Prueba alertaría Alzheimer 3 años y medio antes del diagnóstico clínico

Pedro Díaz/ Europa Press

Los avances en el tratamiento contra el Alzheimer han sido significativos en los últimos años. Aunque todavía no existe una cura para la enfermedad, los científicos han logrado desarrollar nuevos tratamientos que ayudan a retrasar su progreso y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Entre los tratamientos más prometedores se encuentran las terapias farmacológicas, que incluyen fármacos que ayudan a estimular la producción de neurotransmisores en el cerebro y reducir la inflamación. Además, también se están investigando terapias complementarias, como la estimulación cerebral profunda y la terapia ocupacional, que pueden mejorar el bienestar de los pacientes.

Entre los avances importantes está la identificación temprana de los síntomas del Alzheimer, lo que permite un diagnóstico y tratamientos más precoces. También se están desarrollando nuevas herramientas tecnológicas, como aplicaciones y dispositivos de seguimiento, que ayudan a los pacientes y sus cuidadores a manejar la enfermedad de manera más efectiva.

En conclusión, aunque todavía hay mucho por hacer en la lucha contra el Alzheimer, los avances en el tratamiento están mejorando la calidad de vida de las personas afectadas y brindando una mayor esperanza para el futuro.

Una nueva investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres (Estados Unidos) desarrolló un análisis de sangre que podría utilizarse para predecir el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer hasta 3.5 años antes del diagnóstico clínico.

El estudio, publicado en la revista científica ‘Brain’, apoya la idea de que los componentes de la sangre humana pueden modular la formación de nuevas células cerebrales, un proceso denominado neurogénesis. La neurogénesis se produce en una parte importante del cerebro llamada hipocampo que interviene en el aprendizaje y la memoria.

Aunque la enfermedad de Alzheimer afecta a la formación de nuevas células cerebrales en el hipocampo durante las primeras fases de la enfermedad, estudios anteriores sólo habían podido estudiar la neurogénesis en sus fases más avanzadas mediante autopsias.

Para entender los cambios tempranos, los investigadores recogieron muestras de sangre durante varios años de 56 individuos con deterioro cognitivo leve (DCL), un trastorno en el que una persona empieza a experimentar un empeoramiento de su memoria o capacidad cognitiva.

Aunque no todas las personas con DCL acaban desarrollando la enfermedad de Alzheimer, el porcentaje de quienes la padecen que llegan a ser diagnosticados es mucho mayor que el de la población general. De los 56 participantes en el estudio, 36 fueron diagnosticados de Alzheimer.

En el estudio, trataron células cerebrales con sangre extraída de personas con DCL, explorando cómo esas células cambiaban en respuesta a la sangre a medida que avanzaba la enfermedad de Alzheimer.

Al estudiar cómo afectaba la sangre a las células cerebrales, los investigadores hicieron varios descubrimientos clave. Las muestras de sangre recogidas a lo largo de los años de participantes que posteriormente se deterioraron y desarrollaron la enfermedad de Alzheimer promovieron una disminución del crecimiento y la división celular y un aumento de la muerte celular apoptótica (el proceso por el que las células están programadas para morir).

Otras notas que pueden interesarte