Conasami recorta de 260 a 215 pesos la meta sexenal para el salario mínimo

Blanca Juárez

La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) ha vuelto a ajustar la meta de las remuneraciones base. A mediados de este año proyectaba que al final del sexenio el monto podría alcanzar los 260 pesos diarios, pero ahora analiza un aumento para que quede en 215 pesos diarios en 2024, informó Luis Felipe Munguía Corella, titular del organismo.

El recorte implica que el salario mínimo general (SMG) mensual para la mayor parte del país sería de más de 6,500 pesos, y no de 7,900 pesos según el anterior cálculo. Con los sectores obrero y empresarial, “estamos viendo cómo lograr una meta menos fuerte para que el incremento no distorsione demasiado la economía e impacte los precios y a las empresas más pequeñas del país”, explicó el funcionario en entrevista.

Aun con la meta recortada, el plan es cumplir con el incremento ofrecido por el presidente Andrés Manuel López Obrador de “100% en términos reales respecto al inicio del sexenio”, cuando el SMG se ubicaba en 88 pesos. Es decir, ponderó, “descontando la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, el salario mínimo se duplicaría”.

En 2021, con una inflación de 6%, el gobierno federal pretendía terminar el sexenio con un salario mínimo de 226 pesos diarios. En agosto de este año subió sus expectativas a 260 pesos. Pero con el último ajuste a precios actuales, el piso mínimo que dejarían sería de 214.90 pesos diarios, según detalló Luis Felipe Munguía.

Ayer en la conferencia matutina, el presidente López Obrador recibió a portavoces de los sectores obrero y empresarial, miembros del Consejo de Representantes de la Conasami y quienes junto con el gobierno federal fijan los incrementos anuales.

Este año la decisión fue unánime: 20% más para 2023, anunció Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo y Previsión Social. Con este quinto aumento de la actual administración, el monto que se paga en la mayor parte del país pasará de 172.87 pesos diarios a 207.44 pesos a partir del 1 de enero. Eso representa 1,052 pesos adicionales al mes.

El salario mínimo para la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) subirá de 260 a 312 pesos diarios, es decir, un aumento de 1,584 pesos cada mes. De 2018 al aumento para 2023, “habremos recuperado el 90% del poder adquisitivo”, destacó la secretaria Luisa María Alcalde. El beneficio, dijo, es para más 6.4 millones de trabajadores y trabajadoras.

Se acerca de la línea de bienestar, pero no la cruza

Partiendo de la base de 207 pesos diarios, señaló el presidente de la Conasami, “nada más nos faltaría incrementar el salario mínimo 10% en términos reales. Más lo que se presente de inflación en 2023 y 2024, porque la vamos a juntar para que al cierre del sexenio el salario mínimo sea del doble respecto al de 2018”.

Sin embargo, es posible que con los 215 pesos para 2024 las personas trabajadoras no alcancen la línea de bienestar que establece el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Dicho parámetro se compone del costo de una canasta alimentaria y una no alimentaria, y divide técnicamente a la población en pobreza y la que no se encuentra en esa condición. Pero es posible que quienes rebasen la línea sí sean vulnerables por algún tipo de carencia social.

Luis Munguía explicó que el próximo ajuste dependerá de la inflación, “si es muy alta probablemente no se logre llegar al 100%” de la línea de bienestar, rozarían apenas 1.9 o 1.8 de las canastas. “Todavía hay varios factores de aquí a 2024, pero el inflacionario es el que más importa ahorita y en los próximos años”.

Pese a que el 2022 terminará con una tasa de inflación de más de 8%, las negociaciones para el incremento salarial de 2023 transcurrieron bien, “no hubo un desacuerdo fuerte entre los sectores. Evidentemente si fue trabajo de un mes, porque la propuesta del sector empresarial era de 15% más y el sector obrero en su conjunto pedía 25%”, narró.

“Entonces sí hubo una labor de parte del gobierno para llegar a un consenso”. Parecía sencillo, el punto medio era 20%, “pero se debatió varios días”.

No podía ser tan alto como 25% porque “podría causar expectativas de inflación. Psicológicamente afecta, no porque el costo sea alto, sino que el número 25 podría sonar que así era e impactar en el mercado especulativo”. Eso lo comprendió la parte obrera, “fue bastante consciente cuando se le habló del posible efecto que puede tener en las empresas”.

Pero el aumento tampoco podía quedar tan bajo como el 15% que proponía el sector empresarial. “Nos parecía insuficiente porque, si bien la inflación probablemente este año va a cerrar en 8.3 u 8.4%, el precio de los productos básicos como la tortilla o el huevo terminarán en 16% más. Entonces, si bien su propuesta estaba por arriba de la inflación general, no así de los productos básicos”.

Con todo esto, el sector empresarial “fue muy responsable en asumir los costos que le implica pagar salarios justos para los trabajadores. También están conscientes que los beneficia, porque con mayores ingresos consumen más”, abundó.

“Es una muy buena noticia para los trabajadores de México. El incremento del salario mínimo es uno de los grandes logros de este gobierno que no sólo beneficia a quienes lo ganan, sino también a todos los trabajadores que han recibido aumentos constantes” como consecuencia del impulso que le dan desde abajo estos salarios.

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