Cada hora muere una mujer por cáncer y no tiene nada rosa: investigadoras

Jaime Zambrano

El cáncer provoca, en promedio, cada hora con 10 minutos, la pérdida de la vida de una mujer, padecimiento que no tiene nada de color rosa y que no puede resumirse en listones o el mes de octubre de cada año.

Esther Hurtado Amigón, especialista en Investigación Educativa por la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que el cáncer es una problemática que requiere atención de manera oportuna y digna, donde las pacientes estén informadas y el sistema de salud esté a la altura de las exigencias de la enfermedad que busca erradicar.

“Para las supervivientes, no solo se trata de la autoexploración o consultas precautorias a partir de los 40, porque no nos dicen que a partir a los 20, un simple ultrasonido mamario puede hacer la diferencia. Nos dicen que nos autoexploremos, cuando lo que nos deberían decir es que tocarse no es suficiente porque el cáncer es un enemigo silencioso y traicionero que llega sin avisar”, explicó Hurtado Amigón.

Durante la presentación del libro “Jódete cáncer” en la Universidad Iberoamericana Puebla, la coautora de la obra en conjunto con Sandra Monroy Mandujano otras supervivientes que buscan visibilizar este padecimiento desde sus historias, lamentó que no existan mecanismos que promuevan una cultura de prevención en la que digan que las mujeres jóvenes se pueden enfermar, lo cual debe ser un eje primordial para ante el aumento de casos.

“Quiero estar viva y que las demás estén vivas, que lleguen a tiempo y que entiendan esto no solo como una enfermedad de octubre rosa, sino como la capacidad de reconciliarse con sus propios cuerpos sanos o enfermos, cambiados o modificados, porque todos vamos a cambiar. Si tenemos la fortuna, todos vamos a cambiar”, expresó.

Por su parte, Sandra Monroy Mandujano, quien comparte su experiencia de enfrentar cáncer de mama, resaltó que el padecimiento no se resume solo en listones rosas o el mes de octubre porque se trata de vidas que tienen altas probabilidades de continuar si se cuenta con una detección oportuna y mayores recursos enfocados en el tratamiento.

“Las mujeres mastectomizadas estamos lactando el universo. Entonces no valió la pena, valió la vida y tenemos que estar muy orgullosos de estos cuerpos oncológicos que seguimos aquí. El cáncer no tiene nada de rosa (…). Es muy lindo que estemos entre sobrevivientes, pero entonces estamos dando vueltas. Necesitamos aliadas y aliados, y eso tiene que ver con el sistema de salud”, añadió Monroy Mandujano.

En su oportunidad, María Guadalupe Chávez Ortíz, directora del Centro Intercultural de Reflexión y Acción Social (CIRAS) de la Ibero Puebla, resaltó la urgencia de que la prevención sea intergeneracional, y que se hablé sin tabúes sobre el cáncer de mama para brindar un seguimiento más humano y sensible.

“Acompañar sí tiene que ver con una cuestión afectiva, pero tiene que ver más con una cuestión humana y socialmente responsable. A mí me parece que tenemos una gran responsabilidad como sociedad al acompañarnos y seguir favoreciendo redes de apoyo”, apuntó Chávez Ortíz.

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