es decir, contesta a la pregunta: ¿si buscaras trabajo qué características requerirías?

Por ejemplo, en cercanía, horario, salario, prestaciones, ambiente, oportunidades de crecimiento, etcétera.

Por cierto, está comprobado que cuando le cuestionan a la gente sobre este tema, el dinero no aparece en los primeros lugares, por eso es crucial escribir en la lista lo que te haría feliz en tu relación laboral.

3.- Ahora sí, evalúa lo que tienes como si hubieras ido a una cita con una empresa. Incluso puedes valorar numéricamente las características para que te dé una percepción adecuada de cada una de ellas.

4.- El siguiente paso es probar el mercado con entrevistas para ver si existe ese sitio ideal en donde se cumplen tus sueños. Además, tienes una posición de negociación fortalecida cuando cuentas con un ingreso.

5.- En caso de que la razón sea independizarte, en principio haz un plan de negocios. Reúne el capital de trabajo necesario, ya sea con recursos propios o algún tipo de financiamiento. Al tener la estrategia y el dinero, podrás lanzarte con una mayor probabilidad de éxito.

Visto de esta manera, nos permite hacer un análisis menos emocional; muchas veces dejamos de apreciar lo que tenemos y tal vez las cosas buenas están por encima de las malas.

Con este ejercicio racionalizas por qué requieres otro empleo, pues no se trata de un arranque de coraje, sino que sopesas todas las ‘virtudes y defectos’.

En definitiva, es conveniente buscar siempre la superación, pero la idea es hacerlo en forma programada y sin riesgo.

En contrapartida, cuidado de caer en la zona de confort y aceptar una pésima relación laboral. Hay que procurar mejorarla o cambiarte. Hazlo con inteligencia y estrategia.

Publicado en El Financiero

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