Olivia Vázquez Herrera
Apenas comenzaba el miércoles 25 de octubre cuando el Huracán Otis Categoría 5 ya azotaba con fuerza el puerto de Acapulco, así como los municipios vecinos de Coyuca de Benítez y Tecpan de Galeana, en Guerrero, donde hasta el momento suman 39 muertos y 10 desaparecidos, de acuerdo con el último reporte del Gobierno de México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció ese mismo día en la conferencia matutina e indició que el Gabinete de Seguridad se trasladaría de inmediato al puerto para atender la emergencia e incluso él mismo hizo una visita exprés a la zona de desastre, y a la gobernadora de Guerrero también visitó Acapulco y habló por teléfono a La Mañanera para dar avances.
Pero de la alcaldesa de Acapulco, poco o nada se supo durante el miércoles y jueves, pese a que su ciudad era la zona cero del desastre. Si bien estuvo activa en redes sociales desde el martes 24 compartiendo cómo Otis evolucionaba hasta convertirse en huracán, mediáticamente, la funcionaria morenista no apareció ni dio declaraciones hasta el día 27.
Tardó en aparecer y pidió a los acapulqueños que limpiaran…
El viernes, Abelina López Rodríguez dijo a los medios locales que ya trabajaba con los gobiernos local y federal, pero hizo un llamado a los pobladores de Acapulco -de los cuales miles perdieron todo y tienen familiares muertos, heridos o desaparecidos- para no esperar a que les llegue la ayuda y salgan a limpiar las calles, donde se pueden apreciar aún árboles y luminarias caídos.
Mientras cada acapulqueño se organiza y “le entra” a la limpieza general aunque sea en su calle, la alcaldesa dijo que ya se alista un censo en el municipio para el recuento de los daños y que además trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya están levantando los postes caídos tras el ciclón, lo que mantiene a casi medio millón de personas sin energía eléctrica y, en consecuencia, sin agua, ya que no hay sistema de bombeo del líquido.
Cuestionada sobre los saqueos que se han registrado desde el miércoles, no solo de víveres y artículos de primera necesidad, sino de electrodomésticos y productos de tiendas departamentales, la alcaldesa de Acapulco negó que se tratara de rapiña sino que más bien se trataba de “cohesión social”, aunque precisó que habrá castigo para quien hurte en medio de la emergencia que se vive en la ciudad.
“Quizá de fuera nos vean feo cuando uno ve pues a ciudadanos tomar cosas que no son de ellos. Yo le llamaría ‘cohesión social’ o una salida (…) No es lo mismo aquel que tiene el estómago lleno al que no lo tiene lleno (…) Yo no le llamo robar”, declaró ante los medios.
El día que aceptó que participó en un acto de corrupción
Estos polémicos comentarios no son los únicos que la han puesto en la mira. Vale recordar que Abelina López Rodríguez asumió como alcaldesa de Acapulco en 2021, pero un año antes -siendo legisladora federal de Morena– reconoció ante la Cámara de Diputados que había sido partícipe de un acto de corrupción cuando trabajaba como abogada.
“Tuve que dar la mochada de 20 mil pesos para que la corrupción del sistema permitiera solicitar al juez el juicio abreviado…”, dijo desde la tribuna, lo que desató que sus compañeros diputados le gritaran “corrupta” e incluso el panista José Elías Lixa pidió que se indagara cuándo había ocurrido, porque se trataba de un delito que ameritaba prisión preventiva.
Al darle la palabra la presidenta de la Mesa Directiva, Abelina López se justificó diciendo que había sido “en el periodo de (Enrique) Peña Nieto tuve que dar los 20 mil pesos al Ministerio Público para que solicitaran el juicio abreviado, fue en el periodo de Peña Nieto, los corruptos son ellos”, dijo. Días después, ya con miras a la elección, dijo que no permitiría “los moches” en el ayuntamiento de Acapulco.
Sus desafortunados dichos sobre la violencia en Acapulco
Pese a ser una de las joyas turísticas de nuestro país, desafortunadamente Acapulco es una de las ciudades más peligrosas y violentas de México. En marzo de este año, la propia Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) informó en La Mañanera que ocupaba el cuarto lugar en homicidios dolosos en el último año; y más recientemente, el Inegi reveló que 74.9 por ciento de los ciudadanos no se siente seguro en Acapulco.
El que el puerto ocupe estos lugares en los rankings de inseguridad no es algo nuevo, sino de años. Cuestionada por las acciones emprendidas ante la ola de violencia que azotaba a Acapulco, la alcaldesa dijo en enero de 2022 que ésta tenía que ver con muchos factores, entre ellos, los altos índices de pobreza extrema, “el tema de género”, la falta de empleo e incluso “la calor” y la mala alimentación, por que esto ”te acelera”.
Tras escuchar sus comentarios, el equipo decidió interrumpirla “para seguir con el evento” en que se encontraban. Luego, la presidenta municipal envió un comunicado en el que reiteraba su compromiso por llevar seguridad a Acapulco y donde explicó que sus declaraciones derivaban de estudios sobre cómo las desigualdades, las condiciones climáticas y la mala alimentación provocan cambios en la actitud o el ánimo de las personas, hasta provocar incluso hechos de violencia.
“Muchas personas acostumbran también burlarse de mis orígenes humildes y de mi carreta política como gestora de la ciudadanía (…) Personalmente seguiré luchando por mis ideales, por lograr una mejor situación para Acapulco, la ciudad que amo entrañablemente y que tanto ha dado a México y a los mexicanos”, sentenció en el escrito.
¿Insultó a los trabajadores del aeropuerto?
En noviembre de 2021, el diario Excélsior informó sobre un incidente en el Aeropuerto Internacional de Acapulco protagonizado por la propia alcaldesa. De acuerdo con el reporte, al pasar por el detector de metales, sonó la alarma y una trabajadora le pidió cooperar en una revisión para descartar que llevara algún objeto no permitido; sin embargo, la respuesta de la funcionaria no fue la mejor.
“¿Qué? ¿No sabes quién soy? ¿Cómo me vas a tocar, hija de tu p… mad…? ¡Soy la presidenta municipal!”, afirman que gritó a la inspectora a la par de que exigía una orden judicial, aunque finalmente accedió. Después declaró que eso que trascendió no era del todo cierto, pues aunque reconoció que sí le pidieron ser revisada, dijo que la orden le molestó y que al final le ofrecieron una disculpa al confirmar que no transportaba algo ilegal.
