Investigadoras señalan desigualdad de género en la ciencia; «dicen que tenemos proyectos complicados»

Blanca Valadez

Un helado que incrementa el sistema inmune y reduce hasta un 75 por ciento alergias y enfermedades crónicas, fue desarrollado por Anastasia Gutkevich, CEO de Bifidice.

“Tenemos como objetivo ayudar a personas a cambiar su salud a través de la microbiota, es decir, los microorganismos que viven en el cuerpo y son responsables de las células que forman nuestro sistema inmune en un 85 por ciento”, explicó.
Se trata del primer helado en el mundo que contienen probióticos y que buscan evitar enfermedades y alergias en las personas que los consumen.

Para lograr reconocimiento, Gutkevich, como mujer extranjera, incursionando en Latinoamérica, debió andar por un camino complicado.

“Cualquier camino en biotecnología es complejo, ya que los resultados se ven a largo plazo, por lo que es difícil encontrar visionarios. En un ambiente hostil para las mujeres es importante encontrar un venture capital o empresas que trabajen en el presente para desarrollarse, como The Ganesha Lab. Contar con este apoyo nos permitirá ingresar a nuevos mercados como Estados Unidos y México”.
Con su padre, recordó, enfrentó los desafíos. “Ser extranjeros ya es un desafío, y si a eso le sumas que soy mujer y la CEO de la compañía, hemos enfrentado retos inimaginables, como, por ejemplo, que algunas empresas no quieran invertir en nosotros, asegurando que las mujeres siempre tienen proyectos muy complicados. Encuentro que esto no es así, ya que podemos ser más prácticas en el rubro de la biotecnología.”, comentó.
“Mi mensaje a las mujeres, siendo de Siberia, donde viví conflictos y revueltas, es confiar en nosotras mismas, sin hacer caso cuando te quieran opacar y tener paciencia con los resultados”, sostuvo.

Desarrollo de tecnología predictiva detectora de patógenos emergentes
Otra mujer destacada en biotecnología es Laura Macció, CEO de metaBIX Biotech, quien desarrolló una tecnología predictiva detectora de patógenos emergentes y que mide los riesgos microbiológicos en el sector agroalimentario a partir de muestras ambientales.

“En un mundo donde 800 millones de personas sufren de hambre, mientras cada año se pierden hasta el 15 por ciento de los cultivos y el 20 por ciento de la cría intensiva de animales debido a enfermedades causadas por virus y bacterias, el software que funciona con inteligencia artificial detecta esos patógenos en el ambiente y reporta su predicción de riesgos a los clientes antes de que puedan afectar cultivos o animales”, explicó.
Macció detalló que el mayor desafío que enfrentan las mujeres en la ciencia “es superarnos día a día y ser capaces de proyectarnos más allá de nuestras propias limitaciones, tener la confianza necesaria para salir de nuestra zona de confort y expresar en voz alta nuestras ideas”.
En América Latina, el 45 por ciento de los investigadores científicos son mujeres, cifra que disminuye con un 33 por ciento en México y Chile, pero lo más desalentador es que solo el 18 por ciento de ellas logra conseguir un empleo en su área, de acuerdo con un estudio realizado por el Inter-American Development Bank (IDB).

La biotecnología, en la actualidad, resulta esencial en el desarrollo científico y tecnológico en México; sin embargo, las estadísticas demuestran una desigualdad para que mujeres, con gran potencial, accedan a oportunidades laborales.

Si bien, los hombres ocupan la mayoría de los puestos de liderazgo y asesoramiento en biotecnología, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), las que eligen carreras en ciencia, tecnología e ingeniería enfrentan constantemente discriminación y prejuicios.

Por ello, dijo Macció, “los retos no están en nuestro género, en nuestro color de piel o en nuestro origen, aunque sin duda, la sociedad nos juzga en función a esas características. Lo importante es que ese prejuicio no afecte cómo nos vemos a nosotros mismos. Si bien, el juicio de la sociedad es real, y sería engañoso decir que no existe, es mucho más potente la proyección que cada quién da de sí mismo y eso es lo que también necesitamos trabajar para emprender”.
A cinco meses de iniciar, metaBIX Biotech se integró al Programa de Aceleramiento de The Ganesha Lab, y gracias a su destacada participación, está comenzando a posicionarse en el mercado latinoamericano y estadounidense, ofreciendo Inteligencia Artificial combinado con el conocimiento biotecnológico.

TOCO: topógrafo corneal portátil
Otra de las destacadas científicas es Citlali Díaz, CEO de Bleps Vision, la cual desarrolló un topógrafo corneal portátil llamado TOCO para auxiliar a personas con problemas visuales.

El dispositivo mide la córnea a través de una proyección de puntos y con esto se pueden obtener mapas útiles para diagnosticar patologías y diseñar con precisión lentes de contacto.

Díaz se incorporó al Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM como Docente y Coordinadora de Proyectos de Investigación, donde desarrolló el dispositivo.

“Para resaltar como mujer en un país donde los hombres tienen mayores preferencias es importante tener confianza en que se pueden alcanzar las metas. Yo soy madre, pero también profesionista y la clave está en hacer lo que te gusta, tener pasión y dedicación. Yo creo en la equidad de género y mi familia también, con mi padre, co-inventor de la tecnología TOCO, fundamos Bleps Vision”, señaló Díaz.
También desarrolló otro proyecto, The Ganesha Lab, UNA aceleradora global de startups con base biotecnológica, dirigido al primer nivel de atención en hospitales y centros médicos, así como para clientes optometristas.

Según la Unesco, cada vez son más las mujeres que se atreven a liderar puestos en biotecnología. Su participación apoya al crecimiento de las economías regionales y asegura que los servicios y productos desarrollados no estén distorsionados por carecer de la perspectiva del 50 por ciento de la población.

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