El colmo: Norzagaray quiere fijar la agenda de Rubén Rocha Moya

María Margarita Free del Castillo

Nada han aprendido. Las calumnias contra las autoridades de la UAS por parte de aquellos que pretenden regresarla al pasado y meterla en los laberintos del saqueo y el caos, siguen sin tener límites.

La producción de difamaciones han provocado un daño irreversible a Noroeste, aquel símbolo de la libertad de expresión que se mutó en icono del libertinaje de la comunicación  y “cuarto de guerra” de las más deleznables depravaciones políticas.

La difusión de mentiras es lo que ha conducido a Noroeste a su bancarrota ética y económica. La empresa periodística/editorial mantiene un juicio de quiebra en un juzgado de Zapopan, Jalisco.

Los difamadores que colaboran en Noroeste lo hundieron en el descrédito. Periodísticamente carece de veracidad y no es rentable; se sostiene de los delgados hilos de la publicidad gubernamental y de los pactos con políticos que le inyectan recursos para que “truene” instituciones de todo tipo y difame personajes del sector universitario, gubernamental, de partidos políticos, etc.

Los artículos de Ernesto Hernández Norzagaray son un culto a la difamación y también algunos “reportajes” y análisis de otros “periodistas” ya que obedecen consigna perversa. No divulgan la información real, sino la del ajuste de cuentas o la que se acople al interés “privado” de sus colaboradores. Así ha sido el trajinar periodístico de Noroeste.  

Verticalidad y veracidad, son dos ingredientes que distinguen el ejercicio periodístico profesional, ético, de altura. Difamación y distorsión, son estigmas del periodismo calumnioso, venal, fuera de la realidad.

¿Qué tipo-clase de periodismo espera la sociedad sinaloense “captar” rumbo al 2019, en el proceso de la Cuarta Transformación?

Frente a la dinámica del gobierno federal y el papel de las Universidades Públicas, hay un personaje de la farándula electoral, de la “asesoría” política, que se quedó anclado en el pasado: Ernesto Hernández Norzagaray. El tipo que se dice “intelectual y “periodista” mantiene una “adicción mental” por la UAS.

Sus falsos análisis sobre la UAS, su quehacer y ser, rayan y se mueven en un círculo vicioso. Son torpes y mentirosos. Empotran en tramas conspirativas contra la Universidad en las que él participa directamente en calidad de “agitador.  

El enfermizo estado mental de Ernesto Norzagaray lo ubica como rehén de su falsa “intelectualidad” y su soberbia. Su “adicción” raya en la locura. En la paranoia. 

Ernesto Norzagaray es un “columnista” que atenta contra el verdadero espíritu de la ciencia política y la comunicación y que ejerce de manera inescrupulosa el periodismo. Que ha usado a Noroeste a su libre arbitrio para difundir difamaciones.

Es Norzagaray uno de los corresponsables de la quiebra moral y ética de Noroeste, uno de los que lo ha orillado a perder credibilidad.

¿Quién es este personaje que tanto daño le ha causado al periódico Noroeste? A Norzagaray la vieja UAS le invirtió miles y miles de pesos para que se fuera a estudiar al interior del país y al extranjero. Ese dinero lo ejerció para “rescatarlo” de los propios estudiantes, quienes, por unanimidad y masivamente, lo expulsaron por “maestro inepto”, faltista y elitista de la Escuela de Ciencias Sociales de Mazatlán.

Cabeza del “grupo de los exquisitos”, como lo llamó el ex rector Jorge Luis Guevara Reynaga, Ernesto Hernández nunca asumió con profesionalismo sus responsabilidades académicas. Para él fue una ofensa entrar al aula y convivir con la “chusma estudiantil”. A su juicio, su estatus mental y “académico” merecía el reconocimiento universitario, nacional y mundial.

Todavía retumban en las aulas del campus Mazatlán de la Universidad Autónoma de Sinaloa los gritos de alumnos que  tuvieron incluso que recurrir a la  pintas en los salones de clase y bardas con las leyendas “Fuera Ernesto Hernández”, “Ernesto Hernández inepto”, etc., en lo que era la Escuela de Ciencias Sociales, ubicada entre Benito Juárez y Miguel Alemán, en  Mazatlán.

Fuera de la UAS, con una jubilación dinámica (doble jubilación) otorgada por la institución de más de 40 mil pesos mensuales, Norzagaray llora porque no tiene su propia ley que le permita regresar a la Universidad a gozar de becas y de recursos para sus viajes al extranjero, a la Soborna de París, a capacitarse en las “ciencias de la intriga” y la perversidad política.

En sus desvaríos quiere usar como ariete de su interés personal y del “cártel de jubilados”, al Senador de la República, Rubén Rocha Moya, para que sea el legislador quien ponga la “primera piedra” no para edificar una nueva universidad, sino para regresarla al pasado.

Exige que Rocha destruya a la UAS, que empuje una iniciativa de ley orgánica universitaria que permita ponerla de rodillas a intereses externos, mezquinos, de la que el propio Norzagaray forma parte. Intenta utilizar y manipular a legislador Rocha Moya y fijarle la agenda de trabajo. Presume ser su alter ego.  

A falta de consenso y de simpatías al interior de la UAS y de ausencia de respuesta en el exterior, Ernesto Hernández Norzagaray  pugna, reclama, que sea el Senador Rubén Rocha quien clave la puñalada trapera a los universitarios en activo y quien plante la semilla de la desestabilización universitaria.

La apuesta es que Rocha cargue con el estigma de destructor de la UAS con el falso argumento del “rescate” de la máxima casa de estudios.    

Hombre, es muy lamentable que un personaje que fanfarronea y exhibe su “cultura” y “preparación”, piense que va a manipular a su antojo al Senador Rubén Rocha Moya; es horroroso que mientras se jacta de haber cursado maestrías y doctorados al extranjero, no se conduzca con verticalidad y veracidad en el ejercicio de la comunicación y que sea uno de los corresponsables de la quiebra de Noroeste.

Que vergüenza y que desgracia…

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