¿Por qué las mujeres emprendedoras se quedan en la informalidad?

 José Alberto Molina

La mujer mexicana ha encontrado en el emprendimiento una opción de empleo que se adecúa a sus necesidades, esto genera nuevos puestos de trabajo y oportunidades que aumentan los ingresos del hogar y las acerca a su autonomía económica; sin embargo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señala que de 5.9 millones de emprendedoras, el 83% se encuentran en la informalidad.

Esta cifra indica que las emprendedoras se siguen enfrentando a diversos obstáculos que impiden que sus negocios prosperen y se consoliden en la formalidad. De acuerdo con el estudio existen tres principales barreras para su desarrollo: el trabajo no remunerado, el costo de la formalidad y falta de financiamiento.

Asimismo, la Radiografía del Emprendimiento en México, realizado por la Asociación de Emprendedores de México (Asem) destaca que en México el 37% de los las pymes son creados por mujeres.

Trabajo no remunerado

La mujer mexicana dedica 40 horas a la semana a tareas del hogar y a los cuidados de la familia, lo que equivale casi un empleo de tiempo completo que ronda las 48 horas semanales, en comparación a un hombre que tan sólo dedica 15.9 horas.

Según las cifras de IMCO, las mujeres que dedican menos tiempo al trabajo no remunerado obtienen mayores ingresos, pues el 56% de las mujeres que no tienen actividades del hogar y de cuidados, pueden reportar ventas de más de 200,000 pesos al mes y la cifra cae a 28% en aquellas que sí las realizan.

La principal forma de revertir esta estadística, de acuerdo con el organismo, es distribuyendo de manera equitativa entre hombre y mujer las labores del hogar y el cuidado de la familia. A nivel gubernamental es importante que se impulsen políticas de integración vida-trabajo y se desarrolle un Sistema Nacional de Cuidados asequible y de calidad.

El costo de la formalidad

Lograr que el negocio sea formal tiene detrás muchas complicaciones: falta de conocimientos en administración y de orientación en el tema, pues se tiene la idea que es algo tardado, complicado y que sólo te hará desembolsar dinero y quedar bajo la mirada del Servicio de Administración Tributaria.

De igual forma, IMCO menciona que los costos de entrada y operación desalientan a las mujeres a formalizar sus empresas, pues dar de alta a sus colaboradores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social resulta un gasto que creen, no soportaría la economía de su empresa. IMCO señala que ocho de cada diez mujeres que emprenden un negocio se mantienen en la informalidad.

Esto contrasta con la cifra que proporciona el IMCO, que señala que el 33% de los negocios formales pueden facturar más de 50,000 pesos al mes y en el caso de los informales la proporción cae a cuatro por ciento.

Falta de financiamiento

La información de IMCO, arroja que seis de cada diez mujeres consideran que la falta de financiamiento es el principal problema que tienen al momento de abrir, operar y hacer crecer sus negocios. Sólo el 5% de las encuestadas confirma que recibió ayuda para obtener un financiamiento y la mayoría de ellas comentaron que lo recibieron a través de un programa gubernamental.

Esto denota que las posibles fuentes de financiamiento no realizan su labor con las emprendedoras, Asem, precisa que el 49% de las emprendedoras no han necesitado de un financiamiento, el 38% utilizaron recursos propios o de los socios y un 25% usó recursos de familiares o amigos. Los bancos, fintech y recursos públicos quedaron abajo con porcentajes mínimos.

Este es el panorama al que se enfrentan las mujeres emprendedoras en México, para solucionarlo, IMCO enfatiza en la importancia de que se promueva la cooperación entre programas del sector público y privado para guiar y financiar a las mujeres que estén en el proceso de abrir sus negocios.

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