Los nuevos profesionistas ante la era post Covid-19

Sandra Solís 

Es febrero de 2020, las aspiraciones de una joven egresada de Estudios Internacionales de las UAS, está entre estudiar la maestría o ingresar al mercado laboral a probar suerte, alternativas que en poco tiempo se limitaron a cero oportunidades por la gran ola de desempleo que provocó la pandemia y el confinamiento obligado al que entró por los contagios de Covid-19.

Hascibe Castillo Martínez, es una joven de 23 años, egresada en 2019 de la facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas, pero que, por haber realizado una movilidad estudiantil en el extranjero, después de graduarse, tuvo que hacer su Servicio Social, como un trámite más para poder obtener su título.

En marzo, para Hascibe su camino ya estaba definido, antes de tocar puertas en las empresas, iba a continuar estudiando, primero la maestría, luego el doctorado y por último buscaría las oportunidades laborales de su carrera.

Pero al haberse pausado el trámite de liberación de Servicio Social y titulación en la universidad, su única opción fue resguardarse en casa por meses y enviar currículo a algunas empresas que buscaban a personas con su perfil, recibiendo siempre una respuesta negativa por no cumplir con el requisito básico de dos o tres años de experiencia.

«Entonces se para todo, mi idea de empezar la maestría, se para el proceso de título, se para todo, entonces es muy estresante saber que estás como en un limbo, tanto profesional, como emocional «. Hascibe Castillo Martínez

El miedo a contagiarse de coronavirus y la incertidumbre de que será de su vida, fue generando que el estrés y la frustración creciera en su interior, al ser consciente que como recién egresada, no sería la mejor opción para el empresario que con toda la crisis financiera, primero estaba recontratando a los adultos que quedaron desempleados.

“Nosotros acabamos de egresar, no tenemos la experiencia y se nos vino la pandemia encima, entonces tenemos un poquito más de puntos en contra ahí, porque te están pidiendo experiencia de dos o tres años y realmente es complicado que tengamos esa experiencia”, expresó.

Los meses pasaban y el panorama se convertía cada vez más desalentador para ella, al ver que la mayoría de sus amigos de generación estaban sumergidos en emociones negativas y aunque son conscientes de que cuentan con las herramientas para trabajar, por ahora son ignorados por las autoridades y el sector empresarial.

En su intento de salir del ocio, empezó a ayudar en el negocio familiar, aprovechó sus conocimientos en el idioma inglés e inició a asesorar a sus primos de primaria, secundaria y universidad, recibiendo sólo una compensación económica por cada clase.

“Es lo que he estado haciendo, he estado de poquito a poquito aquí y allá, no un trabajo que se pueda decir estable, más que nada es el apoyo en los negocios familiares, pero me gustaría que, si ya se me fue la maestría, ya empezar a trabajar bien con un sueldo fijo”, mencionó.

Ahora su aspiración es empezar a buscar un empleo temporal iniciando el 2021 sin importar que no sea afín a su licenciatura y en caso de empezar a cambiar la situación económica, desea que para finales del próximo año ya sea contratada en una empresa que le permita demostrar sus conocimientos en la materia.

Foto: Cortesía

EXPERIENCIA Y PANDEMIA

Confirmando la teoría de Hascibe, el dirigente de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco), en Culiacán, Diego Castro Blanco, ha comentado que, en el ingreso laboral, los jóvenes egresados han sumado puntos en contra, primero por la falta de experiencia y segundo por la pandemia.

«El problema que si estamos con todos los jóvenes que recién están egresando de las diferentes universidades, como incorporarlos cuando no traen una experiencia previa laboral, necesitamos ver que vamos a hacer, porque son inquietos, inteligentes, que traen muchas ganas de incorporarse».  Hascibe Castillo Martínez

Para no dejarlos de lado, Castro Blanco, considera que es necesario que entre universidades, sector empresarial y autoridades se desarrolle una política pública que dé oportunidades a los miles de jóvenes para que se capaciten y sean contratados en la modalidad de home office en las empresas.

Por su parte, el docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UAS, Luis Armando Becerra Pérez, propone a los egresados a seguir dos caminos: la formación académica, como maestría o especialidad, para que cuando la finalicen en dos años, tengan mayores oportunidades de colocarse en una empresa o emprender su propio negocio.

OPORTUNIDAD

«Esta crisis también representa una oportunidad para emprender, para que los jóvenes puedan desarrollar por este lado y se lancen a hacerlo, entonces. Hay mucha creatividad de los jóvenes«. Hascibe Castillo Martínez

Publicado en El Sol de Sinaloa

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