Roxana Ruiz, la joven madre soltera que mató a su violador, podría volver a prisión

Sergio Carmona

Roxana Ruiz, de 22 años, quien estuvo nueve meses en prisión preventiva por haber asesinado a su agresor que abusaba sexualmente de ella, podría volver a la cárcel.

Está acusada de homicidio simple con exceso de legítima defensa, sin embargo, en febrero había salido del penal bordo de Xochiaca, en el Estado de México.

Ayer, el tribunal de Texcoco notificó a Roxana, sobre la revocación de las medidas cautelares que le permitían continuar su proceso en libertad.

Fue citada a una audiencia el próximo lunes 18 de abril.

Su defensa presentó un amparo para detener la revocación. Roxana asegura que se siente indignada.

“Siento impotencia, me siento mal, siento tristeza, siento decepción ante la autoridad, ante los jueces que toman sus resoluciones tan precipitadas y basadas en nada porque yo he estado cumpliendo todas y cada una de los acuerdos que me dieron, que se me impusieron, yo los he estado cumpliendo al pie de la letra, y entonces estoy indignada”, lamentó Roxana.

El de Ruiz se trata de un caso anómalo

En un país con 11 feminicidios y 46 violaciones a mujeres diarias, donde más del 90% de los casos quedan impunes, ella se ha convertido en un símbolo de supervivencia.

La mujer, procedente de una comunidad mixteca de Oaxaca, emigró a los 15 años en busca de trabajo a Nezahualcóyotl, uno de los municipios más peligrosos del país para las mujeres. Tuvo un hijo, que ahora tiene cuatro años, pero se separó de su marido al poco tiempo. Consiguió un empleo como vendedora de patatas fritas.

El 8 de mayo de 2021 una amiga la invitó a tomar algo al acabar su turno. Ella se bebió una cerveza y se fue para su casa. De camino, se encontró con un joven al que conocía del barrio que se ofreció a acompañarla. Al llegar a la residencia de Ruiz, el hombre la convenció para que le dejara quedarse a dormir con la excusa de que vivía lejos y la zona era peligrosa de noche. Insistió. Ella aceptó por miedo, según ha relatado, preparó una colchoneta en el suelo para él y se fue a dormir.

El hombre se subió a la cama de Ruiz. “Me empezó a quitar la ropa, me golpeó, me violó. Yo estaba en shock. Pasé momentos horribles, sentí su aliento, sus manos, cuando me penetró”, escribió en una carta pública la mujer. Se defendió, golpeó a su agresor y lo asfixió con una camiseta. “No quería que él lastimara a nadie más. Me sentí sola, denigrada”, continuaba la misiva.

Cuando la detuvieron, el cuerpo de su agresor estaba en una bolsa. Su equipo de defensa asegura que el proceso estuvo plagado de omisiones, que ni siquiera se le proporcionó un traductor indígena ni pudo hacer una llamada. Su madre se enteró de su detención tres días después. No se le realizaron exámenes para verificar la agresión sexual ni se aplicó el protocolo de género correspondiente. El proceso legal todavía continúa, y la semana que viene se decidirá si la joven que no quiso ser otra asesinada más vuelve a prisión preventiva.

Publicado en Vanguardia

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