Blanca Juárez
Los síntomas de la perimenopausia y la menopausia afectan el rendimiento laboral de casi la mitad de las mujeres y personas menstruantes en viven esas etapas, según una investigación del Instituto Kon Ferry (KFI).
Ya lo habían dicho ellas. De hecho, algunas manifestaciones de la menopausia en el entorno laboral son muy conocidas, pero se han utilizado para desvalorizar la palabra y el trabajo de las mujeres con frases como “déjala, está menopáusica”.
Los resultados de una encuesta realizada entre más de 8,000 mujeres en todo el mundo indican que el 47% de las trabajadoras experimentó síntomas relacionados con la perimenopausia y la menopausia “que trastornaron sus vidas y su desempeño laboral”.
El reporte Revelando el impacto de la menopausia en el lugar de trabajo muestra de alguna manera cómo el dolor en las etapas reproductivas de las mujeres se ha naturalizado.
La mayoría de las mujeres encuestadas por el KFI, un centro de investigación sobre las tendencias del desempeño humano y organizacional, dijo no sentirse apoyada en el trabajo para mitigar los inconvenientes que su condición les causa en el ámbito laboral.
Sabiendo estos y otros hallazgos, señala el KFI en el reporte, las empresas deben crear sistemas de apoyo y evitar que el potencial de las mujeres y sus deseos por desarrollar una carrera sean frenados por los efectos adversos de la menopausia.
Es apremiante, pues para el año 2025 “más de 1,000 millones de personas en todo el mundo estarán lidiando con la menopausia”. Tan sólo en Estados Unidos, hay más de 1 millón de mujeres y personas menstruantes que pasan cada año por la menopausia.
Los síntomas más incapacitantes
Los síntomas de la menopausia van desde los sofocos y el insomnio hasta la ansiedad, la confusión mental y la depresión. Pero los siete más reportados por las mujeres encuestadas y que más afectan su desempeño laboral son:
- Dificultad para dormir (61%)
- Cansancio o falta de energía (60%)
- Aumento de peso (56%)
- Dolor muscular o articular (55%)
- Irritabilidad (54%)
- Ansiedad (50%)
- Bochornos (50%)
Estos síntomas se clasifican en dos tipos: graves y no graves. Cinco de cada 10 encuestadas señalaron que no han sentido malestares o que su condición no grave. El 3% dijo no estar segura de la gravedad de sus síntomas.
Pero el 37% de las mujeres expresó que a veces las dolencias de la perimenopausia y la menopausia interrumpen su vida y el 10%, que constantemente tienen que detener sus actividades cotidianas. En suma, el 47% de las encuestadas pasan por un estado grave.
A pesar de ello, más de la mitad de quienes tienen fuertes dolencias nunca ha faltado al trabajo por sus síntomas. En tanto, el 12% ha tenido que faltar una semana y el 7%, más de una semana en un mes.
“A pesar de la evidencia definitiva, muchas organizaciones aún no reconocen que los síntomas de la menopausia afectan la capacidad de las mujeres para permanecer (o ser más efectivas) en el lugar de trabajo y brindar el apoyo necesario para mitigar los resultados adversos”, señala la organización.
Renuncias a causa de la menopausia
Algunos de los síntomas, además de ser dolorosos por sí mismos, causan otro tipo de problemas. Por ejemplo, más del 30% de las encuestadas experimentaron mayor estrés, disminución de la concentración y paciencia en el trabajo. También, tres de cada 10 sintieron menos confianza en ellas mismas.
Por lo tanto, los malestares derivados de la perimenopausia y la menopausia afectan la carrera de las mujeres y personas menstruantes que los padecen. El estudio de KFI encontró que incluso su progresión profesional, como ascensos o bonificaciones, se detiene.
El impacto negativo que reporta el instituto se observa así:
- 18% no obtuvo un aumento salarial
- 15% vio afectado su rol de liderazgo
- 13% no alcanzó las metas para ganar un bono
- 13% no pudo tomar capacitaciones
- 12% no fue ascendida
- 12% no fue seleccionada o contratada para el rol que estaba buscando
Pero son las mujeres en puestos de liderazgo sénior quienes “se vieron particularmente afectadas negativamente por esto”. Es decir, quienes son gerentes de nivel medio y de primer nivel.
Las altas ejecutivas, aunque también viven consecuencias negativas en su trabajo, informaron menores repercusiones que las trabajadoras sénior.
Por toda esta situación, el 15% de las trabajadoras ha considerado renunciar a su trabajo y otro 13%, lo ha hecho. Es decir, el 28% de las mujeres en la menopausia o perimenopausia podría quedar fuera del mercado laboral por los síntomas vividos y sus consecuencias decepcionantes en el trabajo.
¿Quién las apoya? Las empresas no lo están haciendo
La experiencia de la perimenopausia y la menopausia es muy distinta en cada persona. Por ejemplo, el 40% dijo que ha aceptado esta etapa y 10% hasta se siente optimista de su condición. Mientras que el 24% se siente preocupada o temerosa.
Un factor determinante para las mujeres y personas menstruantes asalariadas es la respuesta de sus centros laborales a este acontecimiento. Por ejemplo, aquéllas que reportaron un estado optimista también indicaron haber recibido mucha más ayuda que quienes se dijeron temerosas.
Sin embargo, la mayor fuente de auxilio no proviene de la empresa. El 39% de las encuestadas informó que cuenta con apoyo social fuera del trabajo, sólo el 26% recibe apoyo de políticas o programas de su trabajo. Al 32% le otorgan algún beneficio en su empleo, pero no es de manera formal, por lo que no es seguro que siempre lo tenga.
Muchas personas empleadoras o encargadas de áreas de Capital Humano podrán señalar que no pueden ayudar a las trabajadoras si éstas no les hacen saber que necesitan algo.
De alguna manera es cierto, el 70% ha platicado del tema sólo con sus colegas y sólo cerca del 37% lo ha hablado con personal de Recursos Humanos y 27% se lo dijo a la persona líder. Pero hay que destacar que dos de cada 10 mujeres sienten vergüenza de lo que están pasando, según el estudio de IKF.
Ante este contexto, la pregunta que surge es: ¿Cómo pueden Recursos Humanos y las personas líderes acercarse a su equipo para conocer sus necesidades? Hay una clara urgencia de que las organizaciones ofrezcan apoyo a las necesidades que genera la perimenopausia y menopausia entre su personal, apunta el informe.
