Coneval pide metas claras para nuevos programas sociales

Belén Saldívar

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) pidió al gobierno entrante tener «metas claras» para los nuevos programas sociales que desea impulsar.

Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Coneval, informó que hace algunas semanas se reunió con el equipo de transición del nuevo gobierno para dar un taller de cómo diseñar los nuevos programas sociales.

«Hace dos semanas tuvimos un taller con Gerardo Esquivel y asistieron las personas encargadas de diseñar los programas. Ese fue un buen paso porque quiere decir que hay voluntad de conseguir resultados en estos nuevos programas», declaró al término de su participación en el Foro Entre Legisladores en Materia Hacendaria, en la Cámara de Diputados.

Refirió que para diseñar los programas sociales se debe pensar primero en los objetivos, qué es lo que se quiere lograr para de ahí empezar a construirlo.

Añadió que tanto la Coneval como Esquivel, quien fue propuesto por el presidente electo como próximo subsecretario de Egresos de Hacienda, concordaron en que los programas, al ser nuevos, se tendrán que medir y analizar constantemente.

Explicó que difícilmente, los programas lanzan buenos resultados «a la primera», por lo cual para tener éxito se debe tener la flexibilidad de, a través de una medición, ir modificándolos y actualizándolos.

Añadió que la Coneval realizó un inventario en donde existen alrededor de 6,500 programas sociales, de los cuales algunos se duplican o, incluso, se multiplican, por lo cual se deberán evaluar cuáles se pueden complementar con los propuestos por el nuevo gobierno y qué otros se pueden abordar en uno sólo para dar un mejor servicio.

«La cifra de 6,500 es un inventario que el Coneval hizo de programas sociales, federales y municipales. Es un aproximado porque, también hay que decirlo, la información es incompleta, puede haber más. Este inventario es importante para poder tomar mejores decisiones», declaró.

Publicado en El Economista

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