Fraude patrona: Estafa que tiene a trabajadoras del hogar en la mira y a Mar, tras las rejas

Blanca Juárez

Es miércoles y, como cada semana desde hace ocho años, Mar llega temprano a limpiar la casa de la señora L. En un par de días, el viernes, Mar será ingresada al penal de Barrientos, en el Estado de México.

Fue en marzo, hace casi cinco meses. Mar, trabajadora del hogar, fue acusada por su empleadora de entregar 700,000 pesos en joyas y efectivo a un hombre desconocido.

Lo que ocurrió aquel día tiene las características del “fraude patrona”. Se trata de una estafa en la que se aprovechan de “colaboradores, empleados o trabajadoras del hogar”, explica Salvador Guerrero Chiprés, titular del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia (CCSJ) de la Ciudad de México.

“¿Por qué estás metiendo las manos al fuego por Mar?”, ha sido cuestionada Consuelo Silva por su marido. Ella es otra de las empleadoras de la trabajadora del hogar. “Porque sería injusto no hacerlo, porque Mar es muy leal. Yo le puedo adelantar días completos de pagos y siempre llega, le he dejado sola en mi casa por semanas cuando nos vamos de vacaciones y nunca nada me ha faltado”, contesta.

Pero su empleadora más antigua y con la que menos días al mes trabajaba, insiste en que Mar debe pagar o quedarse en prisión.

Como a eso de las 8:30 de la mañana de aquel miércoles, después de dejarle instrucciones a Mar, la señora salió, cuenta Raúl, exesposo de la trabajadora del hogar. Antes de las 9 am, el teléfono de la casa sonó y Mar respondió.

Escuchó la voz de L, su empleadora. La mujer le habló a Mar sobre un tema del que habían platicado antes: la compra de un terreno. “Tengo que pagar un dinero urgente, si no, me van a cobrar una multa. El licenciado Eduardo se va a comunicar contigo para eso, hazle caso a todo lo que él te diga. Yo voy a entrar a una conferencia, no me marques a mí, porque voy a apagar el celular”.

¿En qué consiste el fraude patrona?

Hace tiempo, el CCSJ de la Ciudad de México identificó y nombró el “fraude patrona”. Se trata de crear una situación de emergencia “en la mente del colaborador, el empleado o la trabajadora del hogar. Reciben la llamada de una persona, quien le inventa una historia que involucra a su jefe o a su patrón para obtener dinero”, dice Salvador Guerrero Chiprés, consejero presidente de dicho organismo.

Este modus operandi data ya de algunos años, pero “estamos frente a una constante adaptación de los delincuentes respecto de aquellos que podemos ser sus víctimas”, agrega.

“La situación que recrean los delincuentes no es bien comprendida por las víctimas, no es lógica y es confusa. Eso les da espacio para cometer el delito”.

En 2019, el consejo de la Ciudad de México recibió 280 denuncias de este tipo de fraude. Han ido a la baja, porque para 2022 fueron 107 y en lo que va de este año van 11 casos.

“El 70% de los reportes son presentados por mujeres y en cuatro de cada 10 casos nos dicen que se trata de un fraude consumado. Es decir, seis de cada 10 de estas intentonas de fraude patrón fracasan”.

La mayoría de quienes realizan la denuncia “son colaboradoras, empleadas o trabajadoras del hogar. Pero principalmente, trabajadoras del hogar o agentes de seguridad en los domicilios”, abunda el funcionario. En el 80% de los casos se han entregado en promedio 80,000 pesos.

“Ya entregué el dinero”

Unas horas después de la llamada de la supuesta empleadora, Mar recibió mensajes de WhatsApp del licenciado Eduardo. En los mensajes de texto él le dio instrucciones de buscar una caja fuerte, que la trabajadora no logró localizar.

El hombre le pidió entonces que tomara fotos y videos y se los enviara, para que él pudiera guiarla. Finalmente, Mar la encontró y él le ordenó que la rompiera. “Le creyó todo y lo hizo”, cuenta Raúl, exesposo de la trabajadora del hogar.

Dentro, encontró billetes en pesos y en euros, pero el tal Eduardo no se conformó, le pidió ahora que buscara joyas y relojes. La siguiente instrucción fue que metiera todo en una mochila y que, en uno rato más, una persona la recogería. El botín asciende a más de 700,000 pesos.

En ese lapso de espera, Mar intentó comunicarse con la señora L, pero ésta no respondía el teléfono, según cuenta Raúl. “Al poco tiempo, tocan el zaguán y era la persona que iba por la mochila, Mar la entrega y le vuelve a llamar a L y esta vez ella sí le contesta”.

“Ya entregué el dinero, se los di en una mochila”, le avisó a la empleadora.

Proceso tras las rejas

La jueza que lleva el caso le negó la posibilidad a Mar de llevar su proceso en libertad “porque es madre soltera y es trabajadora del hogar”, dice Consuelo Silva.

Mar tiene dos hijos, uno de 19 años y uno de 13 años de edad. Hace más de 12 años que se separó de Raúl, pero es él y Consuelo, su otra empleadora, quienes intentan sacarla de prisión.

La señora L “está aferrada a que Mar se quede ahí muchos años. Nos lo ha dicho: ‘de mi cuenta corre que no salga’”, cuenta Consuelo Silva.

“Desde hace poco más de tres años que Mar trabaja con nosotros. Primero llegó recomendada a casa de mi mamá. Luego empezó a trabajar en mi casa y en las de mis otras dos hermanas. Con mi familia tenía casi cubierta la semana”, comenta.

La empleadora no imagina siquiera que Mar pudiera cometer un delito como del que la acusan. “En diciembre, nosotros le dejamos las casas tres semanas completitas porque salimos. Se hubiera podido llevar mis cuatro coches, vaciar mi casa, las de mis hermanas y mi mamá. Pero ella no es así, ella es muy honesta y responsable”.

Junto con Raúl, ve varias inconsistencias en todo lo sucedido. “En ese domicilio donde supuestamente robó, las cámaras de vigilancia estaban dirigidas hacia las plantas”, no se puede observar a la persona que recogió el dinero. En las fotos de los peritos se observan muchos más billetes en la caja fuerte. Mar sólo tomó los que le ordenó Eduardo, «si les hubiera querido robar, se hubiera podido llevar todo», agrega.

Raúl, por su parte, cuestiona: “¿Cómo supieron de la conversación que tuvieron Mar y la señora L sobre la compra de un terreno? Mar dice que nadie las estaba escuchando. Por eso, cuando le llamó la mujer, que Mar sigue identificando como la patrona, y le dijo algo de un terreno, le creyó. Si ella fuera cómplice, simplemente se hubiera ido, pero ella estaba segura que eran órdenes de la patrona”.

¿A qué número llamar?

En julio pasado, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México inició una averiguación por el intento de robo en el domiciliode la diputada federal Margarita Zavala y del expresidente Felipe Calderón.

“Se trató de un guardia del condominio que entró a nuestra casa, aparentemente engañado por una persona con la que hablaba por celular y que le pedía buscar algo de valor. Es una forma común de delito”, tuiteó Zavala.

Si no hay prevención, este delito seguirá afectando a las personas propietarias de los bienes robados, dice Salvador Guerrero. Pero también “seguirá golpeando a las personas supeditadas o subordinadas a una jerarquía laboral”.

Las personas trabajadoras más vulnerables seguirán siendo las víctimas colaterales, dice. Ellas no pierden millones de pesos, porque no los tienen. Pero pierden su libertad y pierden cientos de miles en gastos desde prisión.

El caso de Margarita Zavala, quien “siendo abogada, no tiene comunicación con sus trabajadores” para prevenir este tipo de delitos, deja ver también las relaciones laborales entre patrón y trabajador donde hay una falta de capacitación, dice Salvador Guerrero.

“Nosotros sugerimos reportar cualquier sospecha de este tipo de fraude a la línea de confianza y seguridad: (55) 5533-5533” del Consejo Ciudadano.

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