¿Te estás dando mal las cremas? Esta es la forma correcta de aplicarlas

Stefanie Milla

“Ponte crema, por favor”. “Vamos, que te pongas la crema…”. Esa es la frase que le repito a mi hija una y otra vez (casi tanto como la archifamosa “lávate los dientes”). Y es que un gesto tan sencillo –extender una hidratante– es uno de los mejores favores que le podemos hacer a la piel. Pero… no basta con aplicar cualquier crema de cualquier forma. Esta es una miniguía de los errores a evitar.

El orden de los factores sí altera el producto
En caso de aplicar más de un cosmético, este es el orden idóneo: primero, limpiadora. Después, tónico de tratamiento o esencia. Luego llega el sérum. Si se usa aceite, este es el momento. Solo entonces le llega el turno a la crema.
Lo más probable es que no realices todos esos pasos, pero como regla básica, pensemos que los cosméticos se deben ir aplicando de menor a mayor densidad.

Extiendes la crema sobre la piel seca
Si la aplicas sin más productos, un truco que siempre funciona es aplicar la hidratante justo tras la ducha, cuando la piel está ligeramente húmeda. Un gesto que captura y sella la humedad en las capas superiores y, de esta forma tan sencilla, le da un extra de agua.

Renuncias a la crema si tienes la piel grasa
‘Oil free’. Es la palabra clave para los cutis que producen un exceso de sebo, y a los que les sobra grasa, pero no agua. Por eso no deberían renunciar a una hidratante, especialmente si son pieles sometidas a tratamientos agresivos o en climas muy secos.

La extiendes a manotazos
Nooooo… Mímate, cuídate – y haz lo mismo con tu pobre epidermis, que no merece tirones ni nada. Delicadeza, suavidad y las yemas de los dedos son los mejores aliados a la hora de hidratar, sí, pero cuidar ¡también!

Estás aplicando la crema toda por igual
Excepto en el caso de cutis más secos que el Sahara, casi todos los humanos tenemos la piel de la nariz (¡y las aletas!) y de labarbilla mucho más grasa que el resto. Por eso, si a esas áreas no les toca ni un milímetro de crema, es más que probable que no les pasa nada de nada de nada…

No acabas de dar con tu fórmula perfecta
Ya que haces el esfuerzo de invertir dinero y tiempo en usar una crema de día, debería rentarte, ¿no? Es importante encontrar la fórmula y la textura justas que le van bien a tu tipo de piel, y con eso tienes media batalla ganada.

Extiendes la crema sobre la piel sucia
Cada día nuestra epidermis se cubre. No de gloria, no, sino del sebo natural que segrega, de transpiración, de material procedente de la contaminación… Por eso hay que retirarlo todo con suavidad antes de aplicar ninguna crema, para que esta actúe donde debe. Y sí, de mañana, ¡también! Es cierto que al despertar basta una limpieza muy ligera –con agua termal, con una loción, etc.– pero si se realiza, la hidratante será más eficaz.

Usas la misma crema de día que de noche
A ver… No, no es un pecado mortal hacerlo, ni se te va a caer la cara a trocitos por usar el mismo producto día y noche –siempre y cuando la rutina facial se adapte a cada momento–. Por ejemplo, puedes usar la misma crema si de día la complementas con un filtro solar y con un sérum antioxidante o de ácido hialurónico y, de noche, con un sérum regenerante y/o un aceite facial.

Publicado en Mujerhoy

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