Discrepan expertos por segunda vuelta

Leticia Robles de la Rosa

Especialistas en temas electorales y politólogos polemizaron ayer en torno a la segunda vuelta electoral.

María Amparo Casar acusó al presidente del Senado, Pablo Escudero, y al líder de los senadores del PRI, Emilio Gamboa, de no tener voluntad política para aprobar esta figura electoral, pues sí es posible jurídicamente aprobarla, pero Javier Aparicio consideró que sería “chavista” cambiar las reglas electorales a un año de los comicios.

De inmediato, Casar explicó que, en efecto, la segunda vuelta no es una varita mágica ni garantiza la gobernabilidad ni el mejor desempeño de un gobierno, pero sí es necesario abrir la discusión.

Convocados por el Instituto Belisario Domínguez, por quien habló Raúl Zepeda Gil, autor del estudio sobre la segunda vuelta, los especialistas dejaron en claro que es desproporcionado tomar el ejemplo de Francia para urgir a la segunda vuelta en México, porque se trata de un sistema político diferente al mexicano, donde existen figuras jurídicas de gobierno como segunda vuelta legislativa.

Casar consideró que la segunda vuelta es importante, porque legitima a un gobierno que tiene un triunfo sólo con la tercera parte de los votos de los ciudadanos que participen en los comicios, pero Javier Aparicio consideró que la segunda vuelta no garantiza estabilidad en el sistema político, como tampoco lo garantizan las coaliciones.

“Me gusta la segunda vuelta. No me gusta cambiar la regla electoral a 12 meses de la elección, ni aunque fuera para que llegara a la Presidencia mi candidatura favorita. Tiene un tufo como chavista el asunto de cambiar las reglas 12 meses antes de la elecciones presidencial y podría darle un arma muy retórica muy poderosa a quien se sienta afectado por ese cambio”, expresó Aparicio.

Casar expresó que coincide en que “no es indispensable. Dos, no es la varita mágica. Tres, sirve para los propósitos que digo. Cuatro, es cierto que esto de los gobiernos de coalición lo que necesitamos es negociación política, se les quiere dar un respaldo jurídico, pero lo que vale es la negociación política y en eso no son tan diferentes los sistemas parlamentarios y los presidenciales.

“Y desde luego, la segunda vuelta no garantiza ni gobernabilidad ni mayor aprobación ni mejor desempeño ni tampoco mayor estabilidad; Dilma Rousseff está prácticamente con un pie en la cárcel”, señaló.

Publicado en Excelsior

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