Más allá del home office, la flexibilidad en el trabajo alcanza para todos

Gerardo Hernández

No importa si tu trabajo se puede realizar frente a una computadora o no, la flexibilidad alcanza para todos. Aunque las funciones no permitan a las personas teletrabajar, hay otras alternativas para adoptar un esquema laboral flexible.

Verónica Alaimo, especialista senior, y María Noel Chaves, consultora externa, ambas de la de la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo, exponen que la posibilidad de reorganizar y adaptar jornadas de trabajo diferentes a los esquemas tradicionales de 8 horas diarias, son una opción para dar flexibilidad a aquellos trabajadores que no pueden hacer sus tareas vía remota.

Para Orlando Mejía, líder de Capital Humano y Transformación Organizacional de Deloitte México, la flexibilidad no está condicionada a la opción de hacer home office. “El hecho de que las personas tengan la posibilidad de saber con tres semanas de anticipación cuáles son los turnos que les corresponden les da flexibilidad. Hay que entender cuál es la definición de flexibilidad para cada uno de los segmentos y obrar acorde”.

El especialista asegura que el trabajo flexible es un elemento esperado y valorado por toda la fuerza laboral, sin importar el tipo de actividad que se realiza.

De acuerdo con el Estudio de Remuneración 2021 de PageGroup, el 35% de los trabajadores en México considera que los beneficios no salariales, como más días de vacaciones o esquemas de trabajo flexibles, por citar algunos ejemplos, son elementos que ayudan a determinar la permanencia en una empresa.

¿Cómo flexibilizar lo rutinario?

El tipo de economía en México aleja a una buena parte de la fuerza laboral de la posibilidad de hacer home office. Previo a la pandemia, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sólo 17% de los trabajadores en nuestro país tenía una actividad sujeta a teletrabajo.

¿Qué hay del resto? Siegfred Seedorf, especialista en Recursos Humanos de la Universidad La Salle, opina que la flexibilidad debe ser pareja y quienes no tienen la posibilidad de trabajar desde casa tienen alternativas como los horarios y días escalonados.

“La flexibilidad sí se puede dar en los trabajos que no se realizan frente a una computadora”, asegura el especialista.

Verónica Alaimo y María Noel Chaves sugieren que los acuerdos de trabajo flexibles son una herramienta útil para implementar modelos flexibles de trabajo para aquellas funciones que no se pueden realizar a distancia. Estos arreglos entre patrones y trabajadores permiten definir días y horarios de trabajo distintos a los esquemas tradicionales.

Las especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo comparten algunas opciones:

  • Bancos de horas: Un acumulado de tiempo extra trabajado (sin exceder el límite legal) que pueden usar los colaboradores como tiempo libre.
  • Semanas comprimidas: Modalidad que permite trabajar las mismas horas semanales, pero en menos días.
  • Trabajo compartido: Esquema que distribuye un trabajo de tiempo completo entre dos personas.
  • Horarios flexibles: Opción que le permite a los trabajadores elegir su horario de inicio y finalización de su jornada dentro de parámetros determinados por la empresa.

Sin embargo, advierten que sin un cambio real en la cultura organizacional y familiar, los efectos deseados de los acuerdos de trabajo flexible pueden quedar anulados.

Punto de no retorno

“La pandemia ha impulsado cambios que de otra manera no se hubiesen hecho. Algunas cosas cambiaron de manera temporal, pero hay aspectos que llegaron para quedarse”, opina Eugenio Lebrija, director general de Barlovento Consultores.

A raíz del confinamiento, agrega, muchas empresas se han dado cuenta que los esquemas laborales flexibles pueden ser adoptados hasta en los puestos que menos se imaginaban para un nuevo modelo de trabajo.

La Encuesta sobre el Impacto Generado por Covid-19 en las Empresas que elaboró el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) mostró que el 28% de los negocios en México adopto los turnos de trabajo como una medida permanente. Esta medida operativa tuvo una brecha menos amplia entre las grandes empresas con las micro, pequeñas y medianas, a diferencia del teletrabajo, que permeó con más fuerza en las grandes compañías.

Los esquemas flexibles de trabajo bien aplicados juegan un papel importante en la conciliación entre la vida laboral y familiar. De acuerdo con el BID, la región de América Latina presenta un rezago aún en legislaciones que apoyen la conciliación entre el trabajo y las actividades personales de la fuerza laboral.

En este tenor, la Cámara de Senadores analizará una adición al artículo 59 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), para que las jornadas laborales que se acuerden entre los patrones y trabajadores atiendan el balance trabajo-familia.

“La globalización y el ritmo de vida, han hecho que las personas pasen más tiempo en sus trabajos que con sus familias”, asegura la senadora Martha Cecilia Márquez Alvarado (PAN), autora de la iniciativa.

Uno de los objetivos de la propuesta, es que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) incluya estos acuerdos para pactar la jornada laboral entre sus acciones para fomentar el modelo de Empresas Familiarmente Responsables.

Publicado en El Economista

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