Sinaloenses se quedan sin empleo y sin sueldo, tras cerrar locales por pandemia

Irene Medrano Villanueva

“Esto es una pesadilla…ya quisiera haber despertado”, señala Cecilia Ibarra Ledezma, quien a sus 18 años, se siente “frustrada, aterrada y con mucho miedo”.

Mientras desciende del camión camina cabizbaja, arrastra los pies, sin ganas de llegar a su casa.

Se levantó temprano, se arregló lo mejor que pudo, iba a su trabajo.

Al llegar al negocio donde tenía apenas ocho días de haber sido contratada, se encontró con la novedad de que lo habían cerrado.

Era mi ilusión, tenía todo el año que no encontraba trabajo, una amiga me dijo de esta oportunidad, de inmediato acudí con el dueño, la empleada había renunciado por miedo al cobid-19 y yo les dije que el puesto era mío, de inmediato empecé a trabajar.  Cecilia Ibarra Ledezma

Sin embargo, este martes al llegar a su trabajo – venta de productos de belleza- , se encontró con la novedad de que habían cerrado el negocio.

Las autoridades nos quitaron la fuente de trabajo, se vendía bien, las mujeres aprovechaban el encierro para arreglarse, compraban todo tipo de productos, que para el pelo, tintes, mascarillas, tijeras. La verdad era una opción para matar el tiempo y de paso darse una `chaineada`.  Cecilia Ibarra Ledezma

Ahora dice que las mujeres se quedaron sin productos para seguir embelleciéndose y ella sin empleo y sin sueldo.

No sé qué voy a hacer, ahora a mí casa, sin ninguna ayuda, sin empleo y lo peor sin un peso para pasar el encierro. Cecilia Ibarra Ledezma

La plazuela Obregón luce semi desierta, solo uno que otro vendedor, pero lo que llama la atención son el traficar de jóvenes que van a tomar camión o que bajan de ellos,

Muchos de ellos están desempleados o bien no están trabajando debido a que los negocios donde laboran fueron cerrados temporalmente.

Esto nos duele, imagínese a los dueños, ellos apenas sacan para pagarnos, de por sí la situación está muy dura, todo el año las ventas estuvieron flojas, apenas vendíamos unos mil pesos al día, cuando en otros tiempos a la semana se vendían hasta 50 mil pesos, yo le pido a Dios que esto pronto termine y que el patrón no vaya a cerrar porque somos tres los que nos quedaríamos sin chamba. Rafael Castro

Señala que el dueño del negocio ya no tenía liquidez y que pudiera ya no abrir cuando pase la continencia.

Rafael estudia y trabaja, está en el segundo año de economía, ayuda a sus padres quienes por su edad no pueden salir a trabajar.

Apenas tenemos para pasar el día, por eso, salgo a vender productos de limpieza y la verdad, la gente ahorita sí está comprando escobas, trapeadores, yo por mi cuenta le agregué jabones , tela, elástico para que en el hogar hagan tapabocas y es con lo que me estoy alivianando. Rafael Castro

Medio molesto Rafael dice que una gran culpa de lo que está pasando en este momento es del presidente por actuar con seriedad.

Es un hombre que ha perdido la brújula, no sabe ni dónde está parado y de pilón nos va a llevar a todos los pobres, porque de limosnas no podemos vivir toda la vida, eso es lo que le da a mi padre, lo mejor que debería de hacer es apoyar a quienes queremos trabajar y hacernos responsables de los viejos, y así ayudarnos los pobres. Que nos abra las fuentes de trabajo y nosotros trabajar, es decir que no nos dé el pescado porque no va a alcanzar para todos.  Rafael Castro

«Vine a comprar tela para hacer tapabocas en casa y salir a venderlos porque la verdad no sé que vamos a hacer mi esposo y mis dos hijos. Ya tenemos quince días sin ir al trabajo. Mi esposo de plano quedó desempleado porque definitivamente se cerró el negocio de pinturas y yo hasta el momento no se si va a abrir el negocio en el mercado. Mi oficio es cocinera, de eso me mantengo.  Mariana Tostado

Publicado en El Sol de Sinaloa

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