Razones por las que los niños que crecen con sus abuelos son más felices

Tener abuelos es una bendición y lo hemos dicho muchas veces. Crecer junto a ellos nos da felicidad, seguridad y conocimiento. No lo digo yo, hay estudios serios que destacan las razones por las que estar al lado de nuestras abuelas y abuelos es sumamente bueno.

Especialistas de la Universidad de Oxford y el Instituto de Educación de Londres midieron la felicidad y el bienestar de los niños que se crían con los abuelos versus con los que no tienen esa posibilidad. El resultado es que los abuelos proporcionan estabilidad emocional a los niños, pero hay más.

Senior Hispanic man sitting in the garden lifting his baby grandson in the air and smiling to him

Razones por las que los niños que se crían con los abuelos son más felices

  • Las relaciones cercanas entre abuelos y nietos proporcionan a los niños seguridad, estabilidad emocional y tranquilidad.
  • Sirven de amortiguación a los efectos de los eventos adversos de la vida, por ejemplo la separación de los padres.
  • Gracias al vínculo con los abuelos, los niños se nutren  de más dinámicas afectivas, de más refuerzos emocionales y de recuerdos que conformarán en ellos un legado de vida excepcional que los acompañará siempre.
  • Ayudan en momentos de estrés en la familia.
  • Son un importante pilar y apoyo para los padres. Muchas veces por la crisis económica, loa papás dependen de los abuelos para que cuiden a los hijos mientras ellos trabajan.
  • Esta comprobado que los niños que quedan al cuidado de los abuelos en lugar de en una guardería, adquieren una mayor fluencia en el lenguaje y son emocionalmente más seguros.
  • Los niños que son cuidados por sus abuelos crecen rodeados e mayor atención y cariño cercano. Son personas en las que confían plenamente, su segunda familia
  • Los niños y los abuelos van al mismo ritmo: aprecian como nadie el “aquí y ahora”, los pequeños detalles. La mariposa que se posó en la flor, la lluvia que cae por la ventana, el sol que pinta de colores el celo, el bombón que se derrite en la leche.

Los niños que crecen con sus abuelos son afortunados. No todas las parejas tienen cerca a sus padres para favorecer ese lazo “abuelo-nieto”, eso no quiere decir que sean infelices, ese amor se llena con el cariño de los padres. Sin embargo, las experiencias, los mimos y los valores que dan los abuelos son púnicos.

Como todas las etapas de la vida la infancia es irrepetible y se va “como agua”, es en esta etapa que entre mayores vínculos de amor existan, habrá en la etapa adulta mayor madurez emocional.

Publicado en Me lo dijo Lola

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