A un año del confinamiento, jóvenes desarrollan problemas de salud y sociales

César García

Pese a que las redes sociales en tiempos de pandemia han servido para que muchos estén en contacto con sus amigos y familiares, para otros ha significado tristeza, depresión y ansiedad.

Por lo que Eduardo Portas, Investigador en redes sociales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México/Tijuana, comentó a MILENIO que, cuando las personas que se encuentran en confinamiento acceden a redes sociales desarrollan diversos factores emocionales al observar a otros que disfrutan sus actividades fuera de casa.

“Es curioso cómo se activan diversos liberadores de hormonas en donde el cerebro ve algo que le gusta por lo que el ser humano naturalmente quiere regresar a esas sensaciones placenteras. Y como es bien sabido, las redes sociales se conforman de textos, fotos y videos, por lo que termina siendo adictivo para ellos”, externó.

Pero también destacó que las redes sociales se han aprovechado muy bien para que los jóvenes mantengan su mente distraída y activa para que estas enfermedades no lleguen a tocar sus puertas.

Pero también destacó que las redes sociales se han aprovechado muy bien para que los jóvenes mantengan su mente distraída y activa para que estas enfermedades no lleguen a tocar sus puertas.

“Seguro mucho de ustedes conocen la plataforma de TikTok, pues bien, ha revelado cuales son las necesidades de los jóvenes entre los 14 y 24 años, y algunos consideraran que la red es solo para perder el tiempo o bien otros la aprovechan para hacerse viral, pero lo que ha permitido es que el balance emocional de estos adolescentes se estabilice”, mencionó.

Y es que, según estudios, esta plataforma cuenta con más de 52 millones de usuarios desde el inicio de la pandemia, por lo que la competitividad entre los jóvenes es mayor y lo que muchos buscan en esta plataforma es virilizarse, pero al no encontrar ese objetivo deseado, sus emociones se desequilibran.

“Esto es muy común, pues para muchos adolescentes, jóvenes y adultos, la formación de su identidad apenas está siendo modelada por cómo los demás reaccionan ante ella. Es decir, tu colocas tu identidad y como es que la gente quiere que la vea en las redes sociales y dependiendo del rechazo o aceptación que tengas, con eso está forjándose tu identidad”.

En México, se calcula que nueve de cada 10, de quienes tienen acceso a internet, maneja una red social de forma diaria, por lo que Portas destaca que ellas, de alguna manera son buenas aliadas para mantener la comunicación con amigos y familiares y también han servido para beneficios económicos.

Por pandemia se volvió una ‘NENI’

Cinthya Ochoa, es egresada de la Universidad Cescijuc, donde estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, trabaja como asistente en un medio de comunicación, pero el sueldo que le dan ahí es muy bajo, por lo que tuvo que convertirse en una autentica “Neni”, estas chicas emprendedoras que venden productos o servicios en línea.

“Las deudas en casa siguen aumentando, apoyo a mi madre quien es por la que, con su pensión, en ocasiones podemos comer, y con lo poco que me dan en mi trabajo y lo poco que vendo en mi pagina puedo pagar la luz, renta y despensa, pero hay veces que ni para eso me alcanza”, externó.

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Ella vende productos de belleza y ropa; y para que la clientela confíe en ella, las entregas las hace con su bicicleta. En sus horas libres, aprovecha para ir a surtirse y así tener su stock listo para la próxima venta.

«El confinamiento me llevó al alcoholismo»

(Foto 2)

Para Eduardo Osorio el confinamiento ha sido muy duro, pues a un año de que se encerró en su casa para evitar contagiarse, su estado emocional flaqueó, pues cayó en depresión, ansiedad y alcoholismo.

“Yo tuve que terminar con mi pareja, una relación de un año, pues nos tuvimos que aislar por la pandemia. Yo solo trabajo en casa y sin saberlo, no supe cómo me contagié de covid-19. Fue muy triste, porque me puse muy mal, y a raíz de eso, empecé a beber mucho, yo creía que el alcohol me iba a ayudar a olvidar algunos problemas”, externó preocupado.

Eduardo tiene 22 años, y aunque sabe que el alcoholismo llegó a temprano a su vida, piensa dejarlo muy pronto. Y mientras pasa ese problema, utiliza la red social, TikTok para subir videos graciosos para no ponerse “más triste de lo que estoy”.

“Tengo terapias psicológicas vía online, porque llego a un punto que el alcohol me desconecta, me quedo dormido hasta en horas de trabajo. Sé que esto ya es un problema, pero mi mamá, quien es con quien vivo, al principio no entendía que el encierro para mí es un problema, soy un chico muy social y amigable, y el no convivir con amigos, me pone muy triste”, mencionó.

Yo aprendí idiomas mientras me resguardaba

Alberto García, es un joven que supo aprovechar el confinamiento por la pandemia de covid-19, pues trabaja desde su casa solo cinco horas al día y creyó que no era justo desperdiciar el resto del día.

“Supe que en mis tiempos libres de home office podía aprovecharlos, por lo que me puse estudiar inglés y mandarín. Esto me funciona, pues trabajo en una cadena hotelera internacional que necesita que sus empleados manejen diversos idiomas, por lo que me puse trucho y aprendí ambos idiomas”, externó.

Aunque aun no maneja al 100 por ciento el idioma, confía en que, en su trabajo, en un próximo futuro, lo puedan ascender para que su economía mejore.

“Si bien es cierto que la pandemia nos vino a resguardar, ha sido para mí una oportunidad de crecimiento, pero, sin duda alguna, extraño convivir con mis seres queridos”, finalizó.

Publicado en Milenio

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