Juicio político a diputados ¡Sí procede!

María Margarita Free del Castillo

¡Sí procede! El juicio político contra los diputados de Morena, Pedro Alonso Villegas Lobo y Beatriz Adriana Zárate, sí procede, es viable jurídica y legislativamente. La autonomía de los sindicatos de las universidades es sagrada y permite la elección interna, libre, de sus dirigentes, sin influencias ni presiones externas.

El sometimiento de las voluntades de los sindicalizados a una coacción externa, produce anemia, es signo de fracaso. El corazón de las universidades públicas, en el aspecto laboral, late o funciona bajo dos ritmos importantes, la sístole y la diástole institucional: sus sindicatos y la academia y la libertad de cátedra. Esto es la autonomía universitaria.

Acabo de leer el más reciente artículo de Ernesto Hernández Norzagaray en el que escribe sobre el juicio político contra los diputados Pedro Alonso Villegas Lobo y la diputada Beatriz Adriana Zárate en el que sin elementos jurídicos, sin ningún soporte, indica que no procede, insultando así la inteligencia de los sindicalizados, juristas, especialistas en derecho y los miembros del Poder Legislativo.

Es el estilo de Norzagaray empecinado en distorsionar todo. Son ya los usos y costumbres del ex asesor electoral mazatleco que forma parte de esa minoría que no es minoría, de ese todo que no llega ni a parte y que bajo del cascarón del “cártel de jubilados” intenta regresar al pasado a la Universidad Autónoma de Sinaloa buscando tontos útiles para que ataquen y vulneren su autonomía.

La Ley Federal del Trabajo blinda la autonomía de los sindicatos. La Organización Internacional del Trabajo -OIT-, la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones y el Comité de Libertad Sindical, los convenios y tratados a nivel internacional protegen el  ejercicio  de  los  derechos  sindicales  de  los  trabajadores  y  sus  organizaciones contra toda  injerencia externa.

La autonomía sindical constituye un derecho humano laboral y su alcance a la luz de los principios y decisiones de los órganos de control de la OIT, consagra cuatro  derechos  fundamentales: a) redactar sus estatutos y reglamentos administrativos, b) elegir libremente a sus representantes, c) organizar su administración  y  sus  actividades  y  d) formular su programa de acción, en cuyo ejercicio ninguna autoridad -diputados, gobernadores, magistrados- tiene derecho a intervenir ni a limitar los derechos sindicales.

El día 5 de junio los diputados Beatriz Adriana Zarate Valenzuela y Pedro Alonso Villegas Lobo llegaron al Colegio Electoral del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa presumiendo su “poder legislativo”, haciendo alarde de su fuero, ejerciendo presión – coacción externa-, para lograr el registro de una planilla “sindical”, apadrinada por el ex universitario  Marco Antonio Medrano Palazuelos.

En su intromisión, los legisladores de Morena lanzaron insultos contra el Colegio Electoral y autoridades de la UAS.

José Carlos Aceves Tamayo, secretario general del SUNTUAS, precisamente por una solicitud del Colegio Electoral electo para el proceso de renovación de la dirigencia del Suntuas-administrativos y de intendencia, interpuso ante el Congreso del Estado de Sinaloa una denuncia-exigencia de juicio político contra los diputados Beatriz Adriana Zarate Valenzuela y Pedro Alonso Villegas Lobo, sustentando la violación a la autonomía sindical al irrumpir en dicho proceso, ostentándose como servidores públicos y sobrepasando sus atribuciones legislativas.

¡Sí procede el juicio político! El Constituyente creó el marco jurídico de las relaciones laborales en las Universidades Públicas; es  el  andamiaje  que  da  apoyo  a  la  vida administrativa y académica universitaria. Fue y es  voluntad  del  Constituyente  que  las  relaciones  laborales  concuerden  con  la  autonomía,  la  libertad  de  cátedra  y de  investigación,  y  con  los  fines  de  las  universidades.

Dos puntos importantes hay que destacar

1.- Los aspectos académicos no forman parte de las relaciones laborales;  jamás  las  cuestiones  académicas  están  en  la  mesa  de la  negociación  laboral.  “Corresponde  exclusivamente  a  las  universidades o instituciones autónomas por Ley, regular los aspectos  académicos”. 2.  En  las  relaciones  laborales  de  la  universidad  no  se  busca el equilibrio entre los factores de la producción, trabajo y capital. El  sustento  económico  de  la  Universidad  pública,  hasta  ahora, es  el  presupuesto  del  Estado;  en  la  universidad  pública  no  hay capital  privado  que  busque  el  lucro.

Es de importancia la autonomía de los sindicatos en la generación de identidades  institucionales en un esquema de autodefiniciones que no son estáticas y se encuentran sometidas a los vaivenes de la dinámica social, por lo que la capacidad adaptativa es importante para responder a los imperativos que el ambiente político, social y económico impone.

Es igualmente relevante la autonomía sindical para velar por la buena marcha de  las propias   instituciones   de   educación   superior   que,  a su vez,   se   ven   en   la necesidad   de   adaptarse   para   realizar   sus   funciones   sustantivas bajo la premisa de que si  la representación  sindical  no  fortalece su autonomía está expuesta a la injerencia externa ocasionando una regresión a la marcha académica y administrativa de las universidades.

La petición de juicio político contra los dos diputados de Morena tiene sustento jurídico y futuro. No es una aberración. Ahí van los miembros del Comité Ejecutivo del SUNTUAS administrativos contra quienes atentaron contra la autonomía sindical. Pobre la mentalidad de aquellos que no entienden lo que significa autonomía sindical ni miden sus alcances, pese a que blasonan títulos y diplomas académicos  extendidos por universidades extranjeras. Se acostumbraron a golpear por golpear a la UAS, a la que desde afuera consideran suya, renegando de cualquier acto de defensa universitaria.

En su delirio por romper la autonomía sindical y la autonomía universitaria pretenden seguir sembrando mentiras y dudas usando las malas prácticas  del pasado, avalando ahora el atentado al Suntuas-administrativos y de intendencia de los diputados de Morena Pedro Alonso Villegas Lobo y Beatriz Adriana Zárate que entraron a la dinámica del ex universitario Marco Antonio Medrano Palazuelos y su grupúsculo que por años ha intentado vulnerar el alma mater.

Quieren, desde el exterior, que regrese a la UAS las prácticas patrimonialistas y el “pensamiento único” para usar los Contratos Colectivos de Trabajo no en aras de la transparencia y el crecimiento académico, sino para saquear el presupuesto de la institución como ocurría en el pasado.

Desde afuera los diputados de Morena ofrecen la lectura de la obediencia ciega a una consigna política sincronizada y desde afuera Ernesto Hernández Norzagaray forma parte de esa minoría que ni minoría es, como lo señalan ya algunos periodistas, que todo lo distorsionan y que critican el sistema de preparatorias, escuelas y facultades, porque desde el exterior le apuestan al retroceso, a la ignorancia del pueblo, para seguir en ese terreno sembrando y cultivando las mentiras que les genere la coyuntura para poder tomar por asalto a la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El crecimiento de la UAS es el crecimiento de Sinaloa, es la sincronía con una sociedad que demanda mayor conocimiento, ciencia, cultura, tecnología.

No es una tontería entonces demandar juicio político contra los dos diputados porque además de atentar contra la autonomía sindical forman parte de ese grupúsculo que conspira contra la UAS; la exigencia procede, tiene muchas posibilidad de éxito, sobre todo porque hay consenso entre los grupos parlamentarios de que no deben exhibirse ante la sociedad como entes que toleran la ilegalidad.

No se olvide que desde afuera los poderes de facto, los grupúsculos, los amargados y los aventureros seguirán insistiendo en violentar la autonomía universitaria, apoyados por especialistas en distorsionar la realidad y en crear escenarios falsos. El juicio político ¡sí procede!, la autonomía sindical y la autonomía universitaria no vienen de afuera.

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