Los prejuicios de Norzagaray

María Margarita Free del Castillo

¿Qué va a pasar con aquellos personajes que desde las tribunas del odio -ilustremos a Ernesto Hernández Norzagaray- destruyeron el Fideicomiso Pro-Jubilación Dinámica de la UAS ocasionándole una crisis económica y poniendo en riesgo el pago de las jubilaciones dinámicas de más de 5 mil trabajadores en retiro?

El ex asesor electoral Hernández Norzagaray ejerce la función de comentar, con el ánimo de que nadie replique o tenga otra percepción diferente a la de él, y expone sus propias emociones, desde la trinchera política y periodística, invadido por el prejuicio, la maledicencia, el juicio fácil y la descalificación a ultranza.

Decía y decía bien el escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués, José Saramago: “Que derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice”.

Ernesto Hernández Norzagaray ha acusado en varias ocasiones a Mujeres por Sinaloa endilgándole toda clase de descalificativos; nos señaló de querer coartarle su libertad de expresión, porque opinamos diferente a él o nos defendemos de sus ataques.

Otros que, al igual que él, desfilaron gritando que se atentaba contra el ejercicio de su periodismo, cobran ya como asesores de imagen o como voceros de algunas figuras políticas. Otros asumieron cargos de elección en áreas de gobierno.

El analista serio, profesional, recibe la crítica de su crítica con gusto, porque su opinión genera otra opinión diferente, lo cual no encaja en el temperamento de Norzagaray a quien le molesta el menosprecio y que se le rebata con argumentos escritos, sólidos, sustentados, porque se cree dueño de la verdad y la posverdad.

Alguien me dijo: la “credibilidad de Ernesto anda por los suelos”, lo hundió su protagonismo y desvaríos y ahora “anda muy dolido, enojado porque creyó que iba a manipular al Senador Rubén Rocha Moya y que iba a utilizarlo como carne de cañón contra la UAS y algunos personajes políticos”.

Lo de Ernesto Hernández no es inteligente, pues en él todo se reduce a un problema de odios y querencias, donde terminan imponiéndose sus emociones, construyendo realidades inexistentes.

La sociedad necesita mejores actitudes y no el tipo de narrativas como las de Norzagaray cargadas de animosidad, de hueva mental, y todavía menos la que se producen desde sus tribunas o trincheras del odio o “cuartos de guerra” que envilecen el debate público.

Se trata de poner sobre la mesa de la discusión a quienes opinan desde sus propias fantasías, amarguras u odios personales, y que se creen con calidad moral o ética – cualidades de las que carecen- para intentar descalificar a quienes aspiran a ser candidatos al gobierno bajo la interrogante de los méritos y las ideas que ofrecen a esta sociedad cargada de demandas.

En sus loqueras, Ernesto Hernández se quiere convertir en asesor externo, de tinta y papel, de Rubén Rocha, sin tomar en consideración que mucho ayuda el que no estorba, haciéndole recomendaciones mamelucas de con quién debe o no hacer alianzas, ofreciéndole un análisis retorcido del escenario electoral pasado, como si el Senador de la República fuera un aprendiz político y se chupara el dedo. 

Entonces, le manda decir a Rubén Rocha, “insistimos en lo que muestran las encuestas demoscópicas” e intenta cilindrarlo, diciendo que “la marca de Morena en el 21 estará sólida”, contra lo que opinan politólogos, sociólogos, economistas, actores políticos nacionales y analistas de primer nivel, que vaticinan un 2020 y un 2021 sumamente difícil para el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena.

El Movimiento de Regeneración Nacional vive- por si no lo sabe Norzagaray- una etapa crítica, de luchas intestinas. La amenaza es que se fracture en la toma de decisiones por las candidaturas del 2021.

No vemos a Rocha desesperado por ser nominado candidato, pero Ernesto Hernández Norzagaray en su esquizofrenia lo ve como “el más aprontado, el que quiere ser de ya, y eso lo está llevando al desgaste mediático y a cometer errores (…)”, opinión en la que se nota el prejuicio, la maledicencia, el juicio fácil y la descalificación a ultranza

Lo cierto es que Ernesto Hernández Norzagaray anda dolido, enojado, porque creyó que el Senador Rubén Rocha Moya se iba a lanzar contra la UAS y contra personajes políticos que han impedido que el “cártel de los jubilados”, al que pertenece Norzagaray, tomen por asalto y secuestren a la Universidad, a la cual le han hecho mucho daño, llegando a la destrucción del Fideicomiso Pro-Jubilación Dinámica.

En definitiva, lo peor que le puede suceder a Rocha Moya es que les haga caso a quienes viven pegados a su amargura, a sus odios, que se creen iluminados, dueños de la verdad y la posverdad y que por donde pasan siembran enfrentamientos y mentiras.

Cerramos con la pregunta ¿Qué va a pasar con aquellos que desde las tribunas del odio destruyeron el Fideicomiso Pro-Jubilación Dinámica de la UAS ocasionándole una crisis económica y poniendo en riesgo el pago de las jubilaciones dinámicas de más de 5 mil trabajadores en retiro?

Lo de nosotras al tiempo.

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