Irma Evangelina Gallo López de Lara
Es un tema espinoso, sin duda, pero necesario. De acuerdo con una experta de la UNAM, en 2022 nueve de cada diez adolescentes en México padecían problemas de salud mental, entre los cuales, la ansiedad encabezaba la cifra, con 93 % de los casos reportados.
Por ello, aunque no sea fácil, es indispensable observar muy bien el comportamiento de tu hijo adolescente, para que sepas cómo distinguir los síntomas y cuándo acudir con un especialista.
Adolescente triste mirando por la ventana / Imagen: iStock
Primero, es indispensable distinguir depresión de ansiedad
De acuerdo con Gabriela Bezerra de Menezes, investigadora de la Universidad Federal de Río de Janeiro, la ansiedad se presenta una sensación vaga de incomodidad, un sentimiento desagradable de inquietud que a menudo viene acompañado de nerviosismo, anticipación de situaciones peligrosas, frecuentemente poco realistas, así como diversas manifestaciones corporales.
La principal distinción entre depresión y ansiedad radica en que la segunda se define por un temor y angustia constantes, mientras que la depresión generalmente se presenta como un trastorno en el cual la persona experimenta una profunda tristeza y carece de motivación o interés para llevar a cabo actividades que solían resultar gratificantes.
Adolescente varón deprimido / Imagen: iStock
Dos padecimientos muy ligados
Es importante que tomes en cuenta que es muy probable que si tu hijo padece ansiedad, es probable que desarrolle depresión, y viceversa. Así que debes estar muy atenta a los siguientes síntomas.
Por si fuera poco, la probabilidad de un curso de depresión grave con cronicidad e intentos de suicidio se incrementa, según los especialistas, cuando estas condiciones están presentes durante la infancia, adolescencia o adultez temprana.
Adolescente deprimida en escuela / Imagen: iStock
Síntomas que hay que observar
Observa a tu hijo adolescente y si encuentras estos síntomas, habla con él, dile que puede contar contigo. Hazle saber que estás ahí para él. Te sorprenderá saber que la mayoría de los adolescentes están desesperados porque alguien los escuche.
Desinterés por realizar las actividades que antes le gustaban
Dolor físico sin causa aparente
Falta o incremento de apetito
Malestar estomacal
Sudoración excesiva
Aislamiento (de la familia y de sus amigos)
Insomnio
Uso de sustancias psicoactivas (generalmente empiezan por el tabaco y el alcohol, pero es necesario estar atentas a que esto no escale)
Si estos síntomas persisten o se agravan, y si además descubres que tu hijo escucha voces (tiene alucinaciones auditivas), ve gente o cosas que no están (alucinaciones visuales) y/o tiene pensamientos suicidas es momento de acudir con un especialista. No lo dudes.
