Cuidado con las encuentas

Aarón Sánchez

En las redes sociales están proliferando encuestas y sondeos sobre la sucesión en el Gobierno del Estado. Algunas son hechas por firmas ampliamente reconocidas, pero otras son elaboradas por empresas fantasmas, nadie sabe quién las representa. Estas últimas están publicando con mayor frecuencia, con el claro objetivo de construir percepciones entre los electores.

Independientemente de la veracidad o de la consistencia de la metodología utilizada, lo real es que en la actualidad las encuestas ya no se hacen para definir quién será el candidato de cada partido o alianza. Ahora ese no es el objetivo. Hoy tratan de manipular la preferencia del elector y posicionar sutilmente a ciertos personajes para colocarlos como candidatos.

Estas empresas misteriosas, con nombres ficticios y sin identificación alguna, publican encuestas para engañar a la gente. Quieren poner gobernantes. Son parte de una estrategia política más amplia que usa todo tipo de artimañas para influir sobre las elecciones. Utilizan sofisticados métodos de marketing y de psicología social para cambiar la preferencia política del elector.

Este tipo de experimentos han sido exitosos en varios países. A través de las redes sociales, súbitamente aparecen encuestas donde intencionalmente se ignora a algunos aspirantes, se obstaculiza a otros y se destacan las virtudes de algunos en particular. Y justo eso está sucediendo ahora en nuestra entidad. Así que: cuidado con este tipo de encuestas, te intentan manipular.

En campañas electorales anteriores, las encuestas fueron un factor fundamental para conocer la preferencia de los votantes y tomar decisiones sobre cómo el candidato debía reorientar sus acciones de proselitismo político. Sin embargo, en este momento no hay candidatos formales y aún no empieza la campaña electoral. Las encuestas que se están publicando son para engañar.

En este momento las encuestas constituyen un arma de acción política y un instrumento para la manipulación de los electores. Se diseñan y se publican con el objetivo de obstaculizar la llegada a la contienda de aspirantes considerados indeseables por los grupos de poder. Buscan descalificar a los contrarios y posicionar a algún candidato en particular.

Una encuesta cuesta dinero, y alguien lo paga. Una empresa seria hace su encuesta utilizando la metodología utilizada, el diseño de la muestra y el nivel de confiabilidad estadístico. También informa quién la elaboró y proporciona sus datos para cualquier aclaración. Todo ello es parte de su profesionalismo.

Pero muchas de las encuestas que hay en redes sociales no dan esa información. Son de escritorio, con datos inventados y sin cálculos matemáticos. Tratan de generar credibilidad utilizando una buena presentación mediática, con bonitos colores y con un nombre falso, pero convincente. Cuidado con estas encuestas, solo quieren engañar y manipular la mente del elector.

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