La “nueva normalidad” es más económica y política, dice médico

Fernando Camacho Servín

El regreso a la llamada “nueva normalidad”, así como el cambio del semáforo de la emergencia por Covid de rojo a naranja, son decisiones más influidas por lo económico y lo político, que por factores estrictamente sanitarios, ya que en la actualidad el número de contagios y fallecimientos sigue aumentando de forma muy preocupante todos los días.

Así lo advirtió un médico internista que se encuentra en la primera línea de batalla contra el coronavirus, quien consideró que la reapertura de las actividades debería postergarse al menos dos semanas más, pues aunque en México no se han visto escenarios de “caos”, como en España o Italia, el sistema hospitalario del país sí se encuentra rebasado.

En entrevista con La Jornada –en la cual solicitó el anonimato–, el especialista señaló que, a juzgar por los altos índices de llegada de pacientes que ha visto en su experiencia diaria al coordinar equipos de trabajo en los hospitales generales “Manuel Gea González” y de Tláhuac, es muy apresurado declarar en este momento un regreso a las actividades.

“Los casos confirmados aumentan entre 4 mil y 5 mil al día, y la ocupación de los hospitales Covid está prácticamente al 100 por ciento. Independientemente de la circunstancia económica, valdría la pena esperar al menos dos semanas más (para terminar con la cuarentena), porque la curva sigue ascendente y no se ve cuándo se pueda estabilizar”, afirmó.

El experto subrayó que “aunque estamos rebasados en la atención de pacientes, es lamentable que las cuestiones económicas o políticas puedan incidir más. Como médicos, lo que nos preocupa es la salud de los pacientes, porque nosotros sentimos su angustia cuando ruegan ayuda y los vemos morir”.

No obstante, también señaló que “la responsabilidad de esto es compartida: en el gobierno no ha habido decisiones adecuadas, como lo demuestra el cambio de color del semáforo en pleno incremento de casos, pero hay muchos mexicanos que no quieren entender (la gravedad del Covid), y llegan muy tarde a recibir atención, ya con la enfermedad muy avanzada”.

Por tal razón, el experto enfatizó que “el llamado del Presidente a perderle el miedo al Covid está muy mal, porque lamentablemente él no tiene ni idea de lo que sufren los pacientes en el hospital. Es un mensaje incorrecto, porque de por sí la población no hace caso a las indicaciones”.

En ese sentido, el internista consideró que las autoridades del país deberían seguir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud “de hacer pruebas masivas, a diestra y siniestra, porque en hospitales hemos encontrado pacientes que llegan con otras patologías, sin síntomas respiratorios, y al hacerles tomografías de tórax nos encontramos con lesiones pulmonares virales, sospechosas de Covid”.

De acuerdo con el experto, “hemos encontrado a personas con síntomas tan leves que ni siquiera daban sospecha de Covid, por eso sí vale la pena hacer pruebas rutinarias y no sólo las que se incluyen en el modelo Centinela. En Corea del Sur realmente pudieron ‘domar la pandemia’ ´por hacer muestras a todo el mundo, detectar a los enfermos y aislarlos.

“No logro entender la visión epidemiológica a nivel federal. Si es para proteger a la población, yo gastaría en hacer pruebas, así como gasto en ventiladores, cubrebocas, guantes, gorros, etcétera”.

Las próximas semanas y meses, añadió, el panorama se va a hacer más complejo, pues si la pandemia de coronavirus va a continuar hasta octubre, como dicen las autoridades, es muy probable que se “junte” con la temporada de influenza estacional, lo que puede hacer aun más grave el problema de la ocupación hospitalaria.

“Seguimos en el pico máximo, no hay disminución de casos. Lo que se intentaba es que no hubiera tantos contagios al mismo tiempo para no saturar los hospitales. La estrategia de alargar la pandemia funcionó, pero eso hace que vivamos más meses en cuarentena y eso nos va a pegar económicamente”, dijo.

Por otro lado, el especialista lamentó que la llegada de médicos cubanos para la atención de pacientes Covid no ha resultado del todo eficiente, pues la mayoría de estos galenos no quieren laborar en las tareas para las cuales fueron contratados, muchas veces con el argumento de que no están capacitados para ello.

“Lamentablemente el trato con los cubanos ha sido complicado, porque no tienen experiencia en manejar brotes epidemiológicos como este. Su disponibilidad de trabajo no es como lo que encontrarías con un médico mexicano, que se pone la camiseta y apoyan mucho en la consulta en área hospitalaria. Los cubanos no están preparados, no recibieron capacitación y no tienen disponibilidad. Ahorita la relación mejoró, pero sigue habiendo mucha fricción para colaborar, a pesar de que les pagan bastante bien”, lamentó.

Publicado en La Jornada

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