Una mexicana al rescate del maíz criollo y sus nutrientes

El destino emprendedor de Montserrat Vázquez emergió cuando jugaba entre las milpas de San Mateo Ixtlahuaca, Estado de México y también, le ayudaba a su abuela materna a cosechar y elaborar tortillas; años más tarde le daría vida a su proyecto Nixcome, inspirado en la ‘cocina de abuelas’ y que ahora busca apoyar a las productoras de maíz criollo de este municipio.

“Alguien me dijo una vez que las cosas que más te impactan de chiquita es a lo que te debes dedicar porque es a lo que sabes que les vas a meter toda la pasión y estoy completamente de acuerdo con eso”, comenta Montserrat Vázquez, quien se encarga de mantener la tradición de las productoras de San Mateo Ixtlahuaca.

Actualmente México cuenta con 64 variedades de maíz criollo, de los cuales 59 son nativos y sometidos a una selección por parte de los agricultores, proceso realizado durante generaciones.

Sin embargo, el maíz criollo se ve amenazado por la pérdida de cultivos nativos, los cambios en las tecnologías de cultivo de maíz, los mercados cambiantes, cambios de políticas, las preferencias culturales, la urbanización y el cambio climático.

En el caso San Mateo Ixtlahuaca, la siembra de maíz sobrevive gracias a las mujeres, quienes son el soporte de las familias y que permanecen en sus tierras, mientras los hombres se trasladan a la Ciudad de México en busca de otras oportunidades laborales.

Foto: Cortesía / Nixcome

En ese sentido, la emprendedora argumenta que el principal peligro que experimenta el maíz criollo es que las mujeres que lo cultivan no obtienen buenas remuneraciones, lo cual no asegura una rentabilidad en la cosecha.

Hoy en día los compradores están adquiriendo la cosecha de maíz criollo a precios de 6,000 pesos hasta 6,250/tm al productor; mientras que los precios de salida de bodega van desde 6,150 hasta 6,350/tm, de acuerdo con reportes del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.

“A mí me causa mucho ruido que cómo es que la SAGARPA (actualmente SADER) en 2019 fijó la tonelada de maíz en poco más de 5,000 pesos. O sea, poco más de 5 pesos por un kilo y pues con eso no le pagan ni al que les ayuda a sembrar”, agrega.

Es por esta razón que muchas productoras han tomado la decisión de solo cosechar para ellas y sus familias o bien, de abandonar definitivamente sus tierras. Actualmente Nixcome les compra el excedente de sus cosechas a cuatro mujeres del municipio para que no dejen de cultivar y evitar el desperdicio de alimentos.

Publicado en Forbes México

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