Diana Jaramillo
La tos ferina es una enfermedad que principalmente afecta a los niños, la cual también es conocida como pertusis.
De acuerdo con el sitio especializado Mayo Clinic, es una infección de las vías respiratorias sumamente contagiosa.
La tos ferina afecta principalmente a los niños que no han completado el esquema de vacunación y a los adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad.
¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?
Los síntomas de la tos ferina se parecen a los de un resfriado común, estos son los que aparecen:
- Mocos
- Congestión nasal
- Ojos enrojecidos o llorosos
- Fiebre
- Tos
Imagen de iStock.
Una vez que la persona se contagia de tos ferina, estos síntomas pueden tardar en aparecer de 7 a 10 días.
Las personas infectadas por esta enfermedad son más contagiosas hasta por alrededor de 2 semanas después de que aparece la tos.
Cuando la enfermedad empeora pueden dar ataques graves de tos que pueden provocar:
- Vómitos
- Rostro enrojecido o azul
- Fatiga extrema
- Silbido al inhalar el aire
Las bacterias llamadas Bordetella pertussis son las que provocan la tos ferina; el contagio se da cuando una persona infectada tose o estornuda y esas gotas se esparcen en el aire.
Los niños, adolescentes y adultos frecuentemente se recuperan de la tos ferina sin problemas, sin embargo, los bebés son los que corren más riesgo, pues pueden presentar las siguientes complicaciones:
- Neumonía
- Respiración lenta o interrumpida
- Deshidratación
- Convulsiones
- Daño cerebral
Imagen de iStock.
¿Cómo se puede prevenir la tos ferina en niños?
La manera más eficiente de prevenir la tos ferina es por medio de la aplicación de la vacuna contra la pertusis.
Esta vacuna consta de cinco inyecciones que se tienen que administrar a los 2 meses, 4 meses, 6 meses, 15 a 18 meses y 4 a 6 años de edad de los pequeños.
Los efectos secundarios de esta vacuna son bastante amigables y suelen incluir fiebre, dolor de cabeza o fatiga.
Si el contagio se da en menores vacunados, la infección en general no es para nada grave.
Las muertes asociadas a la tos ferina son poco frecuentes, pero las que ocurren atacan principalmente a los bebés.
El tratamiento que dan para atacar a la tos ferina consiste en un esquema de antibióticos, aunque depende mucho del caso y de la edad del menor a la hora de contraer esta enfermedad.
Si hay sospechas de que tu hijo o hija puede tener tos ferina es fundamental que de inmediato acudas al especialista, pues la automedicación puede empeorar los síntomas.
