La visión única de las mujeres para la acción climática

Jesús Iglesias Saugar

La Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) define las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) como “acciones dirigidas a proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible ecosistemas naturales o modificados que hacen frente a los retos de la sociedad de forma efectiva y adaptable, proporcionando simultáneamente bienestar humano y beneficios de la biodiversidad”. Se basan en principios como “aportar beneficios sociales de un modo justo y equitativo que promuevan la transparencia y la participación amplia” y “mantener la diversidad biológica y cultural”, y cuentan con un estándar para facilitar su implementación e identificación, incluyendo entre sus criterios la gobernanza inclusiva.

Mitigar el cambio climático está directamente ligado con la necesidad de generar igualdad. Las soluciones no pueden diseñarse para unos pocos apostando por nuevas tecnologías, cambios en nuestros medios, que no modelos de transporte, o subidas de precios para que el sobrecoste ambiental recaiga exclusivamente sobre el consumidor final. Para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 y los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) es fundamental incluir a toda la sociedad en la toma de decisiones para aportar un abanico de soluciones en las que todas las personas estén representadas.

El cambio climático impacta de manera desigual a hombres y mujeres, y la contribución al mismo y las soluciones son distintas en función del género. Numerosos informes, como el titulado Género y Cambio Climático. Un diagnóstico de situación, elaborado por el Instituto de la Mujer, indican que en general, las mujeres están más concienciadas y son más activas en la protección del medio ambiente, y que el 61% se considera responsable del cambio climático frente al 47% de los hombres, suponiendo un motor crucial en la acción climática. Por eso, sus voces tienen que ser escuchadas.

El 61% de las mujeres se considera responsable del cambio climático frente al 47% de los hombres, suponiendo un motor crucial en la acción climática

Existen muchos ejemplos de mujeres liderando la acción climática en sus comunidades a través de las SbN. Gloria Asare Adu, fundadora de Global Bamboo Products, es de Ghana, donde la demanda de leña y carbón vegetal supone el 70% de la pérdida forestal anual del país. Tras realizar un curso donde aprendió los diversos tipos y usos del bambú, decidió crear su propia empresa de fabricación de artículos, briquetas y carbón vegetal de este material. Actualmente, cuenta con una plantación de 300 hectáreas y se ha servido de su propia experiencia para formar a otras personas (alrededor de 400) en actividades de medios de vida alternativos y a agricultores (más de 10.000) en el cultivo, manejo y procesamiento primario de bambú.

Gloria ejemplifica el impacto que generan las SbN. Ha mejorado su economía y la de su entorno, ha demostrado que la integración del bambú en los sistemas agrícolas mejora los rendimientos de otros cultivos y restaura la salud de los suelos; también ha empoderado a mujeres rurales ghanesas visibilizándolas en sus comunidades como promotoras de un desarrollo económico inclusivo y resiliente.

Zulfa Hassan, inició su andadura como emprendedora gracias a un programa que ofrece préstamos a mujeres de 250 dólares (unos 225 euros) para abrir pequeñas empresas, que incluye una formación sobre restauración y conservación de manglares. Gracias a esta iniciativa, Zulfa pudo abrir un pequeño restaurante en su pueblo, y fundó Mtangawanda Women’s Association, donde cuenta con unas 30 mujeres que trabajan activamente en la restauración de manglares, incluyendo la plantación directa de propágulos y el trasplante de árboles jóvenes cultivados en viveros, en áreas identificadas como degradadas.

Zulfa, a través de una SbN, ha empoderado a otras mujeres, ha mejorado su calidad de vida, y está protegiendo su entorno de los efectos del cambio climático ayudando a la captura de dióxido de carbono, reduciendo los riesgos de inundación, o restaurando la biodiversidad de estos ecosistemas. Por ello, es conocida en su comunidad como “Mama Mikoko” (Mamá Manglar).Empoderar a las mujeres a través de las SbN les brinda la oportunidad de acceder a un recurso económico potencialmente transformador

Pero Gloria y Zulfa no son las únicas, son muchas, incluidas lideresas internacionales como Cynthia Villar (senadora de Filipinas), Bernice Daaph (directora ejecutiva de Ghan Bamboo Bikes y Joven Líder Global según el Foro Económico Mundial), o Mariet Verhoef-Cohen (presidenta de Women for Water Partnership), las que apuestan por estas soluciones para mitigar los efectos del cambio climático y trabajar por la igualdad de género.

Empoderar a las mujeres a través de las SbN les brinda la oportunidad de acceder a un recurso económico potencialmente transformador y puede ayudarlas a participar activamente en la vida política, económica y pública. Igualmente, las involucra en la toma de decisiones sobre el uso de la tierra, el agua y los bosques, y las ayuda a crear soluciones más sostenibles, justas e inclusivas.

Las SbN, según el estándar de UICN, no son una herramienta de greenwashinggenderwashing (ser verde sólo en apariencia), sino que permiten restaurar y conservar el medio natural, generar beneficios sociales y económicos, desarrollar procesos participativos y de gobernanza inclusiva y fomentar la igualdad. Todo ello genera un mejor y mayor reparto de la riqueza, un desarrollo económico más sostenible y resiliente y una sociedad más justa y concienciada con el cuidado de los recursos naturales que sustentan nuestras vidas. En definitiva, son una herramienta para la acción climática, la justicia social y la igualdad de género.

Publicado en El País

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